Patología de la edificación/Cimentaciones/Superficiales/Reparación

Criterios generales de intervencion en cimentaciones. editar

La intervención en la cimentación tiene básicamente dos objetivos. Detener y corregir las deformaciones y eliminar o controlar las causas que las originan.

La eliminación de las causas de los fallos es una operación inevitable, para que nuevos problemas no vuelvan a aparecer, aunque no siempre se puede realizar de manera total. Otra operación es la de restituir el edifico a su posición original, aunque se trata de un método complicado y costoso, con lo que se limita a casos extremos.

La elección de la solución que se adopte está íntimamente relacionada con la forma de ejecución de la misma, la cual debe estar correctamente proyectada y planificada. Hay que saber que las reparaciones en cimentaciones son un proceso delicado y que pueden presentar complicaciones imprevistas durante su ejecución que alarguen los plazos o encarezcan la intervención.

Asimismo, se deberá tener en cuenta que la estructura suele estar en un estado de estabilidad más precario durante la realización de los trabajos que antes del inicio de los mismos, y que las anomalías no cesarán en el instante de terminarse el recalce o tratamiento, sino que precisarán un cierto período de estabilización y puesta en carga.

Existen distintos tipos de intervenciones.

Las intervenciones superficiales suponen una mayoría de los casos y se basan en la mejora de los cimientos existentes actuando diréctamente sobre ellos.

Las intervenciones profundas se realizan mediante pozos, pilotes, y muros pantalla y se centran en el refuerzo o sustitución mediante pilotes.

También se trata, como tema aparte, el caso de los muros de sotano por su carácter intermedio entre cimentación superficial y profunda.

Otro grupo aparte de intervenciones son las que actúan sobre el terreno de forma complementaria a una intervención directa o individualmente. Estas técnicas en ocasiones tienen carácter preventivo.

Intervenciones superficiales. editar

En el caso de las cimentaciones superficiales existen tres tipos básicos de actuación: refuerzo, ampliación y sustitución.

Refuerzo: Utilizada cuando el área de apoyo es suficiente pero la cimentación es insuficiente.

Ampliación: Cuando la cimentación es adecuada y se conserva bien pero no tiene suficiente area de apoyo.

Sustitución: Cuando ni el refuerzo ni la ampliación son viables por excesivo deterioro o complicaciones de realización.


Refuerzo. editar

Refuerzo mediante inyección. editar

El refuerzo de una cimentación por inyección consiste en rellenar con mortero de cemento los huecos en el macizo de la cimentación. Al fraguar el mortero, el macizo de cimentación adquiere cohesión ganando resistencia suficiente para seguir cumpliendo su función.

Este sistema es adecuado en edificios antiguos que poseen macizos de cimentación de mampostería en seco, gravas o incluso cascote, que como mucho pueden tener un aglomerante degradado y bajo en dosificación. También puede ser utilizado en algunos hormigones demasiado pobres, de mala granulometría y con muchos huecos. Los espacios huecos deben estar comunicados para que funcione la inyección.

El refuerzo por inyección tiene la ventaja de que la puesta en carga queda hecha en la misma operación. El mayor problema se halla, en que es una operación ciega y no se puede saber si ha quedado correctamente inyectada toda la masa. Si el terreno colindante es permeable a la inyección, esta puede perderse en huecos innecesarios y no ser efectiva.

Para evitar este accidente, la inyección debe comenzar en el fondo y el contorno de la cimentación, esperar su fraguado para conseguir una franja impermeable y terminar la operación, siempre de abajo hacia arriba, controlando el volumen de mortero usado. Si existe la posibilidad de fugas se puede solucionar hincando tablestacas o construyendo muretes auxiliares alrededor del cimiento.

