Quehacer científico/Las formas del saber y la racionalidad científica/Actividad Cognitiva


•Las Actividades cognitivas Son habilidades de aprendizaje que contribuyen al cerebro a desarrollar y proce-sar información. Es necesario integrar en los niños las actividades que desarrollan las habilidades cognitivas, ya que están en una etapa de desarrollo, de conocer nuevas cosas y por tal razón les es mas fácil adquirir conocimientos. Estas habilidades suelen unirse al desarrollo de las habilidades motoras, otra área que los niños recién comienzan a desarrollar.

Con sus actos impulsivos y poco margen de concentración, puede ser difícil de creer que los niños logren un gran aprendizaje en su juego de todo el día. Aun así, los niños están en una edad donde sus cerebros están creciendo a un ritmo acelerado y los padres y cuidadores pueden estimular este crecimiento cognitivo a través de actividades que promuevan el pensamiento y la resolución de problemas.

Se clasifican en tres:

1. Dirección de la atención A través de la atención y de una ejercitación constante de ésta, se favorecerá el desarrollo de habilidades como: observación, clasificación, interpretación, inferencia, anticipación.

2. Percepción La percepción es el proceso que permite organizar e interpretar los datos que se perciben por medio de los sentidos y así desarrollar una conciencia de las cosas que nos rodean. Esta organización e interpretación se realiza sobre la base de las experiencias previas que el individuo posee. Por tal motivo, es conveniente que los alumnos integren diferentes elementos de un objeto en otro nuevo para que aprendan a manejar y or-ganizar la información.

3. Procesos del pensamiento Los procesos del pensamiento se refieren a la última fase del proceso de percepción. En este momento se deciden qué datos se atenderán de manera inmediata con el fin de comparar situaciones pasadas y presen-tes y de esa manera, realizar interpretaciones y evaluaciones de la información. En realidad, la clasificación de las habilidades difiere según los autores; por ejemplo, algunos proponen la siguiente secuencia : observación, comparación, relación, clasificación, ordenamiento, clasificación jerárqui-ca, análisis, síntesis y evaluación.

Otra clasificación propone las siguientes habilidades:

Observar es dar una dirección intencional a nuestra percepción e implica subhabilidades como atender, fijarse, concentrarse, identificar, buscar y encontrar datos, elementos u objetos. Analizar significa destacar los elementos básicos de una unidad de información e implica sub-habilidades como comparar, destacar, distinguir, resaltar. Ordenar es disponer de manera sistemática un conjunto de datos, a partir de un atributo determinado. Ello implica sub-habilidades como reunir, agrupar, listar, seriar. Clasificar se refiere al hecho de disponer o agrupar un conjunto de datos según categorías. Las sub-habilidades que se ponen en juego son, por ejemplo, jerarquizar, sintetizar, esquematizar, categorizar...

Representar es la recreación de nuevos hechos o situaciones a partir de los existentes. Las sub-habilidades vinculadas con esta habilidad son simular, modelar, dibujar, reproducir... Memorizar implica procesos de codificación, almacenamiento y recuperación de una serie de datos. Este hecho supone también retener, conservar, archivar, evocar, recordar... Interpretar es atribuir significado personal a los datos contenidos en la información recibida. Interpretar implica sus habilidades como razonar, argumentar, deducir, explicar, anticipar...

Evaluar consiste en valorar a partir de la comparación entre un producto, los objetivos y el proceso. Esta habilidad implica sus habilidades como examinar, criticar, estimar, juzgar. Las habilidades cognitivas son un conjunto de operaciones mentales que permiten que el alumno integre la información adquirida por vía sensorial, en estructuras de conocimiento más abarcadoras que tengan sentido para él. Con sus actos impulsivos y poco margen de concentración, puede ser difícil de creer que los niños logren un gran aprendizaje en su juego de todo el día. Aun así, los niños están en una edad donde sus cerebros están creciendo a un ritmo acelerado y los padres y cuidadores pueden estimular este crecimiento cognitivo a través de actividades que promuevan el pensamiento y la resolución de problemas.

