Alimentación infantil/Alimentación de la mujer gestante


Una ganancia de peso por parte de la embarazada es imprescindible para que el bebé no nazca con bajo peso. El aumento de peso suele estar entre los 6-12 kilogramos de media.

La dieta en el embarazo: el aporte calórico en el embarazo debe aumentar en 200-300 kcal/día, con respecto a personas que no se encuentran en esta situación porque se deben cubrir las necesidades de la madre y del feto y asegurar la ganancia de peso. Este aumento energético se debe realizar entre el segundo y tercer trimestre del embarazo, siempre y cuando las condiciones de la madre antes de la gestación fueran las idóneas.

La mujer gestante debe tener precaución con algunos pocos alimentos que podrían dañarla a ella o al bebé. Este es el único objetivo de este breve texto. Para conocer aspectos generales de la alimentación de la mujer gestante (o profundizar en el tema) deben consultarse otros textos más amplios.[1]


Alimentos a evitar o consumir con precaución

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Estos alimentos deben ser evitados o consumidos con precaución:[2]

  • Algunos tipos de queso (por el riesgo de infección por Listeria monocytogenes).
  • Patés (por el riesgo de infección por Listeria monocytogenes).
  • Huevos crudos o parcialmente cocinados (por el riesgo de infección por Salmonella).
  • Carne cruda o parcialmente cocinada (por el riesgo de infección por Toxoplasma gondii y Listeria monocytogenes).
  • Hígado (por contener grandes cantidades de vitamina A).
  • Pescados y mariscos crudos (por el riesgo de contaminación con microorganismos diversos, entre ellos Listeria monocytogenes y anisakis).
  • Algunos pescados y mariscos (por su contenido en mercurio o cadmio).
  • Leche o productos lácteos sin pasteurizar (por el riesgo de contaminación microbiana).
  • Alimentos con restos de tierra (por el riesgo de contaminación microbiana).
  • Cafeína.

Estas recomendaciones pueden ser algo distintas según los países y lugares geográficos en función del mayor o menor riesgo de los productos locales y de las medidas de seguridad alimentaria en vigor.

 
La evolución de la gestación mes a mes

Según autores españoles, son solo 5 los tipos de alimentos restringidos:[3]

  1. Pez espada, tiburón, atún rojo y lucio: no consumir.
  2. Pescado crudo o poco cocinado: no consumir.
  3. Leche sin pasteurizar: no consumir.
  4. Carne cruda o poco hecha: no consumir.
  5. Cafeína: consumir con moderación.

No se cita al alcohol porque realmente no es un alimento, pero no está de más recordar que no debe consumirse en absoluto; la única ingesta admisible en la mujer gestante es cero.


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Recomendaciones generales

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Recomendaciones generales a la hora de cocinar:[3]

  1. Limpiar bien todos los utensilios de cocina que se han utilizado para manipular alimentos crudos (carnes, verduras, pescados) con el fin de evitar el posible contagio a otros alimentos.
  2. Lavarse bien las manos antes y después de tocar los alimentos.
  3. Limpiar a conciencia las verduras, hortalizas y frutas antes de su consumo.
  4. Cocinar muy bien todos los alimentos, en especial las carnes, mariscos y pescados. Comprobar siempre si alguna parte ha quedado cruda.
  5. Verificar la fecha de caducidad de los productos alimenticios.
  6. No recalentar más de una vez las comidas.


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Algunos tipos de queso

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El motivo es que algunos quesos pueden transmitir la infección por una bacteria llamada Listeria monocytogenes. Esta infección es poco frecuente, pero incluso una infección leve puede provocar un aborto o causar daños al feto o al recién nacido.

Algunas recomendaciones específicas de alimentación de la mujer gestante no incluyen a este grupo de alimentos entre las restricciones o precauciones a tomar en consideración, porque estiman muy bajo el riesgo de contaminación por Listeria monocytogenes.[3]

Son diversos los alimentos que pueden contaminarse con este microorganismo (carnes, quesos, verduras, por ej.); la contaminación puede estar presente en productos frescos y también pasteurizados, por contaminación posterior. Los quesos son alimentos implicados con cierta frecuencia, y son los quesos blandos los que más riesgos tienen, porque su contenido en humedad y acidez favorecen el crecimiento de la bacteria Listeria monocytogenes.

¿Qué tipo de quesos deben evitarse

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  • Quesos blandos madurados con moho, como por ej. el brie o camembert, hechos con leche de vaca o cabra.
  • Quesos azules blandos, como por ej. el roquefort.

¿Qué tipo de quesos son seguros?

