Impactos ambientales/Manejo de la zona de la costa

Manejo de la zona costera

No existe una definición precisa de "zona costera" o "zona costanera". Todas las definiciones procuran incluir las aguas costaneras, marinas, estuarinas (y aguas cercanas a las orillas de los grandes lagos y mares interiores), y alguna porción de la tierra cercana a la costa, en la cual las actividades humanas y procesos naturales afectan y son afectados por los que se dan en las aguas. Varía la extensión de tierra que se incluye, porque sus límites son determinados, no sólo por características ambientales y geológicas, sino también por algún concepto de lo que es manejable política y administrativamente. Así, mientras uno podría incluir toda el área terrestre de las cuencas hidráulicas que se vierten en el mar, y toda el área acuática hasta la plataforma continental, en la práctica la zona costanera es una banda relativamente angosta de agua y tierra a lo largo de la orilla. Sus características naturales incluyen playas, tierras húmedas, estuarios, lagunas, arrecifes de coral, y dunas. Sus características artificiales incluyen puertos, pesquerías y operaciones de acuicultura comerciales, industrias, establecimientos recreativos y turísticos, sitios arqueológicos y, sobre todo, algunas de las áreas urbanas más grandes y densamente pobladas del mundo.

Es de vasta importancia económica la zona costanera. Casi todos los mariscos utilizados por los seres humanos viven y son cosechados allí. La mayoría del pescado comercialmente importante del mundo depende de la zona costanera, y gran parte de la pesca comercial tiene lugar allí. Las costas han sido los lugares lógicos para los puertos marítimos y para la ubicación de operaciones industriales y comerciales que requieren del movimiento y procesamiento de grandes volúmenes de materia prima o productos acabados. La tierra es atractiva y valiosa para el uso residencial; en muchas áreas del mundo en vías de desarrollo, las tasas de crecimiento demográfico y las poblaciones urbanas son más grandes por la costa. Las zonas costaneras ha sido empleadas por siglos para la recreación, pero el turismo es actualmente un negocio importante, el sector más grande de la economía de algunos países. Menos evidentes, pero también económicamente importantes, son los servicios que brindan, sin costo, las características naturales de la zona costanera: estabilización de la orilla, protección contra las tormentas, crianza de peces, control de inundaciones, ciclaje de los nutrientes, y tratamiento de los desechos.

Es un singular desafío manejar el desarrollo en la zona costanera de manera económicamente solvente y sustentable: las áreas costaneras y marinas se encuentran entre las más frágiles ante los impactos del desarrollo y, como se dijo anteriormente, son especialmente atractivas para ello. Algunas actividades asociadas con el desarrollo de la costa, como el extenso dragado y rellenado, intensiva urbanización de las cuencas hidráulicas, ubicación de las industrias, y conversión para la agricultura o acuicultura, son transformaciones relativamente irreversibles. La mayoría de los proyectos de desarrollo económico en las áreas costaneras y marinas, tienen el potencial de afectar, gravemente, los recursos ubicados en estos ambientes y presentar conflictos entre los usos en competencia de los recursos. Consecuentemente, la evaluación ambiental en sí es insuficiente para el manejo de la zona costanera. Se requiere especial atención a la planificación regional, para minimizar o atenuar los impactos adversos y promover el uso óptimo de los recursos disponibles.


Proyectos donde el problema es pertinente

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Los siguientes tipos de proyectos tienen potenciales impactos sobre las áreas costaneras y marinas:

  • Agricultura: costanera y de tierras altas; grandes represas de riego
  • Pesca: pesquerías y maricultura/acuicultura de captura costanera, incluyendo la conversión de pantanos y manglares.
  • Silvicultura: cosecha de los productos de los manglares; leña y otros recursos renovables; silvicultura de gran escala en las tierras elevadas.
  • Energía: exploración y operación de petróleo y gas; generación de energía costanera; grandes represas hidroeléctricas en el interior.
  • Transporte: puertos y bahías; construcción de canales y dragado de mantenimiento; disposición del producto del dragado; caminos; ferrocarriles y puentes.
  • Urbanización: modificación de la playa; eliminación de basuras; recreación y turismo; desarrollo de los recursos del agua a gran escala; urbanización de las cuencas hidráulicas.
  • Industria/comercio: ubicación de plantas industriales; minería costanera y marina (p.ej., arena); fabricación de sal; eliminación de desechos.

