Historia de Europa/Las guerras de religión

Introducción

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Durante el periodo de 1525 a 1648, las guerras de religión inundaron Europa. Sin embargo, es importante reconocer que pese a que la religión es uno de los motivos principales de estas guerras, hay también otras razones para que ocurrieran, como tierras, riquezas, poder político, recursos naturales, etcétera.

Estas guerras incluyeron la Guerra de los campesinos en el Sacro Imperio, la Guerra de Esmalcalda entre 1540 y 1555, el conflicto en curso entre el Imperio y los turcos, la rebelión guerras husitas, además de la labor misionera y la conquista de los nativos americanos.

Conflictos bélicos

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Las luchas y conflictos religiosos aumentaron con el protestantismo. La nueva doctrina radical introdujo a Alemania en una crisis social; las revoluciones sucedieron en 1525, llevando al caos a Austria, Suiza y al sur de Alemania. Las masas de oprimidos se rebelaron especialmente contra los ricos propietarios de tierra, exigiendo la igualdad social y la distribución de la riqueza. El movimiento tomó un cariz violento y fue duramente reprimido por los ejércitos de los príncipes. Los principales líderes fueron ejecutados. Mientras, Martín Lutero, insipirador de la reforma, desautorizó a los rebeldes y defendió a las autoridades para que acabaran con ellos.

Paz de Augsburgo

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Enrique IV Borbón, rey de Francia, por Frans Pourbus el Joven

La paz de Augsburgo, en 1555, instauró el principio cuius regio, eius religio. Es decir, cada principe podría declarar su religión como oficial en su territorio. El resultado fue la aceptación de la tolerancia al luteranismo en la Alemania católica. Esta tolerancia también causaba problemas ya que cuando un nuevo príncipe tenía otra religión obligaba a los principales grupos a la conversión. Este proceso no concluyó hasta 1648, con el fin de la guerra de los treinta años.

En el norte de Europa (Alemania del norte, Países Bajos y Francia) la clase media tendió al protestantismo, lo que corresponde con su filosofía y ética de trabajo. Los campesinos se convertían a menudo para obtener unos u otros trabajos.

Tratado de Cateau-Cambrésis

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Con la Paz de Cateau-Cambrésis, en 1559, España y Francia acordaron el fin de las hostilidades. Al mismo tiempo ambas naciones acordaron acabar con la herejía protestante, especialmente con el calvinismo, que se consideraba más peligroso que el luteranismo.

Guerras de Religión francesas

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En Francia hubo una guerra civil religiosa entre 1558 y 1598 que enfrentó al rey (la Liga Católica) con la nobleza (los protestantes hugonotes). Las tres principales familias de las nación competían por el control de Francia. Esas familias eran: la familia Valois, que ostentaba el trono y era católica, los Borbón, hugonotes, y los Guisa, que también eran católicos. Finalmente, los Borbón ganarán la guerra, pero Enrique IV no conseguía hacerse con la ciudad de París. Pudo tomarla tras convertirse al catolicismo, dando lugar al dicho "París bien vale una misa". La guerra civil concluyó con el Edicto de Nantes de 1598, que consideraba al Catolicismo con religión oficial en Francia, pero a cambio, otorgaba una serie de libertades y plazas fuertes a los hugonotes.

España y los holandeses

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En 1566, el día de la Asunción de la Virgen, un grupo de calvinistas tomaron iglesias católicas, destruyeron estatuas y reliquias en una ciudad a las afueras de Amberes. Los calvinistas holandeses estaban resentidos con el catolicismo y los conflictos religiosos, especialmente por la devoción católica, y su intransigencia con otras religiones, del rey español Felipe II. Esa intransigencia era una medida de presión de Felipe II para imponer sus condiciones al parlamento holandés. Guillermo de Orange escapó a Alemania desde donde incitaría una rebelión de 1568 en adelante, aunque al principio tuvo escaso éxito. Usando a piratas y bandidos logró tomar la ciudad de Brielle en 1572. La ciudad declaró su fidelidad al príncipe de Orange. El ejemplo fue seguido por otras ciudades de las provincias de Holanda y Zelanda.

 
Guillermo de Orange, o Guillermo el Silencioso.

