Sistemas de Memoria Secundaria/Introducción y Justificación
Jamás en la historia de la humanidad se había alcanzado una evolución tan transcendental como la actual. La información ha pasado a ser un aspecto relevante en múltiples ramas del conocimiento; incluyendo la biología genética, la física cuántica, la divulgación científica y por supuesto la informática, Internet y el tratamiento de la información.
Cada día, se intercambian unos 2,5 billones de bytes de datos. Se estima que el 90% de los datos existentes en el mundo actual se han generado en el curso de los últimos dos años. Este diluvio se conoce como Big Data.
Sin embargo, este tremendo gigante de información en el que se apoya la sociedad moderna, nos obliga a una evolución constante tanto en la fiabilidad de los soportes de memoria como en su capacidad y velocidad de comunicación de la misma.
Nos enfrentamos al reto de almacenar de forma fiable, duradera y fácilmente transmisible, exabytes de datos. Para ello necesitamos soportes que mantengan la información más allá del ciclo de trabajo de un ordenador, de forma local y en red.
Contamos con la jerarquía de memoria, que nos permite clasificar memoria en orden creciente a su capacidad e inversamente proporcional a su velocidad, de forma que los soportes de mayor volumen se van a corresponder a la memoria secundaria, de velocidad relativamente baja pero de precio asequible en coste por megabyte.