Aceite: 12 litros. Puede ser nuevo o usado (en caso de ser usado debe pasarse por un colador para quitarle las impurezas).
Agua: la misma cantidad que de aceite (12 litros).
Sosa: la sexta parte de la cantidad de aceite, es decir, 2 kilógramos:
Sosa cáustica: para hacer jabón sólido. Ésta es el que utilizaremos aquí. Se puede obtener en droguerías, tienda química, farmacias y sitios online. Debe tener 99% de pureza.
Sosa potásica: para hacer jabón líquido o gel. Debe tener al menos un 85% de pureza. Hace falta un 40% más de cantidad que la que la cantidad de sosa cáustica que se suele emplear para los jabones sólidos.
Harina: medio vaso (75 g aproximadamente).
Sal: la misma cantidad que de harina (1/2 vaso).
Recipiente para realizar la mezcla
Palo o espatula de plástico o, preferentemente, de madera.
Tal y como se indica más arriba, se ha de filtrar el aceite en caso de ser usado, para ello es preferible calentarlo como a 35 °C y luego pasarlo por un filtro para quitarle cualquier residuo, se recomienda usar un filtro para café, pero un paño delgado y limpio da buenos resultados.
También es conveniente retirar el agua al aceite en caso de ser usado, para hacerlo debemos calentarlo hasta los 100 °C para que el agua se evapore, se debe agitar el aceite para evitar que salpique y continuar hasta que el vapor disminuya, luego se mantiene a 130 °C (265 °F) durante diez minutos, se apaga y se espera a que enfrie.
En el agua se va echando lentamente la sosa.
El líquido producido se vierte poco a poco en cubo o recipiente donde está la mezcla de aceite, harina y sal y se va dando vueltas con el palo siempre en el mismo sentido (bien hacia la derecha o hacia la izquierda), hasta que tiene una consistencia similar al alioli (aproximadamente, a los 30 minutos).
Se pone el jabón en el molde enaceitado y se deja enfriar durante dos días.
Se corta en piezas del tamaño deseado y se deja durante mes y medio antes de poderlo usar.