Fractalidades en Investigación Crítica/Verdad y ficción
Verdad y ficción en la investigación crítica
Autores:
- Jordi Bonet i Martí
- Karla Montenegro
- Juan Carlos Acero
Introducción
editarLa frontera entre verdad y ficción acostumbra a sobreponerse con la línea de demarcación que separa ciencia de literatura. En la metodología científica clásica, la ficción no se opone a verdad (cuyo par de oposición correspondría a error) sino a discurso científico. Se trataría de dos términos que corresponden a dos campos semánticos distintos y cuya mixtura sería imposible de realizar. Sin embargo, tras el giro narrativo y lingüístico acontecido en ciencias naturales y sociales las fronteras no son tan pristinas como cabría esperar. La delimitación de campos entre verdad y ficción presuponía ontológicamente que la realidad fuera una, que respondiera a un orden necesario regido por leyes causales y que epistemológicamente pudiéramos llegar a conocerla. Actualmente, desde la asunción de un paradigma post-positivista todos estos presupuestos son puestos en entredicho. No solo estamos limitados para alcanzar la realidad en sí, tal como suponían los neokantianos, sino que esta es relativa en función de nuestra posición como observadores, tal como quedó demostrado en la teoría de la relatividad de Einstein. A su vez, nuestra intervención sobre el objeto de estudio no es neutra, tal como puso de manifiesto el principio de indeterminación de Heisenberg, y siempre existirá una proposición indemostrable desde nuestro nivel de explicación, lo que aprendimos de Gödel. Finalmente, no existe una oposición categórica entre orden y desorden, sino un trenzarse de ambos dónde el recorrido de la flecha de tiempo no es siempre uniforme, inaugurando con Prigogine las ciencias del caos. Si hemos optado por partir de ejemplos tomados de las ciencias naturales, en vez de las ciencias sociales, es precisamente para visibilizar el fracaso del ideal positivista en las mismas. Si en el siglo XIX, Comte y Saint-Simon aspiraban a la creación de una ciencia social basada en los presupuestos de las ciencias naturales (matematización, descubrimiento de las leyes de la causalidad,...) el mantenimiento de este ideal positivista en ciencias sociales es actualmente anacrónico, más todavía cuando este mecanicismo organicista ha sido abandonado en el propio campo de las ciencias naturales. ¿Cuál tiene que ser entonces el menester de las ciencias sociales en relación a la verdad? Michel Foucault, en un texto que recogía la pregunta kantiana acerca de ¿Qué es la ilustración? (Was ist Aufklärung?) se realizaba una pregunta similar acerca de la filosofía, y respondía distinguiendo dos alternativas: una análitica de la verdad (es decir el estudio de los criterios de distinción entre lo verdadero y lo falso) y una ontología de la actualidad (o del presente), es decir el estudio de las condiciones que han llevado a la cristalización de una determinada episteme en un contexto histórico dado, dónde ubicaba el desarrollo de su trabajo científico. Sin embargo detengámonos un momento aquí, y preparémonos para realizar un salto atrás. Si anteriormente hacíamos referencia a la distinción entre verdad y ficción a partir de la delimitación entre dos campos semánticos distintos, tenemos que abordar el momento histórico en que se realiza esta cesura, y para ello tenemos que remontarnos veinticinco siglos atrás.
Verdad y ficción en la grecia clásica
editarPodemos fechar el nacimiento del debate epistemológico acerca de verdad y ficción en la democracia ateniense, dónde a raíz del surgimiento de la polis como entidad política, la verdad deviene objeto de pública discusión. Es precisamente la articulación democrática (salvando las distancias, ya que en Atenas mujeres y esclavos tienen vedado el acceso a la participación política) quien permite que la verdad ya no sea vista en su consistencia y esfereidad parmenídea, sino como multiplicidad de opiniones doxai que debe ser reconocida en su dimensión aporética (en la apuesta sofística) o reconducida a la unicidad (en la apuesta platónica), emerge así el hiato entre nomos (usos y costumbres contingentes) y physis (el ser como naturaleza necesaria). El problema de la verdad, es que el acceso al conocimiento del orden de la physis se encuentra mediado por el nomos iniciándose así la tensión entre realistas y relativistas (en sus distintas acepciones ontológicas, epistemológicas y ético-políticas.)
