Diferencia entre revisiones de «Patología de la edificación/Fachadas/Humedades»

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New page: 1. HUMEDADES ÍNDICE: 1. DEFINICIÓN 2. TIPOLOGÍA 2.1. HUMEDAD DE OBRA 2.2. HUMEDAD POR FILTRACIÓN 2.3. HUMEDAD CAPILAR 2.4. HUMEDAD POR CONDENSACIÓN 2.4.1....
 
Sin resumen de edición
Línea 4:
 
 
1. [[DEFINICIÓN]]
 
2. [[TIPOLOGÍA]]
 
2.1. HUMEDAD DE OBRA
Línea 21:
2.5 HUMEDAD ACCIDENTAL
 
3. [[DIAGNOSIS]]
 
3.1. HUMEDAD DE OBRA
Línea 33:
3.5. HUMEDAD ACCIDENTAL
 
4. [[REPARACIÓN Y PREVENCIÓN]]
 
4.1. HUMEDAD DE OBRA
Línea 59:
4.5.1.2. ROTURA POR ACCIÓN MECÁNICA
4.5.1.3. POR CORROSIÓN
 
1. DEFINICIÓN
 
 
La humedad es la presencia indeseada de agua en estado líquido en zonas, épocas y períodos variables (en estado gaseoso no puede hablarse propiamente de humedad, en cambio cuando se condensa el agua es un líquido y queda incluida en esta definición). La aparición de la humedad conlleva cuadros patológicos como:
 
a) ambientes nocivos para la salud.
b) disgregaciones, disociaciones y descomposiciones físicas, químicas y biológicas sobre los materiales en que aparece.
c) efectos antiestéticos o desagradables a los sentidos: olores, abombamientos, manchas, cambios en textura y color, etc.
 
Pero con frecuencia las humedades son el origen de otras lesiones constructivas, incluso más graves, que pueden llegar a cobrar tanta importancia por el riesgo que comportan, que ocultan la que fue verdadera causa (casos de humedades mal reparadas, a destiempo, o sólo alternadas, heladas, desprendimientos…
 
 
 
2. TIPOLOGÍA
 
 
En un edificio concurren gran variedad de materiales con características y capacidades de absorción de agua muy diferentes. Según su procedencia, o forma de extenderse el agua en una unidad constructiva, podemos distinguir las siguientes humedades:
 
 
2.1. HUMEDAD DE OBRA: el agua proviene de la propia construcción del edificio, que exige toneladas de agua, más en técnicas de construcción “in situ”. En estos casos no se ha producido un secado suficiente antes de la aplicación de acabados o antes de la ocupación. Este fenómeno ocurrirá, pues, en todos aquellos cerramientos realizados con la llamada “obra de fábrica” y en sus acabados superficiales en los que intervenga mortero (fábrica de ladrillo, bloque y mamposterías, hormigón “in situ”, revestimientos continuos de mortero de cemento o cal y guarnecidos de enlucidos de yeso, revestimientos de baldosas, recibidas con mortero de cemento…)
 
2.2. HUMEDAD POR FILTRACIÓN: el agua pasa a través de intersticios macroscópicos de un modo directo (por ejemplo goteras, poros y fisuras). Favorecen este paso, la acción de la gravedad y del viento. Como ejemplo se puede citar el paso de la lluvia por los espacios entre tejas rotas o movidas.
 
Se pueden distinguir varios tipos de humedades de filtración, en función de su situación, de la procedencia del agua y del camino seguido por ésta. Así tenemos humedades por filtración en cubiertas planas, en cubiertas inclinadas o en fachadas, distinguiendo a su vez en éstas últimas:
-En los remates superiores (cornisas y petos de terraza) es frecuente la filtración por los bordes o por las juntas de las piezas. Ello se produce sobre todo cuando la albardilla es insuficiente o inadecuada (poco impermeable, con escaso vuelo en los dos frentes o con juntas muy abiertas entre piezas).
-En todo tipo de relieves (molduras puntuales o lineales, balcones, etc.), en el encuentro entre el plano de la fachada y otro más o menos perpendicular, que sea horizontal.
-En huecos de ventana (encuentro de planos perpendiculares formando diedros en los que coinciden juntas constructivas).
-En los paños ciegos, a través del propio poro del material constitutivo del cerramiento y a través de grietas y fisuras previas en la unidad constructiva.
 
 
2.3. HUMEDAD CAPILAR: el agua pasa a través de intersticios microscópicos. A este paso colabora la acción conjunta de fuerzas internas de tensión superficial y es independiente de la acción del viento o de la gravedad, pero no, claro está, de la capilaridad del material y de la humedad exterior. Este fenómeno puede aparecer en cualquier cerramiento, tanto horizontal como vertical, que esté constituido por materiales porosos, de estructura capilar (tubular) y con algún punto de contacto con el agua, venga ésta desde el suelo, desde jardineras adosadas a fachada, desde plataformas horizontales exteriores donde pueda acumularse el agua (terrazas, molduras, etc.) o cualquier otro punto hasta donde pueda llegar agua (un ejemplo de este fenómeno es la ascensión del agua desde la base de los muros en contacto con zonas húmedas (capilaridad).
Podemos distinguir tres puntos clave donde encontramos esta lesión:
-En el arranque de muros desde el terreno.
-En los pavimentos de plantas bajas o sótanos en contacto con el suelo cuando no se ha interpuesto capa de drenaje (encachados) ni membranas impermeables.
-En una serie de puntos en fachada: encuentros de elementos verticales de fachada con pequeñas plataformas horizontales (normalmente impermeables) bien sean suelos de terraza, bien molduras horizontales, bien vierteaguas y albardillas.
 