Nexos sectoriales e intersectoriales

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Tres amplias categorías de problemas se encuentran relacionadas con el desarrollo de las áreas costaneras y marinas, que se encuentran ligadas e interdependientes, en relación al manejo correcto de los recursos asociados. Primero, los programas sectoriales de desarrollo suelen concentrarse en proyectos grandes con un solo propósito, como la construcción de una gran instalación portuaria (que recibe mayor análisis en el capítulo sobre Puertos y bahías), implementación de un proyecto de pesca para la captura extensa /ver la sección de Pesquerías), de elaboración de un plan para convertir los manglares a la producción de arroz y cultivo del camarón (ver el capítulo sobre Manejo de bosques naturales). El manejo de los recursos de múltiple uso es particularmente apropiado en la zona costanera.


Segundo, como resultado de los intereses económicos con el desarrollo del sector, las agencias gubernamentales, instituciones crediticias, y organismos públicos, suelen alinearse en un sector u otro. Pueden surgir conflictos entre intereses económicos individuales, entre organismos gubernamentales responsables del manejo de los recursos individuales, o entre dichos organismos y las organizaciones encargadas con responsabilidades más amplias para la planificación. Estos conflictos pueden manifestarse ambiental y económicamente, puesto que la productividad de las áreas costaneras y marinas y su capacidad para recuperarse de la fuerte contaminación u otras perturbaciones, con frecuencia se ven disminuidas por los efectos de una actividad de desarrollo sobre otra. Los enfoques integrados de planificación y manejo de los recursos, son esenciales para evitar impactos intersectoriales adversos y fomentar medidas atenuantes.

Tercero, las zonas costaneras y marinas abarcan muchos diferentes tipos de recursos que acusan, en muchas partes del mundo, una decreciente capacidad para sostener el desarrollo. Esto es evidenciado por una creciente contaminación, incrementos en los peligros para la salud humana, pesquerías en declinación, playas deterioradas, conflictos entre las culturas locales y los turistas (ver el capítulo sobre Desarrollo del turismo), y el desalojo de grupos que subsisten de los recursos de la zona costanera. Es una tendencia que puede ser invertida, cuando sean reconocidas las especiales necesidades administrativas de la zona costanera.


Experiencia del Banco Mundial

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La experiencia del Banco en proyectos de manejo de zonas costaneras no es extensa, pero se ha tomado pasos importantes durante los últimos diez años (1980 – 1990) para incorporar los principios de manejo ambiental costanero y marino en varios proyectos, y también mediante el control de actividades en el interior que tienen impactos aguas abajo. Una muestra de este involucramiento consta a continuación:

  • El Proyecto Regional de Visayas Central, Filipinas, emprendió en 1983, contribuye a la producción de pesquerías costaneras mediante la protección de hábitats vitales en manglares y arrecifes de coral, y al rehabilitar parcialmente ciertos hábitats para peces (p.ej. mediante la siembra de manglares y la construcción de arrecifes artificiales) dañados por actividades no relacionadas con el producto.
  • El Proyecto de Desarrollo del Turismo, Honduras, completado en 1989, incluyó un plan maestro de control ambiental para la Isla Roatan, reubicó el desarrollo de la playa Tourasal para proteger a los manglares y otros ecosistemas costaneros de la Laguna Quemada, y estableció un pequeño parque nacional arqueológico en Copan.
  • El Programa Ambiental para el Mediterráneo, un estudio regional iniciado en 1988, consiste de una evaluación de problemas y prioridades ambientales para 18 países en la región y la eventual elaboración de un plan de acción que abarque la reforma política, el fortalecimiento institucional y las necesidades de inversión. Muchos de los problemas ambientales de esta región son costaneros y marinos en su origen, proporcionando una oportunidad única para que el Banco se involucre en brindar ayuda a estos países en la fijación de prioridades a fin de proteger y manejar aspectos del ambiente costanero.
  • El Proyecto del Anual Nakdong y Reclamación de Tierras cerca de Pusan, Corea, donde se efectuaron cambios en el diseño de las obras de ingeniería civil a fin de proteger un Tesoro Nacional; además fue establecida una reserva natural que incluyó financiamiento para programas de investigación y de conservación en el estero.