En las configuraciones políticas precedentes a la polis, ya fuesen monárquicas o teocráticas, el debate acerca de la verdad carecía de sentido, porqué su dilucidación era monopolio del monarca, de su consejo asesor o de la casta sacerdotal. El problema que se planteaba no era el de distinguir lo verdadero de lo falso, sino establecer la legitimidad de lo verdadero a partir del recurso del discurso mítico. El mythos dotaba de sentido al ser por referencia a un sistema de creencias establecido. El problema de la verdad se constituye así en Grecia en el mismo momento en que se inaugura el tránsito del mythos al logos, es decir cuando pierde relevancia el recurso a los relatos mítico-literarios como fuente de legitimación al ser sustituidos por el pensamiento racional-discursivo. La verdad, nace pues hendida en la problematización.
Sin embargo, la verdad griega dista mucho de nuestro concepto moderno tomado del latín veritas como adequatio rei. Como puso de manifiesto el pensador alemán Martin Heidegger el término griego que correspondría a verdad sería aletheia que traduciríamos por "desvelar aquello que se encuentra oculto" y que para Heidegger correspondría al sentido del ser. Para Heidegger, así como para sus sucesores postmodernos, el pensamiento metafísico occidental correspondría al camino de ocultamiento del ser, el abandono de la pregunta por el ser y su substitución por la interrogación acerca de los entes. Esta problemática será recuperada por Derrida en su crítica a la metafísica de la presencia y al logocentrismo que le subyace. Para Heidegger, uno de los presupuestos del pensamiento metafísico es que la esencia precede a la existencia, por lo qué a fin de desandar el camino de la metafísica, nos propone partir de la existencia, y para ello desarrollará una análitica existenciaria a partir de la preeminencia de un ente que en su ser, le va su existir, como Da-sein (ser ahí). Si la filosofía occidental no deja de ser, según afirmación de Whitehead una sucesión de notas a pié de página de los textos de Platón, no debería extrañarnos que el pensamiento postmoderno revalorizé el relativismo de los sofistas frente a Platón, enfrentandonos una vez más al problema de la verdad. Platón, al hipotetizar la existencia de una realidad suprasensible conformada por el eidos de las cosas sensibles, nos permitía superar una realidad transida por la contingencia. La verdad se situaba así en otro plano más allá de la experiencia.
Sin embargo, la relación entre verdad y ficción en Platón es mucho más compleja de lo que a simple vista pudiéramos vislumbrar. El pensador que expulsa de su república ideal a los poetas como falsarios, recurre como método de exposición de su pensamiento a la ficción literaria. El Sócrates platónico, más allá de su caracterización histórica en la Apología, ejerce como personaje literario por medio del cúal y a través del diálogo, Platón expone su doctrina mediante mitos (de la caverna, Theuth, el carro alado) y no duda en introducir en sus diálogos a personajes históricos (Protágoras, Gorgias,...) para afinar estilísticamente sus diálogos. A pesar que la historiografía filosófica dominante ha acostumbrado a quitar importancia a este dato, lo consideramos relevante en tanto que nos muestra que las fronteras entre ficción y realidad no siempre han sido tan claras como algunos quisieran fijar.
La verdad puesta en entredicho: debates epistemológicos
editarNuestra relación con el mundo viene determinada por el "deseo de verdad" (Ibañez 2001:57) que desde Platón ha marcado el rumbo de la tradición filosófica occidental. La Ciencia es así construida como método, en su originaria acepción de cámino, en búsqueda de una verdad que se presenta como absoluta, única, universal, atemporal e innegociable.
La crítica socioconstruccionista
En el artículo "¿Cómo se puede no ser constructivista hoy en día?" Tomás Ibañez (2001) nos previene acerca de los cuatro mitos que alimentan la "ideología de la representación": el mito del conocimiento válido como representación correcta y fiable de la verdad; el mito del objeto como elemento consitutivo del mundo; el mito de la realidad como entidad independiente de nosotros y el mito de la verdad como criterio decisorio.
La crítica de la ANT
La sociología del conocimiento científico ha puesto en entredicho los modelos tradicionales de práctica científica. Desde la Actor-Network-Theory (teoría del actor red) los criterios de validación científica fundados en las tradicionales dicotomías (sujeto/objeto; natural/social; verdad/error) sucumben a la mirada crítica radicalizando la crítica que desde planteamientos socioconstruccionistas se había realizado al orden de la verdad. El principio de simetria surge de la obra de David Bloor Knowledge and Social Imagery que problematiza la distinción mertoniana entre contexto de justificación y contexto de descubrimiento reduciendo el papel de la sociología de la ciencia a este segundo a fin de investigar como el conteto influye en la generación de los errores. Para Bloor en cambio la sociología no puede ser reducida a sociología del error, sino que debe explicar con los mismos métodos la producción de la verdad
El principio de simetria generalizada de Callon y Latour supone una radicalización del principio de simetria de Bloor.