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  • Quesos duros. Este tipo de queso raramente reúne condiciones para el crecimiento de microorganismos.
  • Quesos blandos hechos con leche pasteurizada, como por ej. mozzarella, feta, requesón, queso para untar, etc.
  • Quesos blandos cocinados. El cocinado a alta temperatura puede destruir las bacterias que pudieran contener quesos tipo brie, roquefort u otros.


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Carne cruda o parcialmente cocinada

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La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito (Toxoplasma gondii) que puede encontrarse en la carne, el suelo, las heces de gato y el agua no tratada sanitariamente. Es una infección infrecuente, que puede tener pocos síntomas (incluso puede pasar desapercibida en la madre) y puede dañar al feto cuando la madre se infecta durante la gestación. La carne también puede contaminarse con Listeria monocytogenes.

Embutidos y carnes secas

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Las recomendaciones en España incluyen la de no consumir embutidos de cualquier tipo (jamón, chorizo, etc.) y carnes secas o ahumadas en general.[3] Otras recomendaciones, como las británicas, no establecen esta restricción por considerar el riesgo muy bajo.[2]


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Algunos tipos de pescado

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¿Qué tipo de pescados deben evitarse

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  • Pescados con riesgo de contaminación con anisakis sin tratar (congelación previa o cocinado a alta temperatura): bacalao, sardina, boquerón, arenque, salmón, abadejo, merluza, pescadilla, fletán, rodaballo, caballa, bonito, jurel, calamar y sepia. Se incluyen productos como el sushi, los pescados marinados o escabechados. Ver "El problema del anisakis" para aclarar de qué forma puede garantizarse que estos pescados están libres del parásito.
  • Pescados con riesgo de contaminación con mercurio: pez espada, tiburón, atún rojo y lucio.[4]
  • Aceites de pescado y suplementos vitamínicos similares (por la gran cantidad de vitamina A que pueden contener).
  • Mariscos crudos (por el riesgo de contaminación con bacterias o virus).
  • Las cabezas de crustáceos (gambas, langostinos, cigalas, etc.) y el cuerpo de los crustáceos de tipo cangrejo (centollo, buey de mar, etc.), por su contenido en cadmio.[5]

¿Qué tipo de pescados son seguros?

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  • Los pescados y mariscos tratados (congelación o cocinado a alta temperatura), con excepción de los pescados con riesgo de contaminación con mercurio y los crustáceos con riesgo de contaminación con cadmio, citados antes ya que la presencia del contaminante (mercurio, cadmio) no se modifica con el tratamiento del pescado o marisco mediante congelación o cocinado.

Otros productos

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  • Pescados ahumados. Los métodos de cría, captura y procesado de los pescados dedicados al consumo de esta forma (salmón, por ej.) en general son suficientemente seguros en cuanto a estar libres del parásito anisakis u otros microorganismos como Listeria monocytogenes; el procedimiento de ahumado no garantiza la inactivación de los microbios contaminantes. Si el proceso de captura y ahumado es manual o artesanal y no ofrece garantías, el pescado debería ser congelado antes del ahumado y de ser consumido. Actualmente, las recomendaciones en España, debido a la incertidumbre respecto al riesgo, son de no consumir estos productos por parte de las mujeres gestantes.[3]


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Cafeína

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La cafeína se encuentra en el café, té, chocolate, algunos refrescos, bebidas energizantes y algunos medicamentos para el resfriado.

Se estima que se pueden consumir unos 200 mg de cafeína al día. Para hacerse una idea, tenga en cuenta que el contenido de cafeína de los productos habituales son (aproximadamente):[2]

  • Una taza de café instantáneo: 100 mg.
  • Una taza de café expreso: 140 mg.
  • Una taza de té: hasta 75 mg.
  • Una lata de refresco de cola: 40 mg.
  • Una lata de bebida energizante: 80 mg.
  • 50 g de chocolate negro: a partir de 50 mg.
  • 50 g de chocolate con leche: 25 mg.

(estas cantidades son solo aproximadas dada la gran variedad de productos dentro de cada una de las categorías de productos señalados).


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Otros alimentos

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  • El consumo de frutos secos no parece incrementar el riesgo de alergia a los mismos en los bebés. Por lo tanto se pueden consumir dentro de una dieta equilibrada.


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Referencias

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Para saber más

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Enlaces externos

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Información general (pediatría, puericultura):

Blogs sobre alimentación y nutrición:

Otros:

Estas direcciones se ofrecen a título informativo. No debe entenderse que las entidades citadas comparten alguna o ninguna de las recomendaciones de este texto.