Guía Joven/Las personas jóvenes participan


¿Siempre participan los mismos?



¿Te encuentras en alguna de estas situaciones?

  • ¿Hablas siempre de lo mismo y con las mismas personas?
  • Te centras más en el ámbito de la representatividad (entidades formalmente constituidas) y trabajas con la lógica de la significatividad y la flexibilidad (adaptarse a nuevos canales, modos de hacer y nuevos perfiles de jóvenes).
  • Cuando defines los temas o ámbitos de participación juvenil (sobre qué y para qué participar) no tienes en cuenta la dimensión afectiva de las personas jóvenes.

Descripción

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¿La gente joven realmente no participa? ¿Quiénes no participan? ¿Qué perfil de joven participa? ¿Qué finalidad tiene esta participación? ¿De dónde surge la iniciativa de participar?

Para responder estas preguntas hay que ampliar el punto de mira para constatar que la gente joven tiene interés por la política, pero presenta peculiaridades respecto la población adulta. La gente joven construye su identidad colectiva fundamentalmente a través de espacios de acción relacionados con la vida cotidiana (derechos de la mujer, defensa del medio ambiente, consumo crítico, etc.). Sus reivindicaciones giran a menudo en torno al ejercicio de los derechos y participan mucho más en modalidades horizontales, con redes más informales, flexibles, con un fuerte arraigo comunitario y huyendo de la burocracia.

El error más grave es pensar en el colectivo como un todo homogéneo. La gente joven es un colectivo diverso, no todas las personas jóvenes son iguales, ni piensan igual, ni se organizan igual. Por eso es importante tener presente esta diversidad a la hora de plantear espacios de diálogo con la gente joven, ya que si sólo se tienen en cuenta las entidades juveniles, se está dejando de lado la pluralidad del colectivo joven, sobre todo en aquellos municipios con poco tejido asociativo.

El dilema es averiguar si participa aquel que puede (dimensión cognitiva) o aquel que quiere (dimensión afectiva), añadiendo un tercer elemento, según la teoría del voluntariado cívico, que dice que participa aquella persona a quien se pide que lo haga. Así pues, desde los mecanismos y espacios de participación generados hay que abordar si mediante la dinamización juvenil se contribuye a reproducir o a romper con este triple condicionante: participa quien puede, quien quiere y quien se invita.

Desarrollo

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La gente joven tiene un papel cada vez más protagonista y relevante, sobre todo si observamos las movilizaciones sociales de los últimos tiempos. Muchas de estas movilizaciones han sido impulsadas por movimientos, plataformas o colectivos que tienen un carácter más espontáneo y horizontal que las organizaciones más tradicionales. Para profundizar en esta ideas puedes revisar las publicaciones "La Participación Juvenil en organizaciones políticas no convencionales y Movimientos Sociales", como también, "La participación juvenil en los movimientos sociales autónomos de la Argentina. El caso de los Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTDs)".

Actualmente, hay varias formas de acción colectiva que no piden necesariamente la formalidad tradicional del tejido asociativo y que plantean fórmulas más flexibles, horizontales y ad-hoc. Desde el mundo juvenil han sido muchos los que han optado por estas nuevas maneras de expresarse colectivamente, ahora hay que reflexionar si los canales de participación existentes se adaptan a estas formas no convencionales que constituyen un nuevo reto para la democracia y la sociedad.

En este sentido, es importante que los órganos de participación, los procesos participativos o la participación que se pueda dar en un espacio juvenil, por ejemplo, también tengan presente esta diversidad de formas de participar para atender las diferentes inquietudes de la gente joven. En algunas ocasiones hay reticencias porque determinados colectivos tengan un protagonismo en los espacios de participación y en los equipamientos básicamente por su grado de formalización como entidad constituida o no, cuando lo más relevante es la implicación que representan y la pluralidad de discursos que aportan. El Blog Trabajar con Jóvenes, mediante su proyecto de Participación Juvenil Espabilé, revisa un ejercicio de inclusión de los diversos actores.

Existen muchos elementos que condicionan las formas de participar y el interés por hacerlo, como el entorno familiar y las amistades, la trayectoria asociativa de la persona, los recursos propios, el contexto, etc. Por eso es importante analizar la participación de la gente joven más allá de la desmotivación con la que tradicionalmente se asocia, con el fin de buscar fórmulas que incrementen la posibilidad, la capacidad y el interés por participar (poder, saber y querer).

Hay barreras informativas que condicionan el acceso a la participación. Este acceso también se ve condicionado por la voluntad política de erigir o de implementar un tipo de participación y no otro y, al mismo tiempo, opera la desigualdad social en la participación juvenil. Efectivamente, hay una correlación entre el nivel de estudios de las personas jóvenes y el de sus progenitores por su interés a la hora de participar. Hay un binomio inclusión social y participación ciudadana, donde existen barreras de acceso a las que se suman distancias afectivas (la valoración de la utilidad como persona y el grupo con el que se identifican).