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Inyecciones


Refuerzo mediante introducción de armaduras. editar

Este tipo de refuerzo consiste, en introducir armaduras adicionales taladrando el cimiento lateralmente. Posteriormente se tensan las armaduras y se inyectan con resinas produciendo un post-tensado de la zapata. Esta es una operación delicada y ya que los taladros deben tener gran precisión de ejecución.

Es una solución utilizada cuando hay zapatas compuestas por un hormigón de calidad suficiente pero con una sección de acero insuficiente para soportar los esfuerzos de flexión y solo es valida si la zapata no presenta rotura alguna.

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Inyecciones

Ampliación lateral de la cimentación. editar

Como su nombre indica esta reparación consiste en ampliar la zapata para aumentar la superficie de contacto con el terreno. Si es posible se aumenta también el canto por encima de la zapata, ya que no es recomendable que la nueva zapata tenga un canto demasiado pequeño en relación con su vuelo.

Existen dos tipos de ampliación. El ensanche del cimiento en su plano, cuya trabazón puede conseguirse mediante bulones, resinas, el dentado de la junta de contacto o el acuñamiento de forma y el puenteo del cimiento por encima, transmitiendo las cargas a un anillo que contornea y ensancha la cimentación.

Este metodo se utiliza cuando la superficie de apoyo de las zapatas resulta insuficiente por trabajar a tensiones muy altas o porque los materiales que la conforman se han degradado.

Para lograr una buena unión entre los hormigones hay que preparar la superficie de contacto, picando y limpiando la zapata antigua, y conseguir un perfil de contacto óptimo entre ambas partes. Una buena adherencia puede obtenerse, también, impregnando la superficie de contacto del hormigón viejo con resinas epoxi antes de hormigonar. El hormigón nuevo debe tener una resistencia característica igual o ligeramente superior a la del existente.

Aun así la puesta en carga no está asegurada. Por este motivo, se produce un asiento para que la zona ampliada funcione a pleno rendimiento. Este descenso de la cimentación debe ser valorado y controlado.

Este tipo de ampliación tiene la ventaja de la seguridad en la ejecución, puesto que las zapatas no son descalzadas en ningún momento. Los problemas principales son la adherencia del hormigón nuevo con el antiguo y que la puesta en carga del conjunto se consiga sin asientos excesivos.

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Ensanchamiento Zapata

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Ampliación por debajo de la cimentación. editar

Esta operación consiste en construir una zapata debajo de la existente para soportar la carga que realmente actúa o que se prevé que va a actuar.

La operación de ampliación comienza con la descarga total del cimiento, o dejando como máximo actuar sobre el mismo el peso propio del muro o pilar de la primera planta. Incluso con la descarga total del cimiento, es prudente realizar la operación por puntos sucesivos, es decir por bataches. Lo correcto siempre es emplear morteros expansivos en la junta horizontal entre los macizos nuevo y viejo para su puesta en carga. También se pueden utilizar gatos hidráulicos, normales o planos, para conseguir una puesta en carga gradual y controlada.

Es una solución muy efectiva ya que no precisa adherencia entre hormigones ni taladros. El problema es que hay que minar la zapata existente, en fases sucesivas, por lo que es necesario descargar mediante apeos la cimentación existente.

Su realización es más sencilla y segura en cimentaciones de zapatas corridas que en zapatas aisladas. Esto es porque el recalce de la cimentación de un pilar necesita mayor cuidado en su puesta en carga que el del cimiento de un muro.

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Cimentación

Sustitución. editar

Sustitución de zapatas corridas o continuas. editar

Este método consiste en la construcción de una nueva cimentación que sustituya a la anterior, conservando o no la cimentación existente y sin contar con su colaboración estructural

En muros la sustitución se realiza por bataches, con descalce parcial de la cimentación y bajando hasta un nivel de terreno resistente. Si el muro se halla en buenas condiciones y no tiene muchos huecos no es necesaria la descarga total de este. Normalmente se realiza también un aumento del área de contacto de la nueva cimentación. En algunos casos el recalce se hace con fábrica de ladrillo, similar al muro recalzado, sobre una zapata de hormigón pero en general se construye con hormigón todo el recalce.