Felipe envió tropas españolas en respuesta. Tomaron Naarden y Haarlem, causando un gran trastorno en la población. Sin embargo, otras ciudades fueron más complicadas de tomar y por eso Felipe se quedó sin dinero para pagar a las tropas. En lo que se conoce como Furia Española los soldados españoles atacaron Amberes en noviembre de 1576 matando a siete mil personas en once días. Amberes, que en aquel entonces era una de las ciudades más ricas pudo pagar a los mercenarios que saqueaban la ciudad y así el Parlamento de Amberes tomó el control de las acciones de Felipe. El rey, para evitar esto, mandó más tropas exigiendo al Parlamento su disolución y nombrando al Duque de Parma, Alejandro Farnesio, como nuevo gobernador de los territorios holandeses. En 1579, las diez provincias del sur, que eran católicas, formaron la Unión de Arras, expresando su lealtad a Felipe y reafirmando la soberanía del rey español. Al mismo tiempo Guillermo de Orange formó con la siete provincias del norte la Unión de Ultrecht, en clara oposición a Felipe. Así se sellaba la separación de los Países Bajos, confirmada con el Acta de abjuración, de 1581, en la que las provincias del norte declaraban su independencia formando la República de las Provincias Unidas de los Países Bajos. En respuesta, el ejército español fue enviado a tomar la nueva república, recrudeciéndose así la guerra.

El 10 de julio de 1584, Guillermo de Orange fue asesinado. Después de su muerte, el Duque de Parma hizo grandes progresos en la "reconquista", ocupando importantes territorios de las Provincias Unidas. Sin embargo, Inglaterra, con el liderazgo de Isabel I, ayudó a los holandeses con tropas y caballos, y así España volvió a perder el control del Norte, esta vez de forma definitiva. Con el desarrollo de la guerra España tuvo que reconocer finalmente la independencia holandesa en 1648.

La Armada Invencible

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Derrota de la Armada Española.

Felipe II de España intentó eliminar del trono a Isabel I de Inglaterra. Felipe se enfrentó primeramente a Isabel por sus acciones contra los católicos ingleses, pero también influyeron los ataques de los corsarios ingleses a los buques españoles y su ayuda a los holandeses, además de la ejecución de la católica María, Reina de Escocia.

Felipe ideó un plan para invadir Inglaterra. La invasión se preparó en dos frentes. Por un lado, la mayor parte del ejército se trasladaría desde Flandes bajo el mando del Duque de Parma. Además, el Duque de Medina-Sidonia prepararía una gran flota para unirse a las huestes de Flandes. Con esa flota España ganaría el control del Canal de la Mancha y protegería a las tropas del Duque de Parma. Finalmente, las tropas que invadieran Inglaterra forzarían a Isabel a aceptar las demandas españolas: permitir a los católicos ingleses practicar su religión, dejar de apoyar a los rebeldes holandeses e indemnizar a España por los gastos de la invasión y los daños a los barcos españoles. Felipe no intentaba invadir Inglaterra de forma permanente, tan sólo presionar a Isabel para que aceptara sus demandas, pese a que el Papa Sixto V había garantizado el apoyo papal a quien derrocara a Isabel, a la que se había declarado hereje.

Problemas iniciales del plan

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En primer lugar, el Duque de Medina-Sidonia fue nombrado jefe de la operación. Su falta de experiencia en navegación fue fatal. En añadidura, el Duque de Parma se negó a cooperar poniendo en peligro la operación. Como resultado no se pudieron reunir los buques deseados. Además, durante los preparativos, Drake de Inglaterra atacó la ciudad de Cádiz, hundiendo treinta buques españoles además de quemar los barriles con la alimentación de la armada. Finalmente, la invasión consistiría en 131 barcos, lo que dificultaba enormemente las comunicaciones y la coordinación.

Ataque

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Consecuencias de la Armada Invencible

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La flota española fue capaz de recuperarse en cuanto a número, pero no moralmente. El suceso marcó el crecimiento de Inglaterra como potencia naval. Además, significó la independencia de hecho de los Países Bajos al no poder derrotar España a Inglaterra. En fin, fue una derrota de la Contrarreforma, pasando a un declive las posiciones contrarreformistas.

El declive de España

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Tras la fallida invasión de Inglaterra, España comenzó un periodo de declive por diversas razones. La contrarreforma gastó numerosos recursos españoles. Además, muchas de las fuentes de recursos de las colonias españolas estaban agotadas. Adicionalmente, sólo un tercio de la población española trabajaba (los otros dos tercios eran clérigos y baja nobleza). Finalmente, otra causa es el escaso liderazgo de la monarquía.

La Guerra de los Treinta Años

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La victoria de Gustavo Adolfo en la Batalla de Breitenfeld (1631).

La Guerra de los Treinta Años comienza con la defenestración de Praga. Un grupo enfurecido de protestantes por la política anunciada por el emperador electo Fernando, que era católico, entraron en el castillo de Praga y lanzaron a varios funcionarios por la ventana.

La guerra comenzó como un mero conflicto religioso pero con su desarrollo sobrepasó ampliamente esa dimensión. Se convirtió en una lucha por definir el poder de Europa y, principalmente, en una lucha contra los Habsburgo. Así por ejemplo la católica Francia financió a la Suecia protestante. En la misma Francia es destacable la figura del cardenal Richelieu que pese a ser un jerarca católico, expresa muy bien la condición de politique, poniendo primero los intereses de la nación.