La crítica feminista
La epistemología feminista y la teoría de los conocimientos situados. La objetividad feminista en Donna Haraway
Implicaciones metodológicas
editarDenzin (2003) distingue siete momentos en el desarrollo del método cualitativo : el perído tradicional (1900-1950); la etapa modernista o edad de oro (1950-1970); géneros borrosos (1970-1986); la crisis de la representación (1986-1990); el período experimental o las nuevas etnografías (1990-1995); investigación postexperimental (1995-2000) y el futuro (2000-) que interroga a las ciencias sociales y humanas cómo lugares para el desarrollo de conversaciones críticas acerca de la democracia, el género, la clase, el estado-nación, la globalización, la libertad y la comunidad.
El investigador social como bricoleur.
El valor del testimonio
editarEn el camino de descenso de la epistemología a la metodología, el giro interpretativo acontecido en las ciencias sociales repercute en la artesanía de construcción de nuestros análisis. ¿Qué valor otorgamos a la experiencia vivida? El análisis que comporta el uso de distintas técnicas asociadas al método ideográfico (las entrevistas, la observación participante, la reconstrucción de historias/relatos de vida,...) nos interroga acerca del valor qué debemos otorgar a la experiencia vivida narrada por los sujetos puestos en interacción.
La ficción como método de indagación
editarEn wikipedia la ficción es definida por oposión a la verdad.
"Acción y efecto de fingir; Invención, cosa fingida; Clase de obras cinematográficas, historietísticas o literarias, generalmente narrativas, que tratan de sucesos y personajes imaginarios, o en las que, como dicen en muchas películas, "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia".
Texto 1: El juicio de la verdad
editar
JUEZ: Juicio núm 557, la Academia contra Rigoberta Menchú Tum acusada de falsificar sus testimonios. Acerquese la acusada Rigoberta Menchu Tum de 45 años. Maya e hija de mayas, Nacida en una pequeña aldea Quiché en 1959,
JUEZ: Me gustaría aclarar que al margen del juicio es un honor contar con usted en este tribunal. En nuestro requrimiento no pretendemos negar su valía como activista en favor de los derechos humanos y en defensa de las poblaciones indigenas. Si no poner en cuestión distintos aspectos de sus memorias recientemente cuestionados por diferentes antropológos nordamericanos. En su libro, “me llamo Rigoberta Menchu y así me nació la conciencia” usted describe la tortura y ejecución de su hermano Petrocinio a manos del ejercito guatemalteco acontecida en la plaza del pequeño pueblo de Cajul. Sin embargo, tras una investigación exhaustiva que ha contado con múltiples entrevistas a informantes locales llevada a cabo por el antropologo David Stoll el asesinato de su hermano no sucedió tal y como usted lo explica. No ponemos en duda que su hermano fuese asesinado por el ejercito guatemalteco y que durante la dictadura guatemalteca se produjeran múltiples masacres de indigenas. Sin embargo, su narrativa cuenta con numerosas omisiones y contradicciones que tal como ha demostrado nuesto fiscal David Stoll en su libro “Rigoberta Menchú y la historia de todos los pobres guatemaltecos” no se ajustan a los hechos tal como realmente acontecieron.
RIGOBERTA: Señor Juez, señores del jurado. Como saben tuve que huir a México y fuí acogida por el arzobispo de Chiapas Samuel Ruíz para salvar mi vida tras la muerte de la mitad de mi familia: mi padre murió quemado vivo en 1979 con los veintinueve ocupantes de la embajada de España, mi hermano murió asesinado en Cajul y mi madre murió torturada tengo que afrontar este juicio que tiene por objeto medir la veracidad de mi testimonio. Sin embargo, admito que Stoll tiene razón al decir que el relato del asesinato de mi hermano cuenta con errores y omisiones, porqué yo no estuve allí. Reescribí las cosas tal y como me las contaron y como las sentía
JUEZ: Pero perdona, señora Rigoberta. Esta usted admitiendo que ha falseado su testimonio? No es consciente que con ello está haciendo un flaco favor a la causa que afirma defender: los derechos de las poblaciones indigenas de guatemala. Podría haberse limitado a contar el hecho en tercera persona refiriendose a los otros testimonios oculares. Sin embargo en el libro afirma que usted estaba presente.
