Alimentación infantil/Otros trastornos

En este capítulo se tratarán brevemente los aspectos relacionados con el papel que juega la dieta y la alimentación en la aparición y evolución de ciertos trastornos de diversa naturaleza propios de la población infantil.

Una vez más conviene destacar que entre los beneficios de la lactancia materna se encuentra que, también en los casos de estas entidades, tiene un claro efecto protector.

Recomendaciones generales:

  • Debe advertirse que son enfermedades que deben ser siempre diagnosticadas, tratadas y controladas por especialistas (pediatra, psiquiatra, psicólogo clínico, dermatólogo, etc.).
  • Los aspectos nutricionales son importantes en todos los niños. En los niños afectados por los trastornos mencionados aquí, por tanto, también son cuestiones de máxima importancia para su salud en general.
  • Se recomienda precaución en la interpretación de informaciones de escasa base científica que con facilidad se difunden a través del boca a boca, internet y canales comerciales con interés exclusivo en la venta de productos milagro. Se deben buscar fuentes de información fiables y el consejo de profesionales responsables (pediatra, nutricionista, etc.).

A continuación se comenta brevemente algunas cuestiones relacionadas con la alinentación de niños con diversas enfermedades, como:

Autismo

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El autismo (o mejor dicho "los trastornos del espectro autista" o TEA, ya que no se trata de una sola y única enfermedad sino de un grupo de enfermedades distintas que comparten algunas manifestaciones) requiere de un tratamiento complejo y continuado de distintos profesionales (psiquiatra, fisioterapia, educación especial, etc.); se trata de un tipo de enfermedad, en general, grave, que comporta una gran exigencia y sufrimiento para los pacientes y sus familias, para la cual no se cuenta con un tratamiento eficaz en la mayoría de los casos, pese a que se han intentado y se siguen investigando enfoques muy variados.

Una enfermedad compleja y grave como esta, lleva a muchas familias a buscar soluciones en cualquier sitio y las hace vulnerables a los desmanes de charlatanes y aprovechados que ofrecen soluciones milagrosas (a cambio de dinero, claro) que en absoluto han demostrado eficacia alguna.

Son innumerables las propuestas de tratamiento de estos pacientes. Pueden agruparse, de forma resumida, en: terapias conductuales y de comunicación, tratamientos nutricionales, tratamientos farmacológicos y otros en el campo de la medicina complementaria y alternativa. Debe quedar claro que hasta el momento, lamentablemente, ninguna medida o tratamiento ha demostrado ser eficaz de forma general; como mucho, algunas medidas han mostrado alguna eficacia parcial en solo algunos pacientes, pero cuyos resultados no pueden ser extrapolables al conjunto de pacientes.[1][2]

En el terreno de las medidas nutricionales, decir lo mismo, ninguna medida (exclusión de componentes, suplementos de diverso tipo, etc.) ha demostrado ser eficaz de forma científicamente fundada:

  • Algunas familias han reportado algunos resultados parcialmente favorables en sus niños usando una dieta libre de gluten y libre de caseína (DLGLC). El gluten es una proteína presente en varios cereales (trigo -y sus híbridos como triticale, espelta y otros-, cebada, centeno y avena), y la caseína es una proteína que se encuentra en la leche de los mamíferos y sus derivados (leche, queso, yogur, etc.). Una publicación reciente aclara que a día de hoy no hay ningún dato que apoye el uso de este tipo de dieta en estos pacientes.[3]

Recomendación:

  • Los datos científicos con los que se cuentan hasta el momento no muestran evidencias claras de que una dieta como esta (libre de gluten y libre de caseína) ofrezca beneficios a los niños con TEA.
  • Mientras nuevas investigaciones aclaran esta cuestión, se recomienda que si una familia con un niño con TEA decide probar esta modalidad de tratamiento, lo haga con el asesoramiento de un profesional (pediatra, nutricionista) para evitar déficits nutricionales añadidos.[4][5]


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Hiperactividad/déficit de atención

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La ilustración pertenece al libro Struwwelpeter, de Heinrich Hoffman (1844). Su popular personaje, Fidgety Phil, advertía a los niños acerca de las consecuencias de no parar de moverse en la mesa. Esta antigua historia se ha esgrimido como prueba de que el TDAH ya se conocía entonces

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una enfermedad que se diagnostica cada vez con mayor frecuencia. En EE. UU. se estima que afecta a casi 1 de cada 10 niños de edad entre los 5 y 17 años;[6] en España, afortunadamente, la cifra es considerablemente menor, aunque desde distintas instancias se advierte de los peligros de sobrediagnosticar este trastorno. Aunque se han establecido criterios diagnósticos de la entidad, muchos profesionales advierten de que estamos aún lejos de comprender la verdadera naturaleza del trastorno, el diagnóstico y su eventual tratamiento.[7] La mayor dificultad radica, precisamente, en diferenciar casos de verdadera enfermedad, de aquéllos niños y adolescentes simplemente movidos, inquietos, inteligentes o con facilidad para distraerse, y en evitar catalogar estas situaciones como enfermedad. Cuando se determina que un niño o adolescente sufre un TDAH, el tratamiento es siempre multidisciplinar, basado en la familia y la escuela como elementos básicos e imprescindibles, y en solo algunos niños o adolescentes, en general mayores de 6-7 años de edad, puede valorarse añadir algún fármaco.