La sustitución por bataches es muy usada para el recalce de muros con zapata corrida ya que la propia rigidez estructural permite puentear los sucesivos huecos creados.

Los problemas fundamentales asociados con este tipo de recalces son la excavación de los bataches y la puesta en carga del nuevo cimiento.

Sustitución de zapatas aisladas. editar

La sustitución de zapatas aisladas consiste en la demolición completa de la zapata existente antes de la ejecución de la nueva. Esto hace que sea mucho más comprometida que la de una zapata corrida, que se puede realizar a partes parciales.

Siempre será necesaria la descarga mediante apeos, y en el caso de la zapata aislada el apuntalamiento deberá ser de máxima calidad.

La cimentación de pilastras de fábrica, con un área de apoyo sobre el cimiento relativamente amplia, aunque se trata de zapatas aisladas, pueden ser sustituidas por puntos en la mayoría de los casos. La puesta en carga debe hacerse con un mortero expansivo.

Por otro lado, la sustitución de la cimentación de pilares de acero u hormigón deberá hacerse de una sola vez, dada la escasa sección del apoyo, y el apeo deberá ser total incluyendo el peso propio del pilar desde su arranque. El apeo de la estructura es la parte más comprometida de la operación, ya que luego el procedimiento de la sustitución es sencillo: simplemente demoler el viejo cimiento y construir el nuevo. La puesta en carga se realiza con morteros expansivos o con cuñas metálicas.


Archivo:Cimen2.jpg
Cimentación

Sustitución mediante puenteado. editar

Consiste en construir la nueva cimentación en los laterales o el perímetro de la existente y dirigir las cargas a la nueva cimentación mediante puentes de acero u hormigón armado.

Es un método similar a la ampliación lateral de la cimentación, pero aquí no se tiene en cuenta la colaboración del cimiento antiguo. Se trata de un procedimiento más caro que los anteriores, pues añade a los materiales empleados las piezas que deben trabajar a flexión y cuya flecha de cálculo deberá ser muy estricta. Sin embargo, es una solución más segura, puesto que la cimentación existente se mantiene durante la ejecución.

Para que funcione correctamente las vigas deben estar bien niveladas y posicionadas. La puesta en carga se realiza con morteros expansivos o con cuñas metálicas.


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Puenteado

Intervenciones en sótanos. editar

Este conjunto de técnicas se aplican en dos casos diferentes. En la rehabilitación propiamente dicha de sótanos y para la construcción de mas plantas debajo de las existentes, procedimiento muy habitual en edificios antiguos. Aquí nos vamos a centrar en las operaciones de recalce de los elementos estructurales sin detenernos en la construcción de las nuevas plantas de sótano

Ya sea la excavación por bataches o por pozos, ha de cuidarse especialmente el recorte del terreno, que será siempre manual, cuidando la verticalidad y de no socavar accidentalmente la cimentación. La operación así realizada tiene la ventaja de que, con una necesaria y constante vigilancia, sólo se deben realizar los recalzos allí donde el suelo no tenga la calidad esperada.


Recalce por bataches. editar

Esta es una actuación con la que se puede excavar todo el solar, excepto la zona cercana a medianeras y calles, que se deja en talud. Luego se excava en el talud hasta la medianería, construyendo el batache con una anchura que varía según la calidad del terreno y de la obra, entre 1,50 y 2 metros. Los bataches deberán distanciarse al menos dos veces su anchura, para no producir tramos de descalce muy largos. Es conveniente soportar los costados verticales de cada batache. A continuación se excava con cuidado debajo de la cimentación existente, se recalza y se realizan las operaciones deseadas de reparación o construcción. A veces el recalce no requiere continuidad y basta con hacerlo en determinados puntos.

