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Procedimiento
- La limpieza de los callos ha de realizarse con esmero, previamente hay que tenerlos en remojo unas 7 horas cambiando el agua con frecuencia.
- Después se ponen en agua y vinagre unas 2 horas.
- Tras esto se raspan con un cuchillo poco afilado para quitarles la baba, y se vuelven a lavar hasta que no quede suciedad en ellos. Conseguido esto se vuelven a lavar y aclarar en varias aguas hasta su completa limpieza.
- Una vez limpios los callos se cortan en trozos regulares, se ponen en una olla con agua fría y ya al fuego en el que permanecerán a fuerte ebullición durante 5 minutos.
- Una vez transcurrido este tiempo se retiran con una espumadera, se vuelve a poner agua fría en la olla.
- En esta agua fría se ponen los callos, un diente de ajo grande, la cebolla cortada en trozos grandes, un puñado de perejil y sal. Los tendremos cociendo hasta que estén tiernos, para lo que son necesarias unas 4 ó 5 horas. Por esto es conveniente cocerlos la víspera. El caldo de esta cocción se desecha.
Los pasos descritos anteriormente son genéricos para la preparación de callos en sus diversas variantes. Lo que se comentará a continuación es específico de los callos a la asturiana.
- Se limpia la pata de vaca, el morro y las manos de cerdo. Una vez limpios se cuecen en poca agua. De este modo conseguimos un caldo más gelatinoso que será fundamental para que los callos resulten suaves y gelatinosos.
- Cuando todo esto ha cocido se separa y se deja enfriar, guardando el caldo resultante para luego.
- Ya se tienen todos los ingredientes cocidos y fríos, en este momento se pican finamente en una cacerola, pudiendo agregarse algún hueso de las manos de cerdo.
- En una sartén se fríe la rebanada de pan y los ajos. Una vez dorados se reservan.
- A continuación se fríen a fuego lento la cebolla picada muy fina, la guindilla y el laurel.
- Cuando la cebolla se empiece a poner tierna se añade el jamón cortado en tacos pequeños, dejándolo freír despacio.
- Se añade una cucharada sopera generosa de pimentón y se remueve cuidando que no se queme.
- En un mortero se machacan los ajos fritos, el pan, las 2 nueces (opcionales) y una rama de perejil.
- Una vez machacado se agrega al mortero el vino blanco. Lo resultante se añade a la salsa y se deja hervir.
- Se añade la salsa a los callos junto con la gelatina de la pata de vaca y manos de cerdo mezclándolo todo bien, se sazona y se deja cocer todo junto unas 3 horas lentamente.
- Hay que remover con frecuencia para que no se peguen, y si es necesario agregar más gelatina o agua. Cuando estén listos comprobar si es necesaria más sal.
Si se desea se puede añadir un poco de chorizo.
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