A más de las intervenciones en proyectos específicos, el Banco promueve indirectamente la protección y manejo de los recursos costaneros y marinos, mediante la implementación de lineamientos ambientales apropiados para los proyectos de infraestructura y desarrollo urbano y por medio de su apoyo a la Oficina Asiática para las Tierras Húmedas, una ONG ubicada en Kuala Lumpur, Malasia.

Políticas, procedimientos y lineamientos

No existen políticas o lineamientos formales aceptados universalmente para la planificación y el manejo global de las áreas costaneras y marinas. Sin embargo, si no existieran lineamientos nacionales màs avanzados, varias políticas y lineamientos del Banco Mundial sobre otros temas, se pueden aplicar directamente a las actividades de desarrollo en las zonas costaneras. Dos políticas de particular importancia tienen que ver con las represas y la biodiversidad. Primero, la política sobre represas y reservorios exige un examen de los efectos producidos aguas abajo. (Ver los capítulos sobre Proyectos hidroeléctricos y Presa hidráulica para una lista de referencias sobre este tema y otros relacionados) Segundo, la conservación de la diversidad biológica y los servicios ambientales, son los elementos básicos de la política del Banco para tierras silvestre, y significan que el desarrollo de las áreas costaneras debe ser planificado a fin de evitar impactos sobre los manglares y otras tierras húmedas costaneras, arrecifes de coral y demás áreas protegidas y biológicamente importantes (ver los capítulos sobre Tierras silvestres y Tierras húmedas). Un número de documentos sobre las políticas y lineamientos que tratan del establecimiento de puertos y bahías y la eliminación del material dragado (ver el capítulo sobre Puertos y bahías). Finalmente, se ha declarado en la Conferencia de Oslo, sobre el Desarrollo Sostenible, realizada en 1988, que no deberían apoyarse a ningún proyecto que comprende la eliminación de desechos peligrosos en el océano. (Ver el capítulo sobre Manejo de materiales peligrosos.)

Orientación para las evaluaciones ambientales

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Un número creciente de países desarrollados y en desarrollo, emplean la planificación de la zona costanera como base para sus decisiones, en torno al uso de los recursos de la tierra y del agua. Tal planificación, que se caracteriza por su enfoque integrado en todos los sectores y recursos, debe ser alentada en las estrategias ambientales y el trabajo sectorial de cada país. Todo proyecto de inversión puede presentar una oportunidad para el desarrollo de incremento hacia el mismo objetivo. La planificación ambiental integrada es especialmente crítica en la zona costanera, debido a los elevados valores sociales, ambientales y económicos de los recursos del lugar; la intensa demanda de esos recursos para una variedad de usos en competencia y potencialmente incompatibles entre sí, y la extrema sensibilidad de esos recursos al daño.

Tal planificación podría compensar la necesidad de evaluaciones ambientales detalladas para proyectos específicos, si resulta en planes, normas y lineamientos físicos, ambientalmente adecuado, y si existen adecuados instrumentos de control del uso de los recursos. En ausencia de una planificación para la zona costanera, el proceso de evaluación ambiental debe ser empleado para asegurar que se inicie la participación comunitaria y la coordinación interinstitucional durante la etapa de identificación del proyecto, y para que toda la gama de alternativas e impactos intersectoriales sea considerada antes de que el organismo auspiciador tome una decisión en torno al proyecto, siempre que estén preparados planes apropiados de implementación, y que las instituciones sean competentes para implementar dichos planes.


Existe gran número de tratados y convenciones internacionales para la protección del ambiente costanero y marino. La mayoría de los países los han firmado, pero su cumplimiento no es constante. Este cumplimiento con dichos acuerdos en su diseño, construcción y operación, debe ser considerado parte de las evaluaciones ambientales para proyectos en la zona costanera.

Varias organizaciones internacionales, incluyendo el PNUMA, la CEE, la Organización Marítima Internacional, y la Asociación Internacional de Puertos y Bahías, han establecido lineamientos para el manejo de los impactos ambientales de varias actividades en las áreas costaneras. El equipo de evaluación ambiental debe analizar el grado en que los lineamientos aplicables son utilizados en la planificación y diseño de un proyecto.

Los impactos socioculturales pueden ser especialmente importantes y no deben ser olvidados (ver el capítulo sobre Problemas sociales en áreas ambientalmente frágiles).

Referencias

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