Este método es el más económico por su facilidad de ejecución pero solo se puede aplicar cuando la excavación no sea muy profunda, hasta 5 metros, y el suelo sea bueno, homogéneo y sin problemas de presencia de agua.

Recalce por pozos. editar

Para el recalce por pozos se crea un marco de hormigón alrededor del futuro pozo y luego se inyecta en el espacio interior hormigón hasta crear un bloque cementado. Al final, se regula la presión de último momento para lograr la puesta en carga Vigas superiores pueden arriostrar las cabezas de estos pozos o bien se puede contar con la losa de ese nivel para tal función.

Esta solución se usa cuando el terreno no es fiable, y las cimentaciones son antiguas y profundas, realizadas normalmente por pozos y arcos.


Recalces con micropilotes. editar

Este tipo de recalces se realizan con micropilotes que atraviesan la cimentación. Previa descarga de esta, se excava el entorno del recalce, se construye una zapata por debajo del nivel de sótano adherida a los pilotes, y finalmente, se forran los pilotes con hormigón para reducir la esbeltez, quedando así el recalce terminado, que tiene el inconveniente de que ocupa un espacio considerable.

Los micropilotes son muy útiles en los trabajos de recalce ya que necesitan separaciones menores, pueden atravesar cimentaciones y adherirse a las mismas y su excavación es posible en casi todo tipo de terrenos. Es útil sobre todo en cimentaciones accesibles desde su proximidad, por lo tanto, es un método de aplicación en interiores y espacios más reducidos que los habituales.


 
Recalce por Bataches
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Pilote

Intervenciones profundas. editar

Las intervenciónes en profundidad siguen dos métodos básicamente.

El primero es la sustitución de la cimentacion por otra nueva, generalmente dejando la antigua pero sin función alguna. El segundo tipo de actuación es el refuerzo de la cimentación existente con nuevos pilotes, casi siempre de mejores características resistentes, pero encepados conjuntamente con los primeros.

Las reparaciones en profundidad se utilizan en diversos casos. Para sustituir un pilotaje deficiente por otro correcto o mejorar la resistencia del primero; para variar el estrato de apoyo de la cimentación por otro con una capacidad portante superior; por la presencia de terrenos inestables o niveles freáticos cerca de la superficie; porque se vayan a construir plantas por debajo del edificio; o porque se realicen obras en el entorno cercano que pueden afectar la estabilidad de las cimentaciones existentes.

Hay tres variantes principales de ejecución de los pilotes: ejecutados desde bataches abiertos bajo las cimentaciones; atravesando las cimentaciones existentes; o adosando los pilotes a las cimentaciones y transmitiendo las cargas con elementos puente.


Recalces por pozos profundos. editar

Es un método empleado tradicionalmente en la consolidación de cimentaciones de muros. El sistema no es válido para zapatas aisladas ya que ofrece más riesgo en su ejecución y requiere la presencia de agua en cantidades apreciables en la excavación.

El recalce profundo por pozos se realiza por puntos, de forma similar a los recalces superficiales en la sustitución de las zapatas corridas, pero con excavación de pozos hasta alcanzar el firme. Los pozos se elaboran de un ancho de 1 a 2 metros, que es el mínimo necesario para poder trabajar, y la entibación será cuajada o no según la calidad del terreno. Posteriormente, se construye la nueva cimentación y el muro de recalce, retirándose la entibación de abajo a arriba si la seguridad lo permite. Para mayor seguridad, es apropiado el empleo de un mortero expansivo para la puesta en carga del recalce. Las últimas hiladas o el retacado deberán realizarse una vez transcurrido un tiempo prudencial para dejar fraguar y retraer a las fábricas construidas.


Recalces mediante pilotes que rodean la cimentación. editar

Esta técnica se utiliza para transferir las cargas de grandes macizos a firmes muy profundos, sobre todo cuando hay que atravesar estratos débiles o con agua.

