Wikichicos/Leyendas/El Monte de las Ánimas
Esta leyenda ocurre en la ciudad de Soria y en el Monte de las Ánimas, un monte cercano a la ciudad que en tiempos antiguos perteneció a los caballeros Templarios que habían sido llamados por el rey para defender la ciudad de los moros en tiempos de la Reconquista.
Estos caballeros habían construido allí un monasterio en el que vivían y una iglesia. Los nobles de la ciudad estaban descontentos por el poderío de los monjes-caballeros y en algún momento pelearon entre ellos y los cuerpos de los que murieron quedaron bajo los escombros de la iglesia que fue destruida y quemada.
También cuenta la leyenda que en la noche de todos los Santos se oye doblar sola la campana de la iglesia y las ánimas de los muertos corren envueltas en jirones de sus sudarios en una batalla fantástica entre las rocas y los zarzales. Los lobos aúllan, los ciervos braman espantados, las culebras lanzan silbidos espeluznantes y a la mañana siguiente se ven en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos. Así pues nadie quería estar esa noche en el monte.
Beatriz y Alonso
editarBeatriz está en casa de su primo Alonso para reponerse de una enfermedad y ya se encuentra bien por lo que pronto volverá a su tierra. La noche de todos los Santos, después de cenar, Alonso le regala un anillo para que no se olvide de él cuando esté en su tierra. Al mismo tiempo, Beatriz quiere regalarle algo a su primo y se acuerda de su banda de seda azul que esa mañana ha llevado en la cacería que ha tenido lugar en el Monte de las Ánimas. Entonces se da cuenta de que ha perdido la banda en el monte pues no la encuentra por ningún sitio y le pide a Alonso que vuelva esa noche al monte a buscar la banda.
Alonso tiene miedo, aunque es un gran cazador y nada miedoso, pero esa noche no se atreve a volver al monte por los espantos que se dice que ocurren allí esa misma noche.
Pero Alonso venciendo al miedo tomó su caballo y en medio de la noche se dirigió al monte en busca de la banda.
Dieron las doce y Beatriz sintió el doblar de una campana y como un susurro de su nombre, lo que la hizo despertarse sobresaltada. Alonso no había vuelto aun, ya habían pasado tres horas, cuando el viaje podía hacerse en una hora. Oía unas pisadas en la alfombra de su habitación, ladridos de perros, ruidos en las puertas de la casa y no pudiendo más lanzó un grito y se tapó la cabeza con las mantas.
Pasó la noche sin dormir, oyendo las campanas de las iglesias de Soria doblar por los difuntos y el agua golpear en los cristales. Alonso no había vuelto.
Cuando amaneció vio que sobre su mesilla estaba su banda azul ensangrentada y en ese momento vinieron a decirle que Alonso había sido devorado por los lobos en el Monte de las Ánimas.
Fuente
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