Sistema político del Reino Unido/Tudor
Tudor (1485-1603)
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Enrique VII
editarEnrique VII reformó el sistema de impuestos de la nación y volvió a llenar el tesoro de la nación, que había quedado en bancarrota por la irresponsabilidad fiscal de sus predecesores. También hizo las paces con Francia para que los recursos de la nación no se gastaran tratando de recuperar territorios ganados durante la Guerra de los Cien Años y creó alianzas matrimoniales con España y Escocia.
Enrique VIII
editarEl rey Enrique VIII es recordado a menudo por sus múltiples matrimonios.
Enrique intentó anular su matrimonio con Catalina. En 1533, una ley del Parlamento anuló su matrimonio con Catalina, lo que le permitió casarse con Ana Bolena. Sin embargo, muchos sintieron que la Iglesia, y no el Parlamento, solo podía gobernar los matrimonios. Enrique le había pedido al Papa Clemente VII que emitiera un divorcio en varias ocasiones. Bajo la presión del sobrino de Catalina, el emperador Carlos V, el Papa se negó. Por lo tanto, el Parlamento aprobó una ley que niega las apelaciones a Roma de ciertas decisiones de los arzobispos ingleses.
En 1534, se detuvieron todas las apelaciones a Roma de las decisiones del clero inglés. Una Ley del Parlamento aprobada en 1536 confirmó la posición del Rey como Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra, poniendo así fin a cualquier influencia que aún tuviera el Papa.
Eduardo VI
editarEduardo VI fue el primer rey protestante de Inglaterra. Pues su padre se había separado de la Iglesia Católica Romana pero no era protestante.
María I
editarMaría se opuso profundamente a la ruptura de su padre con la Iglesia en Roma y buscó revertir las reformas instituidas por su medio hermano protestante.
Isabel I
editarIsabel, fue una de las monarcas británicas más exitosas y populares que se asoció con el desarrollo cultural y la expansión del territorio inglés a través del colonialismo. Después de llegar al poder, revirtió muchas de las políticas de María. Isabel reinstaló la Iglesia de Inglaterra e hizo que el Parlamento aprobara la Ley de Supremacía, que confirmó la posición del soberano como Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra, obligó a los funcionarios públicos y administrativos a prestar el Juramento de Supremacía y practicó una tolerancia limitada hacia los católicos. No tuvo hijos ni herederos.