Historia de Francia(traducción del Wikilibro francés)/P3/Guerras de Italia y Austria

Luis XII editar

 

Carlos VIII se esforzó por gobernar bien su reino, cuando murió prematuramente como consecuencia de un accidente, en el castillo de Amboise, el 7 de abril de 1498, cuando golpeó violentamente un dintel de piedra con la frente en la brida del castillo. Después de su muerte, la sucesión fue para su primo Luis XII, quien también se casó con su viuda, Ana de Bretaña.

Lamentablemente, Luis XII, como su antecesor, se dejó conquistar por la manía de conquista. Resolvió hacer valer sus derechos:

  • En Nápoles, como sucesor de Carlos VIII
  • En Milan como heredero de su abuela, Valentina Visconti.

Primero conquistó el Ducado de Milán (1500); luego se apoderó de parte del reino de Nápoles y cedió la otra a Fernando de España. Pero los españoles jugaron contra Francia y los vencieron ahí.

Tratados de Blois editar

Luis XII, desanimado, firmó, en 1505, los tratados de Blois que separaban Bretaña y Borgoña de Francia para dar como dote a Claudia de Francia, su hija, comprometida con Carlos de Austria, que más tarde fue el emperador Carlos V. Estos tratados fueron anulados por los estados generales de Tours (1506), quienes suplicaron al rey que casara a su hija con Francisco de Angulema, presunto heredero de la corona, lo que tuvo lugar.

Liga de Cambrai editar

Luis XII comenzó de nuevo la guerra: se lanzó a la liga de Cambrai contra los venecianos y los derrotó en la batalla de Agnadel (1509).

Santa Liga editar

Los venecianos vencidos consiguieron romper la liga de Cambrai y poner a sus antiguos aliados contra los franceses; formaron, con el rey de Aragón, el papa Julio II, el emperador de Alemania, el rey de Inglaterra y Suiza, una nueva alianza conocida como la Liga Santa (1511). Luis XII se defendió enérgicamente y encargó a su sobrino Gastón de Foix que dirigiera la guerra. Liberó Bolonia, ganó la batalla de Ravena (1512). Sin embargo, cayó atravesado por golpes y murió Gastón.

Francisco I editar

 

Luis XII dejó el trono a su primo y yerno Francisco, bisnieto de Luis de Orleans, hermano de Carlos VI. Este príncipe, que se había casado con Claudia de Francia, hija del último rey, fue recibido con entusiasmo por la nobleza francesa.

Desde el primer año de su reinado (1515), François Ier se hizo cargo de los planes de sus predecesores para Italia. Cruzó los Alpes y aplastó a la infantería suiza en Marignan, hasta entonces considerada la primera de Europa.

La victoria de Marignan entregó los milaneses a Francisco I y provocó la conclusión de tres tratados que pusieron fin a las guerras en Italia propiamente dicha (1516).

  1. Tratado de Friburgo o Paz Perpetua con Suiza.
  2. Concordato de Bolonia, con el Papa León X.
  3. Tratado de Noyon, con España para Nápoles.

A su regreso a Francia, Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, murió el 12 de enero de 1519. Esta corona, si no agrega ningún control territorial, en cambio aporta a su poseedor un prestigio adicional y un cierto peso diplomático; así, la sucesión es difícil entre Carlos I de España y Francisco I, rey de Francia librando nuevas guerras con Austria que culminarán con la Paz de Madrid (1526).

Francisco I gobernó como rey absoluto e hizo varias reformas como la ordenanza de Villers-Cotterets que estableció los registros del estado civil, que debían llevar los sacerdotes de cada parroquia, reemplazó el latín por el francés en los documentos públicos y se intentaron los primeros intentos de colonización en Canadá.

Enrique II editar

 
Enrique II por François Clouet, 1559

Enrique II era inteligente, pero se dejó gobernar demasiado por consejeros ambiciosos. Para hacer frente a las extravagancias de la corte y a los costes de la guerra, aumentó los impuestos, lo que provocó numerosas revueltas, especialmente en Guyena.

Pensó en reanudar la guerra contra la Casa de Austria y renovó las alianzas de su padre con los príncipes alemanes, los estados italianos y los turcos, fue héroe de Metz y Calais, amado por el pueblo, temido por el parlamento y considerado por los reformadores como su adversario más formidable.

En uno de los torneos celebrados, Enrique II fue herido por Montgommery, su capitán de la guardia, con una astilla de lanza en el ojo, el 30 de junio de 1559. A pesar de los cuidados de los médicos reales y cirujanos, entre ellos Ambroise Paré, autorizados a reproducir la herida en los condenados para tratarla mejor, murió entre sufrimientos insoportables el 10 de julio de 1559.