Diferencia entre revisiones de «En persecución/Psicologia/Psicología»

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Primeros párrafos
Línea 1:
<noinclude>Traductor: Escuadrón JG52Tchaiky{{Desarrollo|0025%|14:00130 1de jul,Marzo 2006}}
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''Entré al ataque, con la esperanza de pillarlo desprevenido, pero no me apercibí que se dirigía directamente hacia mi al contrario que alejándose de mi, así que me eché encima tan rápido que solamente pude evadir su ataque para no colisionar con él. Ninguno de sus disparos en esa pasada me alcanzó, pero consiguió desconcertarme un poco.''
 
Reuben D. “accip” Moore, 56th FG(v)
 
La psicología y la moral son factores de peso en el combate aéreo. Si puedes desmoralizar a tu presa incluso antes de haber disparado la primera bala, has facilitado muchísimo el derribo subsiguiente. Saber como reacciona la gente ante ciertos estímulos, y obtener beneficio de esto mediante maniobras planeadas, es un aspecto vital del combate aéreo.
 
Cada enfrentamiento es un duelo de voluntades, una comparación de egos y una medida de la moral. El “moralímetro” es voluble, dependiente de cada movimiento, cada ángulo, cada gramo de energía. Si bien puedes empezar el combate lleno de balas y bravuconería, no lleva mucho minar tu fortaleza e hundirte en el profundo pozo de la desesperanza. Un movimiento en falso, un error estúpido, una bala incluso, y de repente es el enemigo el que domina la situación rebosante de confianza.
 
Leer la mente del enemigo, juzgar su miedo, percibir su desesperación y agresividad, sentir su histerismo o su frialdad, es para mí la esencia del combate aéreo en red. No se consigue esto contra un enemigo de inteligencia artificial. En red, puedes de hecho llegar a medir la moral de tu oponente hasta cierto punto y caracterizarlo en uno u otro sentido: éste es un as pero se ha puesto claramente nervioso y se está descuidando; este otro es un novato de primer grado que no tiene idea, ¡mira como gasta su energía!¡mira como entra en pérdida!¡mira como pierde contacto visual!; este otro esta asustado de muerte y corre como un endemoniado, ni siquiera intenta combatir; aquí hay uno que necesita superioridad numérica para combatir, tan pronto como ha sido superado tácticamente pone rumbo a casa; a este otro no le importa un pimiento si colisiona o no; etc.
 
Una vez que aprendes a juzgar a tu oponente también aprendes a controlar tu estado mental, relajarte y ser calculador en vez de impulsivo en tu aproximación al combate. El tipo que corre alegremente a cualquier combate, de forma endiablada, probablemente no tenga este tipo de conocimiento: lo único que le interesa es un poco de acción y apretar el gatillo. Este individuo es un blanco fácil si consigues aislarlo. La mayoría de los contrarios se dejan intimidar fácilmente y después de haber dado el primer susto serio a tu presa no tardan en aparecer los errores críticos. Asimismo aprenderás a distinguir a los líderes y a los discípulos. Cuando entras a una pareja, observarás que uno de los dos vuela ligeramente adelantado y más o menos estable, mientras que el otro le sigue por detrás o se esfuerza en volar en formación. Si su disposición no les proporciona ya una buena visibilidad, puedes escoger si matar primero al líder o a su desventurado consorte - clavar primero al líder reducirá muy probablemente la moral del escolta a un estado de absoluto pánico, mientras que suprimir al escolta primero no es probable que rebaje la moral del líder hasta el mismo punto. Y también, puede.
 
Eres tu propio enemigo. Eres el enemigo del enemigo, y el tuyo propio. Debes ser el enemigo, pensar como el enemigo y sentir lo que siente el enemigo para poder derrotarlo.