Es muy importante que no se produzcan fuertes vibraciones o impactos en la ejecución de los pilotes, para no afeectar al edificio, con lo cual solo podrán ser excavados con herramienta helicoidal. Este método se puede utilizar tanto para zapatas aisladas como para zapatas corridas.

Para asegurar la transferencia entre la antigua cimentación y la nueva se tallan perfiles dentados en la zapata original. En el caso de las zapatas aisladas el encepado perimetral hace un efecto de zunchado, en las continuas es necesario que los encepados estén atados mediante bulones o que exista una unión por debajo de la zapata, ya que no existe un zunchado efectivo.


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Pilote

Recalces mediante pilotes especiales debajo de la cimentación. editar

Esta operación consiste en reparar la cimentación actuando por debajo la misma. Es como el caso de los pozos de ejecución manual pero en vez de éstos se utilizan pilotes.

Los pilotes son metálicos y se empalman por tramos. Estos se hincan con la ayuda de gatos hidraulicos que se traban en la cimentacion existente y empujan los tramos de pilote, cuando esta hincado en la longitud del recorrido de los gatos y estando éstos extendidos se retiran para la colocación de una nueva seccion del pilote. Se procede así hasta que se produce el rechazo. Finalmente se introduce un pequeño pilar metálico y se retiran los gatos y se hormigona y rellena la zona.

El recalce mediante pilotes bajo la cimentación es una técnica segura, pero no es apta para cualquier tipo de terreno. La puesta en carga se realiza durante la propia ejecución lo cual puede ser muy util.


Recalces mediante la ampliación del número de pilotes. editar

Esta técnica consiste en la construcción de pilotes del mismo tipo, a la misma o mayor profundidad que la de los existentes.

Los pilotes se deben situar de forma simétrica y a una distancia mínima de los antiguos dejándose una holgura suficiente para la introducción de un mortero expansivo.

La colaboración entre las cimentaciones está asegurada, pero no se sabe si el reparto de las cargas es el deseado. Por este motivo, en el caso de pilares que transmiten una carga muy grande es conveniente no contar con la colaboración de los pilotes existentes y confiar toda la carga a los nuevos.


Archivo:Ampliación del número de pilotes.png
Ampliación número de pilotes



Pilotes que atraviesan las cimentaciones existentes. editar

El micropilote es un pilote de pequeño diámetro, entre los 100 y 300 mm y es un elemento estructural de empleo muy generalizado en la actualidad para tareas de recalce y consolidación de cimentaciones. Pueden ser hormigonados por gravedad o a presión, con vaina recuperable o perdida, y su capacidad portante varía, según el diámetro y tipo, entre las 10 y las 100 toneladas.

La transmisión de cargas de la cimentación antigua a la nueva suele realizarse normalmente por adherencia, si el macizo existente lo permite. Para ello la cimentación debe tener suficiente canto y resistencia. La distancia al terreno firme debe ser inferior a 20 metros dado que es dificil asegurar la integridad estructural de micropilotes tan largos. Hay que asegurarse de que el terreno atravesado no sea demasiado flojo y la hinca de los micropilotes no produzca esfuerzos no deseados. Es recomendable formar grupos numerosos de micropilotes porque se mejora notablemente la resistencia fente a la del micropilote aislado.


Pilotes adosados mediante cabezales de unión posteriores. editar

Se trata de pilotes verticales, con diámetros entre 30 y 60 cm, adecuados para el recalce de muros o zapatas corridas con cargas importantes, y cuando la obra permite introducir maquinaria relativamente pesada y de bastante altura.

La unión con la cimentación antigua puede conseguirse de las siguientes formas: mediante vigas pasantes que encepan los pilotes colocados a ambos lados; o con vigas longitudinales, atirantadas posteriormente, encepando los pilotes de cada lado. En ambos casos las vigas pasantes pueden ser metálicas, de hormigón armado o de hormigón pretensado.