RIGOBERTA: Me sorprende y me alegra su preocupación por los y las indigenas guatemaltecas. Tras 500 años de olvido, muerte y miseria parece que la academia haya decido posicionarse en su defensa. Lo aplaudo aunque sea a costa del descrédito de mi testimonio.
JUEZ: No me interprete usted mal, nuestro juicio se haya libre de valores. No es nuestro objeto en este juicio posicionarnos a favor o en contra de los indigenas, sino defender la objetividad científica. Retomemos su alegato: la acusada afirma que no se encontraba en el lugar de los hechos en flagrante contradicción contra lo expresado en su testimonio.
RIGOBERTA: Estar allí? Puede decirme que sentido puede tener. Acaso no puedo haber experienciado la muerte de mi hermano a pesar de no encontrarme precisamente allí, es más objetiva la versión de un testimonio ocular que mi experiencia. JUEZ: No es mi intención cuestionar su experiencia. El problema es su valor científico. No niego su dolor, su sufrimiento, pero el problema con que nos encontramos es que este no puede admitirse como criterio de validación de su discurso. Y no es el único caso que encontramos en su realto. Por ejemplo, afirma que era iletrada, cuando otros testimonios recogidos en el campo demuestran que usted había asistido a la escuela. Es eso cierto?
RIGOBERTA: Sí, fui a la escuela mi familia eran maestros de escuela.
JUEZ: No la comprendo. Usted tendría que defenderse, y en cambio está ratificando todas las acusaciones que se le realizan. Se arrepiente entonces de su falsificación?
RIGOBERTA: No tengo que arrepentirme de nada. Desde la Academia dificilmente pueden escuchar las voces subalternas, porqué se niegan a ser interpeladas por ellas. Con mi relato no he pretendido contar mi historia personal, sino la experiencia de opresión y marginación que sufre la población maya en Guatemala, abrir una ventana a nuestro mundo, nuestra experiencia de dolor y sufrimiento. Quizás yo haya aprendido a leer y escribir desde mi infancia, pero esto constituye una excepción en mis comunidades. No he contado ningún hecho que no nos hubiera sucedido, el hecho que hubiera estado allí, o que hubiera sido yo la protagonista, carece de importancia.
JUEZ: Pero como puede decir que no tiene importancia. Si usted hubiera hecho una investigación canónica acerca de la muerte de su hermano, no se encontraría ahora frente a este tribunal. Podría haber cuantificado el número de muertos que el ejercito había causado en los indigenas, analizar las entrevistas a informantes cualificados que presenciaron los hechos, establecer un diagrama que demostrará como en esos años los asesinatos realizados por el ejercito se produjeron en un porcentaje mayor que en los años anteriores. Pero usted ha preferido inventarse una historia...
RIGOBERTA: Mi testimonio nunca pretendió cumplir con los canones de la academia. No soy una investigadora social ni nunca he pretendido serlo. Por otra parte mi pueblo habla con otras voces que no se corresponden con sus números, ni sus categorías, contamos historias, pero no por ello estás no son verdad, constituyen nuestra verdad.
JUEZ: Porqué no dijo entonces que estaba escribiendo una novela, un relato de ficción realista pero que no se atañe a los hechos. Gabriel García Márquez realiza bellisimas y comprometidas descripciones de la situación social colombiana, pero distingue claramente lo que es ficción de la realidad. Sus novelas tienes fuerza argumentativa, están rigurosamente documentadas y son comprometidas socialmente. Pero él no falsifica testimonios, si lo hiciera su credibilidad quedaría en entredicho.
RIGOBERTA: Gabo sabe escribir bellas historias, es su profesión. No sé si mi libro es literatura o ciencia, y que sentido tiene esta distinción. Sin embargo, yo no quería escribir solo una historia bonita, quería escribir nuestra historia tal como yo la he vivido y percibido.
JUEZ: Historias, discursos... Reconozco que es interesante lo que me cuenta. Pero si solo atendieramos a lo discursivo a partir de nuestras distintas subjetividades, tendríamos que admitir como válidos también los testimonios de la prensa oficial que silenciaba y negaba que hubiera matanzas de indigenas. Se trataría de dos repertorios interpretativos distintos, pero sin objetividad científica no podemos decir cual de los dos es cierto o falso. Esta situación nos conduce directamente al relativismo...
