Likutey Moharan/Parte 1/Torá 239

Torah 239 1 La contención hace que sea imposible hablar. Porque en el discurso principal se deriva de la paz, como está escrito: “Ahora hablaré paz” (Salmos 122: 8). Por lo tanto, es necesario que cada persona, antes de orar, acepte sobre sí el mandamiento positivo de “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18), para que como resultado de que haya amor y paz, entonces es capaz de hablar en oración. 2 Sin embargo, cuando no hay paz y hay contención, es imposible hablar. Por lo tanto, incluso si una persona quiere la paz, pero hay quienes se le oponen, a pesar de [su deseo de paz], la paz no es perfecta. En consecuencia, es imposible hablar y orar, aunque sea un hombre de paz, ya que hay quienes se le oponen. {“Yo soy la paz. Sin embargo, ¿cómo puedo hablar? Son para la guerra” (Salmos 120:7).} 3 Esto es lo que dijo el rey David, que en paz descanse: “Yo soy la paz”. Soy un hombre de paz, y si fuera por mí, estaría en paz con todos. Sin embargo, “¿Cómo puedo hablar? Están para la guerra”. Es decir, aunque “Yo soy la paz”, es sin embargo imposible hablar a causa de la guerra y la disputa que hacen contra mí, como se explicó anteriormente.

Torá 239:2 1

Y nota: todas las palabras provienen de la paz, como se explicó anteriormente. Siendo este el caso, quien está en el aspecto de la paz es capaz de conocer el habla de todas las personas, tal como el Santo, Quien se llama “Paz”. Porque Él conoce el habla de todo el mundo, como está escrito, “y Él dice al hombre lo que ha dicho” (Amós 4:13). Porque todas las palabras provienen de la paz, como se explicó anteriormente.

2 Por lo tanto, las letras ShaLOM (paz) son un acrónimo de “U’magid L’adam Mah Seijoh (y le dice al hombre lo que ha dicho)”. Torá 239:3 3 Toda palabra procede del calor. Alguien que tiene mucha calidez habla mucho. Por el contrario, alguien que se ha vuelto frío y no tiene calor, no puede hablar. Esto se debe a que el habla proviene del calor, como está escrito, “Mi corazón está caliente dentro de mí. Un fuego ruge en mis palabras, [cuando] hablo con mi lengua” (Salmos 39:4). Esta es la llama de fuego….