Independientemente de lo anterior, en los últimos años se ha atribuido a algunos alimentos capacidad para causar o favorecer la aparición o agravamiento de algunos síntomas de dicho trastorno. Este es el único objetivo de este breve texto.[8]

  • Colorantes. En 2007 se publicó un estudio que relacionaba el uso de ciertos colorantes y el benzoato sódico con la aparición o evolución del TDAH. Sin embargo, posteriormente esta hipótesis no se ha confirmado con estudios serios. En 2008, la EFSA examinó los datos que sustentaban esta hipótesis y finalmente descartó la relación de los colorantes con esta enfermedad.[9]
  • Pesticidas. Se ha relacionado la exposición a los pesticidas (organofosforados) con un mayor riesgo de padecer el TDAH. Hasta el momento sólo se ha puesto de manifiesto la presencia de estos derivados en la orina y un incremento en la incidencia del TDAH, pero no una relación causal entre ambos hechos. [10]
  • Azúcar y chocolate. Tampoco estos productos parecen estar relacionados con la aparición del TDAH.
  • Cafeína. Debe advertirse que los productos con un contenido elevado de cafeína (algunos refrescos, café y bebidas energéticas) afectan de forma negativa a todos los niños, los que tienen TDAH también, y que deben restringirse, o mejor evitarse, su consumo.
  • Otros. Otros componentes dietéticos estudiados en relación con el TDAH son el zinc, el hierro, el magnesio y los ácidos grasos omega-3. A día de hoy, no hay base científica para mantener estas hipótesis y no se justifica modificar su uso en estos niños.[11]

Recomendación:

  • No hay base científica para limitar, restringir o modificar el uso de ningún alimento en niños con TDAH de forma diferente a cualquier otro niño. Por lo tanto, en niños y adolescentes con TDAH la alimentación debe ser variada, completa y saludable.[12]


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Mastocitosis

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¿Qué son las mastocitosis?

Un grupo de enfermedades poco frecuentes caracterizadas por la presencia de un tipo determinado de células -mastocitos- en cantidad aumentada en diversos órganos. Estas células tienen diversas funciones, como: defensa contra bacterias y parásitos, curación de heridas y cicatrización, defensa frente a tumores, inflamación y reacciones alérgicas. No son enfermedades contagiosas y raramente es hereditaria.[13]

¿Cómo se manifiesta en niños?

Hay dos tipos de mastocitosis principales en niños:

  • Urticaria pigmentosa; la más frecuente.
  • Mastocitoma solitario; una (a veces 2 o 3) lesiones en la piel.

En ambos casos la evolución es hacia la curación, con buen pronóstico al cabo de unos años.

¿Necesitan una alimentación especial los niños con mastocitosis?[14]

No. A veces se somete a estos niños a dietas que excluyen los alimentos supuestamente liberadores de histamina, pero debe recordarse que esto no tiene ninguna base científica y que, como toda dieta restrictiva, tiene riesgo de ser deficitaria.


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Referencias

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  1. J. Revenga. Nutrición y trastornos del espectro autista (capítulo 2): muchas dudas y pocas certezas. El nutricionista de la general (blog), 26 de diciembre de 2014
  2. J. Revenga. Trastornos del espectro autista y nutrición: el embarazo (capítulo 1). El nutricionista de la general (blog), 19 de diciembre de 2014
  3. A. Canals Baeza, y cols. Dietas «milagro» en pediatría. Posibilidades dietéticas en los trastornos del espectro autista. Acta Pediatr Esp. 2015;73(6):159-63
  4. Dosman C, et al. Complementary, Holistic, and Integrative Medicine: Autism Spectrum Disorder and Gluten- and Casein-Free Diet. Pediatr in Review. 2013;34(10):e36-e41
  5. Healthy Children. Dietas sin gluten/sin caseína. Actualizado el 19 de mayo de 2013. Consultado el 11 de diciembre de 2013
  6. ADHA. Data & Statistics. Actualizado el 13 de noviembre de 2013; consultado el 10 de abril de 2014
  7. Sainz Fernández LC. Atentos al déficit de atención (TDAH). Entre la naturaleza incierta y la prescripción hiperactiva. BIT, Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra. 2013;21(5)
  8. Basulto J. El papel de la dieta en niños con TDAH. Eroski Consumer, 8 de abril de 2014. Consultado el 15 de junio de 2014
  9. EFSA. Scientific Opinion of the Panel on Food Additives, Flavourings, Processing Aids and Food Contact Materials (AFC). Assessment of the results of the study by McCann et al. (2007) on the effect of some colours and sodium benzoate on children’s behaviour. EFSA Journal. 2008.doi:10.2903/j.efsa.2008.660
  10. Sánchez Bueno I, Buñuel Álvarez JC. Dudosa asociación entre la ingesta de pesticidas organofosforados con un aumento de la incidencia de TDAH. Evid Pediatr. 2010;6:54
  11. Thapar A, et al. What causes attention deficit hyperactivity disorder? Arch Dis Child. Mar 2012; 97(3): 260–5
  12. M.ª José Mas. El mejor tratamiento del TDAH. Neuronas en crecimiento, 5 de noviembre de 2018
  13. J. Fábrega Sabaté, F.A. Moraga Llop. Mastocitosis. Protocolos AEP, 2007. Consultado el 10 de noviembre de 2014
  14. Instituto de Estudios de Mastocitosis de Castilla-La Mancha, 2010. Consultado el 10 de noviembre de 2014


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Para saber más

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Ver en Wikilibros: Alimentación infantil: para saber más.


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Enlaces externos

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Información general (pediatría, puericultura):

Blogs sobre alimentación y nutrición:

Otros:

Estas direcciones se ofrecen a título informativo. No debe entenderse que las entidades citadas comparten alguna o ninguna de las recomendaciones de este texto.