RIGOBERTA: Concedo que mi relato pueda incluir elementos de ficción. Desde el Popol Vuh, llevamos siglos creando y transmitiendo ficciones, pero es precisamente esa articulación de significados las que constituyen nuestra realidad, nuestra interpretación del mundo. Como para ustedes lo constituye el mercado, el sistema electoral o la misma Ciencia.
JUEZ: No siga por aquí o va a tener problemas. Como puede atreverse a insinuar a que la Ciencia está constituida por ficciones. El problema es que su testimonio trasngrede la verdad, al no corresponderse su representación al objeto, al no verificarse lo que afirma qué realmente sucedió.
RIGOBERTA: Es cierto mi testimonio no es un discurso denotativo o simplemente descriptivo, sino que pretende generar efectos de verdad en su audencia, su articulación es performativa. Pero escucheme, mi relato no es meramente discursivo, esta rodeado de la materialidad formada por mi experiencia, por las relaciones de poder que desde siglos subyugan a las indigenas, por el dolor que habita en las comunidades.
JUEZ: Pero usted se alza en portavoz de un pueblo subyugado, expropia su voz otorgandose sentimientos, sufrimientos y experiencias que no le corresponden, que son de otros. Sin llegar a la acusación de narcisismo formulada por Stoll, comprenderá que es difícil incluso para un juez como yo que siente simpatía por sus actividades, abogar por la absolución en este caso.
RIGOBERTA: Estoy de acuerdo que en el momento en que utilizo mi influencia, mi posición como ganadora del premio nobel de la Paz para poner en mis palabras las voces subalternas, estas dejan de serlo, adquieriendo una autoridad cultural. Sin embargo en la acusación de Stoll aquello que se pretende es resubalternizar esas voces a partir del silenciamento de mi voz. Su apuesta no es aumentar el grado de diversidad y multiplicidad de la experiencia de sufrimiento de los mayas, sino acallar y desligitimar una de las pocas voces que ha resonado más allá de nuestras aldeas
JUEZ: Pero Stoll considera que su testimonio tenía una intencionalidad política, y le acusa que sirvió para aumentar la situación de guerra cuyas víctimas principales han sido los indígenas. Esta es una acusación grave, que yo no comparto plenamente, pero frente a la cual me gustaría oir su opinión,
RIGOBERTA: La guerra de exterminio contra los mayas, ni empieza a finales de los años 70 ni acaba con los acuerdos de paz. Llevamos siglos sufriendola, de manera que forma ya parte de nuestra cotidiandidad. Mi relato es tan intencionalmente político como la deslegitimación de Stoll.
JUEZ: Sus argumentos de defensa han sido muy interesantes. Sin embargo siguen existiendo sombras de duda acerca de la relación entre verdad y ficción o el valor de lo discursivo frente a la materialidad de lo vivido. Considero que es al jurado a quien le pertoca deliberar sobre estos asuntos.
Texto 2: Se murió el viejo
editarNarrador> ¡Se murió el viejo!
Narrador> Fue lo que gritó el Chiqui cuando lo vio allí, como dormido, apoyado en su bastón; conservando, hasta el último suspiro, su postura de autoridad.
Narrador> Ya antes había escuchado un grito como el del Chiqui, muchas veces. Por esta razón me tomé la noticia con incredulidad. El viejo había muerto en otras ocasiones y, cuando menos lo pensábamos, se aparecía de repente, cagado de la risa y con nuevas historias: leyendas que recogía, pienso yo, en sus visitas al más allá y debido a la ventaja que tiene quien mira al mundo desde el cielo…. o el infierno.
Conciencia> Así que, la noche siguiente a su muerte más reciente seguíamos encontrándolo aquí, apoyado en su bastón y conservando en todo momento su postura de autoridad. Nos reuníamos entonces todos alrededor del fuego, como hoy, para que el viejo nos hablara de las aventuras y desventuras de la Verdad. Hablaba con la seguridad de quien podía acariciar la certeza con sus manos finas. Hablaba con la parquedad de quien ha expulsado de su alma todo sentimiento, para relatar con imparcialidad el transcurso de los hechos. Nosotros nos comíamos todos sus cuentos y regresábamos a casa con la barriga llena y el corazón contento.
