Historia del Partido Comunista Paraguayo (1928-1990)/Era Moriniguista/Presos Politicos
LA CÁRCEL Y LA EDUCACIÓN POLÍTICO-IDEOLÓGICA DE LOS COMUNISTAS
editarLos comunistas -obreros, campesinos, estudiantes- durante el tiempo de su reclusión en la Cárcel Pública (1947-1949), ocuparon con provecho los días, los meses y los años. Se dedicaron a una intensa labor de educación política y formación ideológica, a la vez que a un activo trabajo de reclutamiento de nuevos miembros, tanto entre presos políticos y de causa común. Afiliado en la prisión y formado como cuadro en la misma fue, por ejemplo, el camarada Juan Ojeda, originario del Alto Paraguay, quien por muchos años militó activamente en el frente sindical y fue miembro del CC. del partido. Fue asesinado por esbirros de Insfrán-Duarte Vera, en Asunción, en la década del 60
Los camaradas Antonio Maidana, Alfredo Alcorta, Ananías Maidana, Antonio Alonso, José Chilavert, César Delmás y otros organizaron y desarrollaron una verdadera escuela de cuadros en la prisión. La justa línea de incorporar a presos comunes al partido, en el proceso de explicación y esclarecimiento del programa partidario, fue de enorme importancia para la seguridad de los dirigentes. Gracias a ello se pudo abortar en ciernes intentos de asesinato del camarada Maidana y otros cuadros. (En una ocasión, el temible «sacatripas» Nicolás Bernal, apodado «La Muerte», nuestro amigo en el «báratro infernal», impidió con el imperio de su respetada autoridad entre sus pares, que tres presos comunes en estado de ebriedad consumaran un atentado contra varios presos políticos por encargo del Guión Rojo, entre ellos el famoso «Capa Roja».) Cuando en la madrugada del 1 de mayo de 1948, el joven dirigente febrerista Humberto Garcete fue abatido a metrallas en los techos de la celda 14, el cancerbero Antonio Malta Aquino esperaba en realidad que fuesen los dirigentes comunistas quienes tornaran la provocación de sus agentes. Humberto fue prevenido por los camaradas, pero su impaciencia sin esperanzas lo llevó a caer en la trampa mortal tendida por el enemigo.
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