Es importante que las reacciones de la viga sobre el cimiento sean las admisibles para los materiales adjuntos a ella, sobre todo si son mamposterías. También hay que comprobar que las flechas resultantes sean admisibles.


Archivo:Refuerzo de cimentaciones pilotadas..png
Refuerzo Pilotes


Intervenciones sobre el terreno. editar

Las actuaciones sobre el terreno tienen como objetivo mejorar o corregir la capacidad portante del terreno u otras características.

Al contrario que los anteriores casos, este tipo de operaciones operan sobre el terreno directamente, no sobre los cimientos. Puede ser como manera complementaria a las intervenciones sobre los cimientos o como técnica exclusiva.

La decisión suele requerir una investigación cuidadosa y una valoración detallada de las diversas soluciones tecnológicas y de sus posibilidades de éxito. Las soluciones son muy diversas. Inyecciones de cemento (lechada de cemento, gel de silice, resinas), de relleno (bentonita, cemento, poliuretanos), o de compactación (morteros viscosos). Técnicas de jet-grouting, drenaje, y otras.


Inyecciones. editar

Son intervenciones mediante las cuales se inyectan determinados productos en el interior de un suelo a fin de obtener mejoras, tales como, la reducción de la compresibilidad, el aumento de la resistencia o la disminución de la permeabilidad.

Los productos utilizados se inyectan en forma líquida y luego se solidifican. Habitualmente se trata de lechada de cemento, a veces con adición de bentonita, en dosificaciones agua/cemento de 1/2. Son las denominadas inyecciones convencionales. Cuando las características del terreno y/o la operación lo requieran, se puede recurrir a las inyecciones químicas, usando resinas orgánicas diluidas en agua o geles de sílice.

Se realizan bombeando el producto a través de pequeños taladros dispuestos en la superficie lateral o en el extremo de un trépano o bien en las paredes de un tubo que se introduce en el interior de una perforación previamente realizada.

Estas operaciones son muy costosas por lo que su utilización debe ser sopesada cuidadosamente. Las inyecciones requieren del estudio previo de parametros como la estabilidad, la viscosidad, el tiempo de fraguado, la resistencia a compresión y la durabilidad. También intervienen la naturaleza del terreno a tratar, el grado de mejora que se quiere lograr y los pasos a seguir para conseguirlo. En general la difusión y penetración de las inyecciones en el terreno es muy irregular y difícilmente controlable, concentrándose en las zonas más abiertas o permeables.

La efectividad de estos metodos no está totalmente asegurada dado que no se conoce a priori la calidad exacta del resultado ni el coste de la operación.


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Recalce


Inyecciones de cementación. editar

Estas inyecciones consisten en hacer penetrar en el terreno, a través de taladros de pequeño diámetro, la correspondiente solución, formando con el terreno un material de alta resistencia y cohesión.

Las aplicaciones de este método son variadas. Se pueden crear macizos consolidados debajo del edificio. Se pueden mejorar las cimentaciones existentes, solidarizandolas o mejorando su apoyo. También construir pantallas o elementos rígidos alrededor del edificio, o cortar afluencias de aguas. En general se mejoran las capacidades mecánicas del terreno, se cementa, y se colmatan sus poros reduciendo la permeabilidad.

Las inyecciones de cemento son apropiadas en materiales granulares gruesos (zahorras, gravas arenosas, arenas gruesas). Si se trata de limos, arenas finas o arcillosas hay que recurrir a la impregnación de tipo química con gel de sílice o resinas, productos mucho más caros que la lechada de cemento.

Para determinar la profundidad y separación de los taladros se estima la amplitud del bulbo inyectado en correspondencia con un cierto volumen de inyección. La profundidad de la inyección dependerá de la presión y de la viscosidad del producto inyectado. Es muy importante el control de estas presiones ya que puede producirse la rotura hidráulica del terreno. Esta operación siempre produce algunos asientos del terreno más importantes cuanto más cargado esté el cimiento y más flojo o abierto esté el terreno.

