El mapundungun o mapudungun, también llamado lengua mapuche y antiguamente araucano, es el idioma hablado por el pueblo mapuche, que habita en Chile y Argentina.

El pueblo mapuche

editar

Con la denominación genérica mapuche (mapu, "tierra"; che, gente) se designa a un pueblo indígena sudamericano, que habita en el centro y sur de Chile y Argentina. A la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, eran un conjunto de tribus hermanadas que ocupaban el territorio del Chile actual en una extensión longitudinal de unos 1200 km. Estas tribus estaban hermanadas por una misma lengua y varios rasgos culturales en común y todavía se discute si eran originalmente un solo grupo en proceso de diferenciación o varios que se habían influido mutuamente. También se discute su procedencia original, dándose como lugares posibles de origen las pampas argentinas, el Chaco, la Amazonía o el propio territorio central de Chile en que luego se desarrolló su cultura.

Los españoles llamaron araucanos a la porción central de este pueblo, que habitaba entre los ríos Itata y Toltén. Según una teoría, este apelativo se debe al nombre awqa, "salvaje", que les habrían dado los incas al no poder someterlos; y según otros, a una derivación de "Arauco", que sería la castellanización de Ragko (agua gredosa), un sector cercano al río Biobío. Al norte de estos "araucanos", entre el valle del Aconcagua y el río Itata, habitaban los picunches (pikun, norte, che, gente), de costumbres más pacíficas y sometidos al imperio inca. Por su parte, los huilliches (willi, sur), vivían entre el río Tolten y la porción norte de la Isla Grande de Chiloé. Los huilliches de Chiloé habían presionado hacia el sur a los chonos, un pueblo de canoeros nómadas, y se habían mezclado con ellos, dando origen a una cultura agrícola y pescadora.

El pueblo mapuche opuso tenaz resistencia a los incas e impidió su expansión al sur del río Maule y luego también hizo la guerra a los españoles y logró evitar la conquista de buena parte de su territorio por unos 300 años. Durante ese periodo de escaramuzas y momentos de paz, conocido como Guerra de Arauco, también se produjeron intercambios pacíficos y adopciones de elementos culturales y materiales del enemigo. Por ejemplo, los europeos tomaron muchas palabras del mapudungun para nombrar los vegetales y animales nuevos para ellos, que estaban aprendiendo a consumir. Por su parte, los mapuches adoptaron el uso del caballo y lograron convertirse en diestros jinetes. Desde fines del siglo XVII hubo un importante proceso de migración de los mapuches hacia el este de los Andes, al actual territorio argentino. En los valles cordilleranos y en las pampas se encontraron con tribus nómadas de lenguas y costumbres diferentes y se produjeron encuentros de comercio o incursiones guerreras. Con el correr del tiempo estas tribus nómadas se mapuchizaron culturalmente, al mismo tiempo que influían a los recién llegados, dando origen a los pehuenches modernos, pampas y ranqueles. En tanto, en la zona llamada Araucanía se mantenía un área bajo control mapuche y alternaban combates e incursiones de uno y otro lado, con "Parlamentos" y temporadas de tregua. La isla de Chiloé estaba bajo control español, pero aislada del resto del Chile colonial por el territorio mapuche y huilliche antes mencionado, y en razón del alto mestizaje y otras condiciones particulares, surgió una cultura particular en que por mucho tiempo la población fue bilingüe, con cierto predominio del idioma mapuche en palabras de los cronistas.

Décadas después de las guerras de independencia de Chile y Argentina, las nuevas repúblicas iniciaron un proceso de expansión hacia los territorios hasta entonces habitados por indígenas, proceso que en definitiva trajo como consecuencia en su sometimiento al estado chileno y argentino por medio de las armas y en su posterior reubicación en "reducciones". Junto con eso, se propiciaron políticas de asimilación en la cultura dominante y de educación monolingüe en español. Durante el siglo XX los líderes del movimiento mapuche buscaron diversas formas de obtener espacios de participación que les permitieran mantener su cultura y alcanzar mejoras en sus condiciones de vida, tanto desde instituciones ya establecidas, como la Iglesia Católica o los partidos políticos; como desde organizaciones nuevas creadas por ellos mismos. A través del tiempo, no ha habido una postura única acerca del rol que cumple la lengua en este movimiento reivindicatorio y mientras en ocasiones se la ha considerado un lastre que impedía la inserción plena en la sociedad castellanohablante, en otros se la ha considerado un factor vital para la supervivencia de la cultura y cosmovisión tradicionales.

En el siglo XXI, parte importante de la población que se autodefine como mapuche, no habla el mapudungun. Entre quienes lo conocen, los niveles de competencia lingüística son variables y se estima que el monolingüismo es escaso.

Desde principios del s. XVII existen estudios acerca del idioma de los mapuches, primero en forma de "Artes" para que los misioneros aprendieran la lengua y evangelizaran en ella a los indígenas y luego, a partir de fines del s. XIX, por el interés de conocer la lengua por sí misma o de usarla como un medio más para comprender la cultura mapuche. En cuanto a las obras literarias, se han publicado libros de poesía desde mediados del s. XX y siguen apareciendo poetas que escriben sus creaciones en mapudungun y español. Sin embargo, la mayor parte de las obras utiliza sistemas de escritura particulares y hasta el momento no existe una forma de escribir el idioma que goce del apoyo mayoritario de los hablantes, por el contrario, es un tema que causa grandes discusiones.

Ver también

editar