Patología de la edificación/Fachadas/Humedades/Diagnosis

3. DIAGNOSIS


3.1. HUMEDAD DE OBRA: La coloración de los materiales, la fabricación de pastas y morteros, los hormigones, etc. tienen un proceso de secado muy lento, al ocupar el edificio sin haber concluido este proceso; la producción de vapor propia del uso dificulta el secado. Así mismo, la aplicación de revestimientos decorativos impermeables obstaculizan este proceso. Se pueden llegar a formar zonas húmedas, generalmente en caras inferiores de los forjados, por un reparto de humedad.

Este tipo de humedad hemos de descartarla en edificios no recientes, puesto que sólo puede aparecer al terminar la obra. No obstante, es fácil confundirla con humedades de condensación o de capilaridad. Por lo que en estos casos deberíamos realizar un estudio de posibilidad de condensación y comprobar también la posible humedad por capilaridad. Como medida general, deberíamos asegurar que el cerramiento se mantiene seco durante 30 días después de terminado el secado y a pesar de seguir el local en uso o en nuevo período de lluvias. Sólo entonces podremos afirmar que la humedad lo era de obra.


3.2. HUMEDAD POR FILTRACIÓN: Se debe establecer, del mejor modo, una relación causa-efecto por la investigación de hechos o circunstancias concurrentes antes o después de la aparición de la lesión. Establecer el carácter periódico o permanente; la relación con fenómenos naturales o no naturales.

Siguiendo el esquema utilizado en el punto 2.2. (tipologías de humedad por filtración) analizaremos la diagnosis en las diferentes situaciones señaladas en cuanto a humedades por filtración en fachadas:

-En los remates superiores: las filtraciones en albardillas y petos de terrazas no suelen ofrecer dudas, ya que difícilmente coinciden con otro tipo de humedad.
-En todo tipo de relieves: en estas plataformas horizontales puede haber confusión con las llamadas “microcapilaridades”. Aunque éstas suelen permanecer en la capa exterior del cerramiento, mientras que las filtraciones tienden a penetrar hacia el interior del edificio. Puede ser necesaria una pequeña “cala” para observar el recorrido.
-En huecos de ventana: la filtración por juntas constructivas o practicables es relativamente evidente, aunque es conveniente repasar meticulosamente los sellados reponiendo las zonas destruidas.
-En los paños ciegos: puede confundirse con humedades de obra, condensación, capilaridad (cerca de los arranques) e incluso con humedades accidentales. Para ver las posibilidades de la filtración, habrá que conocer la porosidad de los materiales constitutivos de la fachada y, sobre todo, el coeficiente de absorción de la capa exterior. Asimismo, se realizarán reparaciones puntuales en aquellos puntos conflictivos analizados donde encontremos existencia de grietas o fisuras, falta o defecto del material de acabado exterior, existencia de acumulaciones de agua importantes como jardineras, embalses, etc.


3.3. HUMEDAD CAPILAR: Tienen su origen en un foco húmedo y pueden proceder de una filtración anterior. Su extensión y trayectoria dependen de la capilaridad de los materiales que atraviesan, de la cantidad de agua que puede admitir la superficie expuesta y de la posibilidad que tenga de secarse desde el interior.

El agua de la superficie es más fuertemente retenida en la proximidad de contactos entre los gránulos. Es posible que el agua pueda penetrar en el interior (pasar de A a B y a C) resbalando sobre la superficie de los gránulos o por sucesivos estados húmedos y secos. La extensión y trayectoria de la lesión no es tan arbitraria como aparenta, sino que guarda relación con la porosidad de las fábricas, con la del agua por capilaridad depende de la estructura celular del material, que puede ser abierta (capilares) cerrada (burbujas) o mixta, siendo la primera la más desfavorable. EL agua asciende hasta que el incremento de peso de las microcolumnas es capaz de contrarrestar la resultante activa de las fuerzas intersticiales. Para 1 mm. de diámetro el agua sube 15 mm. Para 0,01 mm. de diámetro el agua sube 15.000 mm. Para 0,0001 mm. de diámetro el agua sube 150.000 mm.

Estadísticamente, aparecen más en las zonas bajas de los edificios (sótanos, muros de contención…) y en la proximidad de instalaciones húmedas. En el arranque de los muros desde el terreno, la humedad asciende por el interior del espesor del cerramiento o por su exterior, produciéndose en el segundo caso un fenómeno capilar superficial, que puede incluso limitarse al acabado exterior. Este tipo de humedad puede manifestarse también por la aparición de manchas salinas en la superficie de evaporación o por el desprendimiento de los revestimientos, formando una especie de barba florida en la línea de culminación de la altura capilar. La aparición de una banda oscurecida en las zonas bajas de la edificación suele ser el primer síntoma que delata la existencia de este tipo de humedades. Sin embargo, hay ocasiones en que la sintomatología no es tan clara. Los revestimientos de los muros y de la zona baja de los muros pueden degradarse y llegar a desmoronarse como consecuencia de la acción eflorescente de las sales cristalizadas y vehiculadas por el agua capilar. Sin que haya aparecido hasta ese momento mancha alguna que la delate. La altura capilar es mayor y más intensa en las fachadas orientadas al norte. En las fábricas de poco espesor, el contenido de humedad es uniforme en toda su anchura, mientras que en muros más gruesos se incrementa levemente hacia su mitad, como consecuencia de la menor evaporación existente. En los paños ciegos, el volumen de humedad sueles ser constante en la parte central, mientras que decrece en las proximidades de las esquinas. Esta peculiar distribución sirve para distinguir las humedades de capilaridad de las de condensación, cuyo contenido decrece rápidamente hacia el exterior. En edificios antiguos, es común que con el tiempo se haya modificado por lavado la estructura capilar de los morteros, que se manifestarán especialmente sensibles a la ascensión de este tipo de humedad.


3.4. HUMEDAD POR CONDENSACIÓN: La ventilación adecuada (continua y suave, o brusca y rápida, manteniendo la inercia del cerramiento) la adecuación de la temperatura interior, estanquidad y aislamiento, son las bases para producirse la condensación en las superficies.

Pero el vapor de agua se difunde a través de los materiales entre sus capas, ofreciendo mayor riesgo los cerramientos en contacto con ambientes más fríos. Así en estos, junto con el aislamiento térmico que controla las diferencias de temperatura, se ha de controlar la diferencia de presiones de vapor con la interposición de barreras que dejen el vapor de agua en las caras que no han alcanzado la temperatura de rocío. La humedad por condensación no da lugar a confusiones cuando se produce en la superficie interior del cerramiento y ésta es impermeable; puesto que resulta un goteo inconfundible. Si dicha superficie es porosa, puede confundirse con capilaridad, filtración, humedad de obra e, incluso, accidental, según su localización, lo que obligará a un estudio de los gradientes de temperatura y la posible existencia de puentes térmicos. Dentro del espesor del cerramiento la confusión es más probable, sobre todo con las humedades accidentales, aunque su identificación es fácil cuando se trata de puentes térmicos, debido a su localización tan concreta.


3.5. HUMEDAD ACCIDENTAL: Ante una humedad accidental confundible con algún otro tipo de humedad deberemos estudiar la documentación técnica para detectar la presencia de conductos y su posible sujeción incorrecta. También podremos recurrir al uso de detectores de metales embebidos (“pachómetros”) o al método más directo de la cala.


HUMEDADES