Patología de la edificación/Fachadas/7.Organismos/2.2. Vegetales

2.2. VEGETALES.

2.2.1. El moho.

El moho es un tipo de hongo microscópico, de entre 3 y 100 micras. Los tipos más frecuentes encontrados en viviendas son el Aspergillus, Cladosporium, Penicillium y Alternaria. Presentan diversos colores, claros, como el blanco o el rosado, u oscuros, como los verdosos, pardos, grises o negros, dependiendo de la cantidad de micelio. Las esporas del moho se encuentran en el aire, y en casi todas las superficies pero requieren una fuente de humedad para poder crecer. El Stachybotrys chartarum, más comúnmente llamado moho negro, es el que, a menudo, causa la necesidad de reparaciones en las casas.
La presencia de mohos, va asociada a la presencia de humedad, que debe ser superior al 30%. Su aparición se ve favorecida en materiales rugosos y porosos en los que se acumulan restos orgánicos, y en lugares con carencias de ventilación y soleamiento.
Encontraremos hongos en los zócalos, impostas y molduras orientados al norte o en rincones muy protegidos, y en huecos de ventanas y rincones en general. En el interior, los encontramos en lugares propicios para las humedades de condensación, como armarios que dan a fachadas o en zonas próximas a elementos estructurales donde pueden producirse puentes térmicos o en otras zonas propicias a la humedad y faltas de ventilación como pueden ser las buhardillas.
Los hongos atacan y destruyen las cadenas carbonatadas de pinturas y capas protectoras plásticas, para extraer el carbono libre que asimilan.

2.2.2. Los líquenes, musgos y gramíneas.

Los líquenes son una asociación de un hongo ( ascomiceto o basidiomiceto ) y un alga ( cianofícea o clorofícea) . Están tan íntimamente relacionados entre sí que se comportan y reproducen como una planta única e independiente. El hongo se encarga de proteger al alga de las radiaciones directas del solo y brindarle agua y sales minerales. El alga realiza la fotosíntesis y proporciona al hongo alimento y vitaminas. Los líquenes tienen una alta tolerancia a circunstancias ambientales desfavorables. En momentos de desecación suspenden su actividad, la cual inician nuevamente al volver a entrar en contacto con el agua. Esta forma de vida intermitente limita su crecimiento, pero les permite vivir en lugares donde difícilmente podría desarrollarse una planta.
Los musgos y gramíneas son pequeñas plantas, que habitan en gran cantidad de ambientes, precisan humedad y permanecen pegadas a la superficie en la que se ubiquen.
Los líquenes se sitúan sobre materiales porosos formando costras o placas foliáceas o arbustivas en zonas expuestas y húmedas.
Los musgos se colocarán sobre cualquier material poroso sin precisar tierra para su asentamiento, no sucede esto con las gramíneas que requieren presencia de tierra y se ubicarán en molduras, cornisas, huecos de ventana, canalones o grietas sin reparar.
La lesión que producen afecta al aspecto, pero también pueden tener una acción más agresiva.
Los líquenes depositados superficialmente o introducidos varios milímetros en la porosidad o fisuras del material y que pueden producir un ataque químico por transformación de los carbonatos en sales. Además el alga que conforma el liquen puede asimilar la cal para su metabolismo, utilizando el carbonato cálcico resultante de su ataque a los sustratos calcáreos de piedras, morteros y hormigones. Puede insertar células que provocan tensiones de expansión, además de los incrementos de humedad debidos a las vainas musgosas que acompañan.
En cuanto a los musgos y las gramíneas podrán producir erosión mecánica por el peso conjunto de planta-tierra, o por la acción rompedora de las raíces que pueden penetrar por fisuras y actuar como una cuña.

2.2.3. Las plantas de porte.

La proximidad de las plantas de porte a la edificación es peligrosa si no se tiene en cuenta la acción que sus raíces pueden tener en el mismo.
Las acciones mecánicas de las raíces, son debidas a que actúan como una cuña que introducida en juntas constructivas o grietas incrementa su tensión y hace saltar el material, facilitando, a su vez la filtración de agua. Pero éste no es el único efecto que pueden tener las raíces en el edificio, también pueden absorber la humedad del terreno, perjudicando la cimentación superficial, sobre todo si hablamos de zanjas corridas. Entre los árboles más perjudiciales encontramos: la higuera, la acacia, el ficus, el chopo, el eucalipto, el olmo, el castaño, el sauce y el aliso, sin olvidarnos de todos los setos.

2.2.4. Mecanismos de adhesión de los vegetales a las fachadas.

Los organismos vegetales se adherirán a la fachada por:
- Enlaces de naturaleza electrostática.
- La existencia higroscópica de vainas musgosas en torno a otros microorganismos.
- Fuerza de tensión superficial en el soporte.
- Porosidad abierta y humedad en el soporte.

2.2.5. Condiciones ambientales favorables.

Las condiciones ambientales dependerán de:
- El pH del sustrato: dependiendo la proliferación y la agresión de su tolerancia relativa.
- La humedad: se darán las condiciones favorables cuando se dé una presión líquida correspondiente a una humedad ambiente próxima a la saturación, pero puede ser inferior a causa de ciertas distorsiones de la humedad relativa en la capa límite de aire próximo a la fachada.
- La temperatura: cada especie tiene una temperatura ideal, para la mayoría entre 25 y 45ºC, aunque hongos y algas son muy tolerantes llegando a resistir temperaturas máximas en forma de esporas o cistos.
- La iluminación: será favorable para aquellos vegetales que realizan la fotosíntesis: musgos, líquenes y algas; y desfavorable para los hongos que mueren con la luz del sol.