El juego del espía

El juego del espía es un juego excelente para hacer que los niños comiencen a trabajar las habilidades de reconocimiento visual y rastreo. Empieza el juego diciendo "Yo espío..." y dando una descripción vaga, como "algo rojo". Los niños después deben adivinar qué objeto rojo es el que "espías", identificando todos los posibles objetos rojos en sus alrededores más cercanos y preguntándote cuál de ellos es. A medida que los niños se vuelvan más capaces, agrega más pistas visuales, como "espío algo rojo, redondo y que rebota" para que combinen elementos de información visual.

Agrupamiento

Los juegos de agrupamiento son otra actividad excelente para hacer que los niños ejerciten sus habilidades visuales y desarrollen su capacidad de reconocer patrones. Proporciónales una serie de juguetes e inventa categorías divertidas en las que puedan agrupar esos juguetes. Por ejemplo, una serie de animales de pelu-che podría agruparse por tamaños, colores, número de patas, el sitio donde viven o lo que comen. Inventa categorías más complejas a medida que los alumnos se vuelvan más habilidosos para clasificarlas.

Simón dice

"Simón dice" es un juego sencillo que hace que los niños completen secuencias y sigan direcciones, además de incentivarlos a trabajar en su capacidad para apreciar los pequeños detalles. Escoge una persona para que sea "Simón" y haz que dirija al grupo diciendo cosas como "Simón dice que se paren en un pie". Los otros alumnos deben completar la acción, pero sólo si la persona que da las indicaciones empieza con las palabras "Simón dice". Los niños deben ser capaces de escuchar activamente y prestar mucha atención para ganar.

Secuencias

Ser capaz de colocar objetos en una secuencia lógica es otra actividad apta para los niños que trabajan en el desarrollo de sus habilidades cognitivas. Entrégales a los alumnos una serie de juguetes y haz que los orde-nen de varias maneras, como del más pequeño al más grande, del más oscuro al más claro o en orden alfa-bético. Una vez que los niños hayan terminado con eso, proporciona un objeto nuevo y pregunta, "¿Dónde va esto?" Eso hace que los alumnos tengan que pensar cómo incorporar información nueva en un orden preexistente.

El cerebro puede entrenarse, y entrenarlo nos protege frente al deterioro cognitivo. Se piensa que la estimulación cerebral con una actividad intelectual continua podría crear nuevas conexiones entre las neuronas y disminuir la muerte neuronal. Sin duda, el ajedrez es un entrenamiento de habilidades como la planificación, la memoria, la toma de decisiones y la concentración. Diversos estudios han demostrado que la ejercitación y la estimulación cognitiva pueden retrasar la aparición de los trastornos de ese tipo y de las funciones intelectuales. Su estimulación con el ajedrez impacta positivamente en las funciones de conocimiento a largo plazo y sin duda es importante para prevenir su deterioro.

•Según Garry Kaparov los beneficios del ajedrez son: El ajedrez recurre a la memoria, la visión espacial, el cálculo, la intuición y la resolución creativa de proble-mas en tres fases apertura, medio juego y final. No se pueden ignorar los elementos competitivos y sociales. El ajedrez enseña disciplina, respeto por las reglas y a los rivales, y compromiso social para salvar muchas diferencias». Por todo esto es por lo que el ajedrez ha fascinado y frustrado durante tanto tiempo a filósofos, poetas, teóricos cognitivos, psicólogos y ahora a estudiosos del cerebro. El ajedrez no es el único en lograr esto, pero es un método universal, divertido y fácil para poner a prueba el cerebro. Estimula muchas de sus áreas, no solo las relacionadas con el cálculo. En respuesta a la pregunta ¿se puede hacer algo para mejorar la memoria a medida que envejecemos?: «Es como un músculo que se ejercita constantemente. El ajedrez es grande en esto. En todos mis años dando conferencias nunca he podido superar la explicación que escuché a una niña de nueve años en el Bronx, sobre cómo el ajedrez es capaz de ayudarla en clase. El ajedrez me ayuda con las matemáticas, dijo, que son complicadas. Me enseña a no tener miedo de los problemas complicados. Por otra parte a las personas con demencia también se le da ideas de como estimular las capacidades cogni-tivas, como hacerles sentir útil y así aumentar el auto estima de la persona.