Precedentes

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La Paz de Augsburgo dejó varias cuestiones abiertas. En primer lugar, el principio de "cuius regio, eius religio" sólo se aplicaba para el catolicismo y el luteranismo, no para el calvinismo. En segundo lugar, esa paz no solucionó los problemas entre los príncipes y el emperador. Además se unen otros factores como la marcha arrolladora de la contrarreforma católica con la amenaza que sentían los príncipes protestantes o la personalidad de algunas regiones que estaba ya muy consolidada. Bohemia y Hungría, muy definidas ya, son reticentes a integrarse en el conjunto imperial. Finalmente el conflicto estallará con la elección como emperador del católico y centralista Fernando II de Habsburgo. En su contra se alza una "Unión Evangélica" con Federico V al frente.

Etapa de Bohemia (1618 - 1625)

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Se inicia con las operaciones que se plantean en Bohemia. Fernando II decide intervenir y su brazo será el barón de Tilly quien se va a enfrentar al ejército de Federico V en un lugar próximo a Praga conocido como la Montaña Blanca en 1620. Esta batalla dio el control de Bohemia a los imperiales, seguida por una represión durísima. La religión protestante quedó abolida, la Constitución de Bohemia abolida y el alemán quedó como el idioma administrativo y comercial.

Poco después, un ejército español desciende desde los Países Bajos y toma el Palatinado, Federico V tiene que refugiarse en Holanda. El Palatinado pasará a Maximiliano de Baviera con lo cual éste podrá ser elector, cualidad que tenía el Palatinado pero no Baviera.

Etapa danesa (1625 - 1660)

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El rey Christian de Dinamarca apoyó a los alemanes protestantes del norte. El general católico Albert Wallenstein fue llamado para tratar de derrotar a las fuerzas protestantes y recuperar las tierras perdidas por los católicos. Como resultado de las victorias de Austria, Fernando II promulgó el Edicto de Restitución en 1629, ordenando que los protestantes no podían tomar y secularizar las tierras de los católicos.

En el sitio de Magdeburgo, la fuerza mercenaria de Wallenstein, fuera de control, masacró la ciudad de Magdeburgo, incluyendo protestantes y católicos. Una vez más Austria salió victoriosa y Dinamarca fue derrotada fácilmente.

Etapa sueca (1630 - 1635)

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El rey sueco Gustavo Adolfo, luterano, acudió en ayuda de Alemania. Austria derrotó en última instancia a Suecia y la paz parecía posible. En este contexto se retiró el Edicto de Restitución.

Internacionalización del conflicto o etapa francesa (1635 - 1648)

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Francia sacó provecho del fortalecimiento del imperio Habsburgo. En 1647 se unió a la refiega declarando la guerra a España. Al mismo tiempo forjó una alianza con los calvinistas holandeses ayudándoles en su lucha por la independencia contra los españoles. La intervención francesa conjugada con el agotamiento de todos los bandos por la lucha sin fin, dio como resultado que todos estuvieran preparados para la paz.

Paz de Westfalia (1648)

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Mapa de Europa en 1648, después de la Guerra de los Treinta Años

En primer lugar hay que indicar que lo que se conoce como Paz de Westfalia son en realidad dos acuerdos distintos, llevados paralelamente pero no con los mismos actores, en Münster y Osnabrück. Los tratados de Westfalia pusieron fin a la guerra religiosa más larga en Europa. El sistema sirvió como modelo para resolver futuros conflictos entre naciones europeas. Era la primera vez que todas las partes envueltas en alguna disputa se reunían, en vez de los habituales acuerdos a dos o tres bandas.

Beneficiados

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  • Francia, nuevo poder dominante en Europa, desplazando a España y Austria. Además consiguió la zona de Alsacia-Lorena e impidió la unida alemana, evitando así la presencia de un competidor fuerte.
  • El Duque de la Casa de Orange. España y el Sacro Imperio tuvieron que reconocer finalmente su independencia tras más de sesenta años de guerra.
  • Suizos. Lograron su independencia del Sacro Imperio.
  • Suecos. Pasaron a controlar el Mar Báltico y el norte de Europa.
  • Prusia y los Hohenzolerns. Es el comienzo de Prusia como gran potencia militar.
  • Príncipes germanos. Ganaron soberanía y pudieron elegir la religión de sus estados.
  • Protestantes. La Paz de Westaflia marcó el final de la Contra-Reforma. El Calvinismo pasó a ser tolerado.

Perdedores

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  • España y los Hasburgo españoles. Perdieron colonias y posesiones territoriales.
  • El Sacro Imperio Romano, Austria y los Hasburgo austriacos. 1648 marca el fin efectivo de la influencia del emperador del Sacro Imperio; los príncipes ganan la soberanía.
  • Catolicismo. Fin de la Contra-Reforma y de la supremacía de la autoridad papal y el poder de la Iglesia Católica.
  • Unidad de Alemania.
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