Más allá de la riqueza que aporta la participación más estructurada que funciona con algunos perfiles de gente joven, hay que buscar estrategias para favorecer la participación de aquellos que se encuentran más alejados de los espacios de participación tradicionales (entidades, equipamientos, órganos de participación...) y no responden a los intereses que los profesionales de la juventud los presuponen. Y, ¿por qué motivos los jóvenes se movilizan? Pues, por aquellas cuestiones que consideran significativas, vinculadas a su cercanía y con una relación más inmediata con su vida y sus necesidades. Por ejemplo, se trataría de elaborar una programación de actividades donde tengan un papel protagonista y que responda a sus intereses, que los recursos sean útiles para su proyecto de vida o que los procesos políticos sean relevantes para la experiencia vital de las personas jóvenes. El artículo: "Dialogo Político: Jóvenes y política. Marzo 2017" presenta una mirada sobre las motivaciones e intereses de las personas jóvenes en Ámerica Latina.

Para llegar a diferentes colectivos es fundamental prestar especial atención a la diversidad de espacios de intervención con las personas jóvenes, como son los centros educativos, por ejemplo. El espacio público también es un espacio de intervención para detectar, conectar y movilizar los jóvenes en relación con los intereses y las necesidades que tengan. Y las excusas puede ser muy variadas: desde actividades de ocio, a organizaciones deportivas o eventos culturales y artísticos. De esta manera, más allá de la dimensión cognitiva (participa quien puede, quien sabe, quien conoce y quien se invita a hacerlo) también se está trabajando la dimensión afectiva (participa quien quiere, quien se motiva). Puedes revisar el "Proyecto de ocio alternativo nocturno, del Centro Joven de Alovera"

Así, desde el análisis de la realidad juvenil del municipio se podrán plantear acciones, estrategias y proyectos participativos que consideren la pluralidad y se dirijan de manera específica a determinados grupos de gente joven con barreras tanto cognitivas como afectivas, que requieran un paso más allá del modelo de invitar a participar y se dirijan a intervenir socioeducativamente para participar, empoderándose para participar. Por poner un ejemplo, en el marco de un grupo de jóvenes que se identifiquen con el hip-hop, se puede trabajar desde sus propios códigos (grafismo, baile, etc.) con el fin de generar un proceso de corresponsabilidad, cocreación y cogestión. Algunas experiències que revisan este tipo de intervención con jóvenes son: “Jóvenes comunicando. (Red de Jóvenes periodistas, Ciber-Corresponsales)", y "Todos en el Mismo Parche: Espacio de intercambio de experiencias entre jóvenes. (Colombia Joven)".

Es importante velar por que la participación sea significativa, y esto se puede lograr mejor desde la vertiente afectiva. Puede variar según los intereses, las necesidades y la cultura participativa de los diversos jóvenes, tanto a nivel individual como en grupo. Por ello es fundamental garantizar la capacidad de los y las jóvenes de incidir en las políticas públicas iniciando las acciones participativas desde abajo para, trabajar poco a poco su vinculación con las políticas juveniles y del territorio. La participación juvenil requiere ampliar su formulación conceptual (que entendemos por participación) y fomentar nuevas estrategias, herramientas y espacios adaptados a las realidades de la población joven. Quizá se trata de poner el foco en la dinamización sociocultural del colectivo, apoyarlos para hacer, para crear y para que se perciban como grupos apoderados, y no tanto en la interpelación de la participación per se. Dicho de otro modo, hay que centrarse más en qué hacer que en decir qué tenemos que hacer; en experiencias más significativas, con más aprendizajes, con lógica de proceso y menos normativas.

Sólo abordando una estrategia de dinamización multinivel (individual, grupal y comunitaria) se pueden recoger visiones y discursos que respondan a la diversidad de la gente joven, desde la posición social, el origen o el género. Es decir, si se quiere atender a la realidad juvenil del municipio y se quiere trabajar para eliminar las barreras de acceso a la participación de la gente joven en temas clave del municipio, hay que reconocer que las formas de acción joven son diversas y piden múltiples fórmulas, y que hay que dar especial importancia a la iniciativa de la gente joven.

No se trata de establecer un falso diálogo entre vieja y nueva política, tampoco buscar estrategias de participación que funcionan o que no funcionan, sino de buscar mecanismos, estrategias, órganos y canales que permitan tener el máximo de conocimiento y proximidad posibles con el colectivo joven, poner en marcha procesos de colaboración que permitan desarrollar procesos de transformación que incidan sobre los elementos de desigualdad, a la vez que permitan reconceptualizar las formas de relacionarse entre los actores de un territorio de forma participativa y educativa, recomponiendo las relaciones de poder y potenciando la aparición de nuevas formas de hacer política (Llobet y Cortés, 2006). El árticulo: La participación como mecanismo de inclusión social de los jóvenes (Observatorio de la Juventud Iberoamericana) exhibe algunas extrategías para conocer y acceder a las dievrsas perspectivas de las personas jóvenes.


PALABRAS CLAVE:
Diversitat, pluralitat, representativitat, inclusió, col•lectius juvenils, entitats juvenils, grups informals.


Referencias

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Bibliografia

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Enlaces externos

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