Narrador> ¡Ay viejito! ¡Esta noche no estás aquí para contarnos tus historias! ¿Con qué verdad nos iremos esta noche a la cama? ¿Cómo llenaremos las dos horas que tenemos por delante si no está el viejo?
Conciencia> ¡Hagamos un llamado a los sabios del pueblo!
Narrador> Opinó entonces mi conciencia y como me pareció una buena idea le pedí al Chiqui que los llamara a todos. Y al poco tiempo estuvieron aquí reunidos. Desde aquí puedo verles las caras, ¡claro que sí! Y el fuego se les refleja en las pupilas, el fuego me deja ver que no terminan de creer en la muerte del viejo; pero, al mismo tiempo, encuentro una cierta inquietud.
Conciencia> ¡Yo también veo la luz en sus ojos!
Narrador>… dijo mi conciencia
Conciencia> … y en ellos veo preguntas latentes…
Sabio> ¿Quién contará hoy las historias? ¿Cómo las contará? ¿Sobre qué versará cada una de ellas?
Narrador> Para responder a estas inquietudes que se abrigan en nuestros corazones estamos aquí reunidos… lloremos la muerte del viejo, porque no volveremos a escuchar su risa matemática…. milimétrica
Sabio> … calculadora…perfecta
Conciencia> … escrutadora…
Sabio> Creo que es necesario recuperar el legado del viejo, escarbar en sus libros, aprender sus técnicas. Creo que recordando el ritmo de su voz, la palidez de sus labios, el mecánico movimiento de sus manos… e imitándole, lograremos contar nosotros bien las aventuras y desventuras de la Verdad. ¡Mantengamos el bastón aferrado al suelo para que el narrador no flaquee mientras cuenta las leyendas!
Narrador> Oyendo esto, se levantó de su asiento un sabio que había encontrado la oportunidad para darnos a conocer su opinión sobre las historias de nuestro anciano narrador: “El viejo pretendía convencernos de que las cosas hablaban a través de sus labios, que él podía conocer perfectamente el mundo y que éste atravesaba límpido sus palabras y nos refrescaba la mente. Pero mientras estábamos atentos al mensaje descuidamos al mensajero que, quiéralo o no, deja su marca en las historias. Yo que he estado en muchos pueblos puedo dar fe de que en lugares remotos y en otros tiempos se han contado otras historias y en formas diferentes. Historias donde el mismito cielo, la mismita tierra parecían otros”
Conciencia> “No es necesario atenernos a las recomendaciones del viejo, a los manuales que el Chiqui encontró en sus baúles.” Dijo una de las ancianas del concilio “Yo he escuchado a las mujeres que mantienen la memoria de este pueblo, y que en sus tejidos lo mismo enredan acontecimientos y fibras de algodón. Ellas tienen sus propios criterios para contar historias, y no necesitan un bastón que lo mismo sirve para apuntillar la tierra y para golpear a los perros. Escuchemos como cantan sus historias y contemos también sus leyendas”.
Sabio> “Ahora que mencionas tu a las mujeres tejedoras, pienso que deberíamos recurrir a nuestros artistas y artesanos. ¿No son sus obras sencillas y grandiosas, otras formas de contar historias? Ellas y ellos nos hablan también del mundo, aunque, en esta empresa, utilicen más las manos que los labios. Nos hablan, de hecho, de ese mundo que se nos escapa por entre los huecos que dejan las palabras. Pidámosle también a ellos que nos enseñen a contar historias nuevas, a retratarlas en los lienzos, esculpirlas en el barro y atornillarlas en las máquinas”
Narrador, Sabio y conciencia repiten su parlamento tres veces al mismo tiempo
Narrador> Pero tu memorizarás y contarás las historias de las mujeres? Los cuentos que le narran a sus niños? O será mejor traerlas con nosotros, esta noche, para que escuchemos de sus labios lo que tienen para decirnos?
Sabio > Debemos ir hasta pueblos lejanos para renovar las historias? No es mejor encontrar la novedad en nuestro patio, en la calle y la tienda de la esquina? Vayamos todos tras las historias de todos los días!
Conciencia> No se muy bien que tendrían para decirnos los artistas y artesanos. Acaso al hablarnos de las historias que cuentan sus obras, no están empleando también el lenguaje? No están volviendo a las habituales formas de narrar los cuentos?
Sabio> Quizá deberiamos permitir que cada cual se expresara por sí mismo: las mujeres, los nativos, los artistas y también sus artilugios...
