Historia contemporánea de España/La guerra civil española/Las operaciones militares: Madrid y el Norte
Cuando el ejército de África se acercaba a Madrid, el propio gobierno republicano se trasladó en noviembre a Valencia. De hecho, es probable que si la capital hubiera caído, la moral de combate de los republicanos hubiera recibido un golpe decisivo. De ahí que Franco concentrara durante varios meses sus esfuerzos en sucesivos ataques a Madrid; pero todos ellos fracasaron. En aquellas batallas, los republicanos lograron por primera vez resultados satisfactorios en campo abierto. Superada la indisciplina de los primeros momentos, el nuevo ejército republicano, dirigido por militares profesionales, bien dotados de armamento ruso, y con apoyo de las Brigadas Internacionales logró frenar los ataques. Tras ello Franco optó por una estrategia prudente, encaminada a una metódica destrucción de las fuerzas enemigas y una gradual ocupación del territorio. Una guerra de desgaste, lenta en su desarrollo y acompañada de una implacable represión cada vez que se conquistaba una nueva provincia. Por ello Madrid, dejó de ser el centro de las operaciones, que se trasladaron al norte, donde el territorio republicano se reducía a una estrecha franja costera por donde pese al bloqueo, llegaban los importantes suministros soviéticos.
La conquista de Vizcaya, Santander y Asturias, que se produjo en abril y octubre de 1937, proporcionó a Franco importantes recursos industriales y mineros y una población numerosa y le permitió trasladar la flota al Mediterráneo, sometiendo al territorio republicano a un riguroso bloqueo.