Historia contemporánea de España/La guerra civil española/Las primeras campañas
El desarrollo inicial de la guerra estuvo condicionado por la escasísima dotación de armas y municiones de que disponía el ejército español, por ausencia de fuerzas de choque efectivas, excepto las de África, y por la virtual desaparición del ejército en el territorio leal a la República, donde fue sustituido por las milicias urbanas. Estas milicias eran incapaces de operar adecuadamente en campo abierto, pero en cambio se defendían bien cuando se hallaban en una posición favorable (puertos de montaña y ciudades).
El mantenimiento de los cuadros y de la disciplina tradicionales, daba pues, ventaja a los sublevados, pero su escasez de armamento limitaba sus posibilidades de acción. De ahí la importancia que tuvo la ayuda extranjera que pronto recibieron.
Sólo el ejército de Africa, al mando de Franco, contaba con dotación más adecuada de armamento y munición, y sobre todo con soldados profesionales, bien entrenados y con una elevada moral de combate.
La ayuda italiana y alemana fue decisiva para que en agosto, Franco lograra quebrar el precario bloqueo del Estrecho por la flota republicana y trasladar sus tropas a la Península, donde iniciaron un rápido avance hacia el norte.
A primeros de septiembre tomó Talavera, donde los republicanos habían situado su principal dispositivo de defensa, con lo que la vía hacia Madrid estaba abierta. Al tiempo las tropas de Mola tomaron Irún, con lo que la zona cantábrica, aislada del territorio republicano, quedó también separada por la frontera francesa, por la que eventualmente hubiera podido recibir ayuda.