Inyecciones de relleno. editar

Estas inyecciones, parecidas a las de cementación, se utilizan para colmatar y sellar capas de terreno o rellenos flojos en las que existen huecos importantes. La idea es que el conjunto resultante del terreno con los huecos rellenos soporte las cimentaciones en condiciones adecuadas de seguridad y con pequeños asientos posteriores.

Se utilizan mezclas con gran capacidad de absorción de agua como las lechadas de bentonita-cemento, o productos químicos con estructura alveolar como los poliuretanos.


Inyecciones de compactación. editar

Estas inyecciones consisten en la introducción en el terreno de un mortero plástico a elevadas presiones. Este mortero más viscoso de lo habitual, desplaza el terreno en lugar de rellenar los huecos, densificandolo y creando una estructura final mucho más resistente.

Se usa para la recuperación de asientos diferenciales, levantamiento o rectificación de rasantes en soleras, reforma de apoyos de zapatas o mejora de la resistencia del terreno en torno a cimentaciones por pilotaje.

Los suelos más indicados para este tipo de inyección son los arenosos compresibles en los que el efecto de la inyección se transmite rápidamente, y los menos adecuados son los arcillosos, dada la lentitud de la transmisión.

La extensión de la zona afectada por la inyección depende de la rigidez del suelo, y puede alcanzar los 10 metros en terrenos blandos. El producto a inyectar ha de ser fluido, como las lechadas de cemento.Al quedar los productos muy próximos al punto de inyección, los efectos se controlan mejor y ello permite localizar con exactitud las presiones y producir desplazamientos en las zonas deseadas.

Técnica del jet-grouting. editar

Se trata de un sistema de inyección que utiliza presiones muy altas. Las altas velocidades con las que sale el producto consiguen romper el suelo, desplazan las partículas hacia afuera y mezclan el suelo adyacente con una lechada de cemento. El resultado final es un nuevo suelo, más o menos cilíndrico, cuya resistencia y permeabilidad son diferentes a las del suelo original. Esta serie de columnas de nuevo suelo, y el espacio confinado entre ellas, originan un terreno mejorado para efectuar la cimentación o corregir defectos.

En la primera fase se perfora el terreno con toberas de diámetros comprendidos entre 8 y 11 cm y posteriormente se inicia el tratamiento, realizado de abajo hacia arriba, mediante esta tobera o tubo inyector. Esta operación exige un alto grado de control en la ejecución


La primera ventaja de este método es que permiten atravesar todo tipo de terrenos por el sistema de perforación con que se realiza. Otra ventaja es que sus dimensiones son muy reducidas, lo que posibilita el acceso a espacios mínimos. La puesta en carga se realiza sin impactos y vibraciones. En cambio su puesta en obra requiere muchos medios con lo cual es necesario un determinado volumen de obra para ser rentable.

Las aplicaciones son múltiples y se utiliza el método en recalces de diversos elementos estructurales, refuerzo y protección de terrenos y excavaciones, redistribución de cargas, etc...

Otras operaciones. editar

Armado del terreno. editar

Este método consiste en atravesar el terreno, en la zona de influencia de las cimentaciones, por un entretejido de barras metálicas, consiguiéndose así una trabazón que, a efectos prácticos, equivale a una cohesión del mismo.


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Recalce

Sustitución del terreno. editar

La sustitución es otra intervención previa a la cimentación, indicada para terrenos de apoyo conformados por materiales no aptos para cimentar, rellenos de baja calidad, arcillas con alto contenido en agua, etc...

La operación consiste en vaciar esas capas de suelo y sustituirlas por un terreno granular adecuadamente extendido y compactado de mejores características.

Compactación del terreno. editar

La compactación es el aumento de la densidad de un terreno y se realiza para disminuir la compresibilidad del mismo y por lo tanto los posibles asientos.