Periodo Heian (794-1183). Japón cierra sus puertas a los extranjeros y es así que se dedicaron a trabajar con todos los conocimientos adquiridos, época en la cual se rompe su relación con China. En esta época los acontecimientos culturales estaban a cargo de damas de honor, de gran refinamiento, y las primeras figuras plegadas de papel se remontan a esa época, no existen indicios que determinen que dicha inspiración viniese de China.
Cerca del año 1000, Murasahi Shikibu, escribió "La historia del Príncipe Genji", en ella menciona los magníficos tipos de papel en los que se redactaban las cartas de amor, las poesías, y describía la forma extraordinaria, significativa y delicada en que eran plegados. Quizás ésta sea la primera prueba de origami, ya que en las cartas no sólo tenía importancia su contenido, la escritura, la elección del papel sino también la forma del plegado, ya que era elegido según la ocasión o de acuerdo al contenido. Si bien es una descripción mundana, por ser cartas de amor y felicitaciones, podríamos decir que probablemente tenían origen religioso. El ejemplo son las Orikata, trasmitidas de generación en generación, dentro de la clase sacerdotal sintoísta. Los motivos y formas de poner cintas, según esta técnica tenía significado simbólico en ceremonias religiosas y cultos, un ejemplo la "mariposa" (el plegado tal vez más antiguo), que aún hoy se pliega de muchísimas formas diferentes, estas eran utilizadas en bodas sintoístas, se realizaban una mariposa macho y una hembra y cerraban 2 botellas de sake, durante la ceremonia se unificaba el contenido de las 2 botellas en una sola copa, ofreciéndoselas a los novios, como símbolo de amor constante.
Periodo Kamakura (1183-1333). Otras figuras plegadas que aún hoy mantienen su significado, fueron los noshis, época de dominación militar, motivos religiosos, simbolizando la suerte al guerrero, ofrecida en templos. Según el maestro Yoshizawa, (artículo publicado en la revista The origamian",vol.3, 1963), comenta que hasta el Período Muromachi (1333-1573) "Sólo la nobleza podía tener los medios suficientes para entretenerse con el Origami". En el siglo XIV, existían otros plegados que servían de horóscopo, contenían plegarias, su forma era en zig-zag, "Go-Hei", y otros se anudaban, en este caso el "nudo pentagonal". Al final del período Muromachi, el origami se hace popular, es enseñado de generación en generación, de madres a hijos.
Período Edo (1614-1868). En el siglo XVIII, donde el Budismo Zen, como religión popular tenía repercusión en la vida espiritual y cultural, época de gran florecimiento artesanal. Aparecen las escuelas de etiqueta social, enseñaban la ceremonia del té, ideas basadas en el Zen sobre la postura de flores, Ikebana; poesía, realización de cartas, felicitaciones, etc, y la enseñanza del plegado artístico para estas escrituras, realización de noshis.
En el año 1639, Japón cierra nuevamente sus puertas a occidente hasta 1854, obteniendo gran esplendor artístico. Se escribieron obras para teatro Kabuki, de los ricos y obras populares para teatro de títeres, la obra popular preferida fue "Chushingura", y con ella aparece la afición de plegar figuras del teatro de títeres. En 1797, las representaciones de origami se dieron con la aparición del libro "Chushingura orikata", se cree que su autor fue un sacerdote, eran figuras plegadas para la obra, eran las primeras formas con indicaciones escritas, en ese mismo año y el mismo sacerdote, escribe "Sembarazu Orikata", sobre el plegado de grullas en 1000 formas. Entre 1845 y 1850, aparece la colección de plegados más importante "Kan no mado", presumiblemente su autor fuera Adachi Katsuyuki.
Sobre los años 1950-1960, surgen grandes maestros, creando las nuevas formas de origami moderno, Isao Honda, Akira Yoshizawa, y gran cantidad de aficionados con necesidad de unirse y crear origami. Los primeros en ver esa necesidad fueron Lillian Oppenheimer, Dr. Vicente Solórzano Sagredo, (fundador del museo de origami en Argentina, en 1954, cerrado en 1961), Ligia Montoya (argentina), Adolfo Cerceda (argentino), Vicente Palacios, Montroll, Nakano, N. Elias y muchos otros, que al dar mayor importancia al plegado, dan a sus figuras la posibilidad de ser estudiadas e interpretadas, siempre sin importar el tamaño, pero con igual perfección.