Narrador> Lo que me queda claro es que no podemos traerlos a todos aquí, ni todos podemos trasladarnos donde ellos están. ¿Tendremos que definir un mecanismo de representación?
Conciencia> Y, ¿el representante nos traerá a los otros? …
Sabio> Y en el narrador encontraremos siempre una verdad parcial, o ¿quizá una ficción? Nunca los representaremos a todos. ¡Sólo podrá hablar por sí mismo!
Conciencia> ¿Quién podrá alguna vez definirlo?
Narrador> ¿Quien podrá definirlo?, ¿Por qué? y ¿Con qué criterios?
Narrador> ¡Hay viejito! ¿Por que no ríes ahora? Quizá no te hace gracia nuestro estallido de ideas profanas …
Conciencia> ….o…. quizá estás atento a nuestras sugerencias…
Narrador> ¿Te gustan nuestras ideas?
Conciencia> … o ¿Quizá te disgustan demasiado para respondernos? ….
Narrador> Sea una cosa o la otra… eso es lo que esta noche haremos: cantemos todos juntos para atraer la lluvia! Y que la lluvia sea hoy una lluvia de ideas. ¿Quién desea …
Conciencia> …desea…
Sabio> … desea…
Narrador> …empezar?
Para revisar
Ideas delTexto de Brown, S. “Physcology and the Art of Living”
Introducción
Critica la idea de construcción social de personas, desde lo que dice Hacking, decir que algo es socialmente construido no aporta más que lo que significa el término, ej: “Abuso infantil”.
Brown afirma que a este tipo de análisis le falta algo, algún aspecto de la experiencia vivida que no se reduce a la relación entre el discurso y las personas de las cuales y hacia las cuales habla. Apuesta por reconciliar al sociocontruccionismo con algún tipo de materialismo que pueda ser capaz de dar cuenta de los nexos entre los aspectos discursivos y materiales de nuestra existencia.
Con él varios autores (Sampson, Burr, Harré) coinciden en apelar a algo fuera del discurso, a algún fenómeno “no-discursivo”, que a la vez que restringe, hace posible nuestra experiencia en el mundo.
En algunas concepciones materialistas se piensa que lo material es aquella naturaleza física del mundo, las cosas, lo sólido. Esta formulación corre el riesgo de ser criticada, al se imposible pensar en algún tipo de discurso que no sea en algún sentido material, que no sea hablado por una persona encarnada, ni inscrito en algún objeto material o técnico.
Propone pensar en la posibilidad de dejar el realismo mundano, considerando la materialidad, igual que el discurso, como construida socialmente. La pregunta es ¿Cómo sería abordar lo no-discursivo, sin recurrir al realismo mundano, ni a una concepción de las relaciones de poder como oposición de fuerzas? (desde la crítica de Foucault)
En este trabajo se quiere abordar la cuestión estética que plantea Foucault, las técnicas del self, y el arte de la existencia. Las afirmaciones de Haidegger de verdad y arte y el concepto de territorialización de Deleuze, para pensar en las maneras de acercarse al “entretejido” del discurso y lo no-discursivo, dentro de un marco estético.
En el ejemplo de “Sensitividad Química Múltiple” (ver página 173)
Se pregunta ¿Cómo se puede analizar este tipo de episodio? Afirmando que el socioconstruccionismo intentaría hacer un análisis limitado de esta situación, propone pasar a un análisis Foucaultiano, pero esta forma arqueológica también buscaría una raíz discursiva en toda actividad humana. No obstante en algunos escritos de Foucault (1983) se muestra incómodo al saber que sus análisis aún dejan fuera la parte no-discursiva.
El Caligrama Desmenuzado.
Foucault realiza un análisis más complejo del que se haría desde una perspectiva tradicional de la pintura de René Magritte, “Esto no es una pipa” (1968). Dice existe una tenue interdependecia entre las el nombre del cuadro y la figura del mismo: (una serie de trazos que no son una pipa). Una se apoya en la otra, es una interdependencia inestable, en donde cada uno de los elementos amenaza con derrocar u ocultar al otro.
Es se compara con el Caligrama, un tipo de poesía en donde las el conjunto de las palabras forman un objeto, el objeto central del poema. Independientemente que el texto y la figura sean una composición completa, en la práctica uno nunca es capaz de ver más de un aspecto de la composición. (al leer se disuelve la figura y viceversa)
En la solución a la pintura de Magritte, la solución no esta en la oposición de palabra y objeto, (discurso y materialidad), sino entre los dos tipos de ensamblajes o multiplicidades. Juntos las multiplicidades componen un todo inestable y coherente. Para el problema de Foucault, dice que lo discursivo y no-discursivo sirven ambos como límite y apoyo, uno de otro.
