En un capítulo hemos descrito la República Romana ,y su mezcla de rasgos modernas con viejas supersticiones y salvajismos primitivos ,como la anticipación neanderthálica del moderno Estado democrático .Día puede llegar en que se vean a los artificios y el mecanismo general de la Constitución de los Estados Unidos como el equivalente político de los utensillos y artificios del hombre neolítico .Es indudable que aquellos cumplieron su finalidad ,y que a su amparo el pueblo de los Estados Unidos ha llegado a convertirse en una de las comunidades mas avanzadas que ha conocido el mundo :pero esto no es una razón para ver a la Constitución americana como una cosa mas definitiva e inalterable que el tipo de ferrocarril de urbano que cruza las calles de Nueva York ,o el cómodo y excelente patrón de arquitectura casera que aún prevalece en Filadelfia .Todas esas cosas también han cumplido su finalidad ,pero ,como cosas humanas al fin ,tienen sus defectos y pueden ser perfeccionadas .Nuestros instrumentos políticos ,lo mismo que nuestros instrumentos mecánicos y domésticos ,necesitan una constante revisión a medida que el progreso avanza y adelanta el conocimiento humano .
Desde que la Constitución americana fue planeada ,nuestra concepción de la historia y nuestro conocimiento de la psicología colectiva han sufrido un notable desarrollo .Empezamos ahora a ver en el problema de la gobernación una porción de coas que no veían los hombres del siglo XVIII ,y ,por atrevida que fuese su disposición constructiva en relación a todas las creaciones políticas anteriores ,resulta insuficiente para lo que hoy en dpia necesitamos ,si es que queremos cumplir este sueño del establecimiento de una comunidad de voluntad civilizada sobre la tierra . establecimiento