“Foucault confronta la certeza que es el lenguaje el que expresa predominantemente la agencia humana y el poder. El discurso no se aplica a un mundo pre-formado, (como una pintura sobre un canvas), es más bien un proceso activo de composición, en donde se encuentran ensamablados elementos discursivos y no-discursivos”. Pág. 180.
Ejemplo: La persona enferma con Sensitividad Química Múltiple (SQM) Jack, se encuentra en una obre en composición, el hace verdadera su enfermedad al organizar materialidades y moverse en torno a ellas. Existen dos elementos en juego simultáneamente, lo discursivo y lo no-discursivo, juntos hacen el todo que es la enfermedad SQM.
La verdad como performance.
Haidegger dice que el arte es una de las maneras en que el mundo puede ser puesto y presentado ante nosotros, ejemplo: pintura del Van Gogh “Peaseant Shoes”. También que si bien la verdad puede ser construida o ingeniada a partir de la representación y el poder (Socioconstruccionismo), que no se debe abandonar la noción de verdad. El dice que la “verdad” que es adecuadamente establecida, cuando el conocimiento coincide con el objeto, debe ser llamada un asunto de concordancia entre ambos. La verdad tiene que ver con nuestras expectativas también y nuestro entendimiento anterior. Ejemplo de los regimenes de verdad de Foucault. (modernidad; el deseo de saber, de encontrar la verdad)
En el caso de Jack, este juega un papel para establecer la verdad de su enfermedad. Sirve de medio a través del cual se establece una concordancia entre el discurso de SQM, y la organización espacial de la casa de Jack. Formalmente corresponden el discurso y el objeto.
Así la verdad no es la exactitud de la representación, ni la concordancia entre el conocimiento y el objeto, esta dada por la manera en que la obra de arte performa para nosotros, de manera exitosa, la relación entre los elementos discursivos y no discursivos.
Lo que Foucault llama una “actividad estética” o un “deseo de verdad”,
Territorialidad.
Deleuze utiliza los términos contenido y expresión, y apunta a como estos dos aspectos del conocimiento se apoyan mutuamente. En la prisión el contenido es el ordenamiento no-discursivo de los cuerpos, y este arreglo se expresa en un código penal, lo que constituye una forma particular de delincuencia. La criminalidad es un intento por situar la escencia de la criminalidad directamente en la persona. Los actos definidos como criminales, son vistos como expresiones de su carácter delincuente.
Importante, el contenido y la expresión ambos sirven como límite y apoyo, el uno del otro. Es únicamente en su presentación conjunta, en el todo formado por el conocimiento, que se completa el caligrama.
Afirma que la delincuencia, el elemento expresivo, se le extrae a los “criminales”, en lugar de simplemente aplicárselo. La delincuencia emerge de los detalles de la vida cotidiana de los delincuentes. Una vez extraídas las cualidades de una persona, se transforman en los discursos de la ley penal, en la noción de delincuencia. Esta noción después se le aplica al individuo, quien es ahora un delincuente. Deleuze llama a este proceso de extracción y reaplicación, territorialización.
En el caso de Jack, sus calidades personales se terminan redefiniendo como parte de su padecimiento. Incluso su biología termina siendo influida por los discursos de la enfermedad, su biología es territorializada. Así lo discursivo y no-discursivo se unen en un proceso de territorialización.
“Nuestra habilidad para hacer esto, es tanto una habilidad estética como práctica. Es un trabajo de estilización, de componer palabras y materiales, un arte”. Pág. 188.
El arte de vivir.
Esta noción de arte es a través de lo estético, lo que trae a colocación nociones como; verdad, performance y expresión, lo que abre las líneas de la investigación construccionista. Esta tiene la cualidad de unir al performer y al observador. Esto no abre las posibilidades de pensar como estos mundos (enfermedad, delincuencia o pobreza) pueden ser performados de manera distinta. En términos de foucault y Heidegger, análisis verdaderos.
BIBLIOGRAFÍA
Brown, Steven D. "Psychology and the Art of Living" in Theory & Psychology. Sage vol. 11(2): 171-192
Clifford, James & Marcus, Georges A. (1991) Retóricas de la Antropología. Barcelona: Ediciones Jucar
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