 
2.4. HUMEDAD POR CONDENSACIÓN: se produce al alcanzar el aire la temperatura de rocío, generalmente, sobre superficies frías. Se forman gotitas que se depositan sobre estas superficies y que debido a la adhesión mutua y a la gravedad se van agregando hasta formar mayores núcleos húmedos. En este caso no existe una penetración o un transporte de agua, sino un cambio de estado físico.
(Por ejemplo: el chorreo en alicatados de cocinas y baños cuando hay una gran producción de vapor en la estancia).
Pero este fenómeno de condensación no sólo es superficial, sino que se puede dar en los intersticios de los elementos si en éstos se alcanza la temperatura de rocío. Así, podemos distinguir tres tipos de humedades por condensación:
 
2.4.1. Condensación superficial interior. Se produce cuando la temperatura superficial interior es inferior a la de rocío. Este caso se produce, sobre todo, por un aumento exagerado de la presión de vapor en dicha superficie, lo cual, a su vez, puede deberse, bien a la alta producción de vapor en el local en cuestión (baños, cocinas, etc.), bien a la impermeabilidad del material de acabado superficial interior del cerramiento (vidrio). El síntoma es un evidente goteo. También puede darse en locales con una producción de vapor de agua moderada y con acabados superficiales más porosos (dormitorios, salas de estar, etc.). Entonces la causa sueles estar en un aislamiento insuficiente del cerramiento (sobre todo en puentes térmicos).
 
2.4.2. Condensación intersticial. Cuando el fenómeno físico se produce en algún punto del interior del cerramiento gracias a que ante la presión de vapor de agua que llega hasta él, la temperatura existente es inferior a la de rocío que le corresponde a aquel. Este segundo caso de condensación depende no sólo de la cantidad de vapor de agua que atraviese el muro y del gradiente de temperatura del mismo, sino además, de la constitución del propio cerramiento, la disposición de las distintas capas que lo conforman y de la permisividad al paso del vapor del agua de cada una de ellas, así como de su coeficiente de aislamiento.
Otro tipo de condensación intersticial a tener en cuenta aparece sobre las tuberías de agua fría o metálicas alojadas en los cerramientos, sobre todo tabiques.
La condensación intersticial y la interior pueden aparecer simultáneamente, dado que parte del vapor de agua sigue desplazándose hacia el exterior a pesar de que se haya producido ya la condensación en la superficie interior del cerramiento.
 
2.4.3. Condensación higroscópica. Cuando la causa fundamental es la presencia de sales higroscópicas en el interior de los poros del material. Se trata, por su localización, de una condensación intersticial, pero conviene distinguirla de ésta a los efectos de su reparación ya que no nos preocupará tanto el aislamiento o la presión de vapor de agua como la eliminación de las sales higroscópicas que causan la acumulación del vapor de agua y su condensación. La presencia de dichas sales suele ser consecuencia de su disolución y arrastre por anteriores humedades de capilaridad o de filtración. Los poros superficiales de los materiales de acabado son especialmente propicios a la cristalización de estas sales cuando se produce la evaporización del agua contenida en ellos.
 
 
1) No hay riesgo de condensación. 2) 3) 4) Tendremos manchas de humedad por condensación
 
 
2.5. HUMEDAD ACCIDENTAL: Aparece cuando alguna conducción de de agua sufre una rotura provocando el paso del líquido al cerramiento que lo contenía o que estaba próximo. Podemos llegar a distinguir varios subtipos en función de la causa que ha producido la rotura del conducto que, en principio, se pueden agrupar en tres:
 
- Rotura del conducto por sobretensión en el mismo debida a cambios dimensionales.
- Rotura por acción mecánica sobre el conducto. Se incluyen aquí el conjunto de acciones exteriores, normalmente puntuales, provocadas por el uso (o mal uso) del edificio y su entorno.
- Corrosión de los conductos metálicos, que puede ser debida al propio fluido que discurre por su interior (“corrosión por inmersión”), a la aparición de pares galvánicos en el conducto, o a la aparición de humedad sobre la superficie de los conductos que, ayudada por la falta de protección exterior de los mismos, acelera la corrosión por “inmersión” o por “aireación diferencial”. En cualquiera de los casos, la corrosión del tubo va disminuyendo la sección de sus paredes hasta que éstas no admiten la presión interior, o bien las tensiones de tracción o esfuerzo cortante.
 
 
 
Sobretensión Acción Mecánica
 
 
3. DIAGNOSIS
 
 
3.1. HUMEDAD DE OBRA: La coloración de los materiales, la fabricación de pastas y morteros, los hormigones, etc. tienen un proceso de secado muy lento, al ocupar el edificio sin haber concluido este proceso; la producción de vapor propia del uso dificulta el secado. Así mismo, la aplicación de revestimientos decorativos impermeables obstaculizan este proceso. Se pueden llegar a formar zonas húmedas, generalmente en caras inferiores de los forjados, por un reparto de humedad.
Este tipo de humedad hemos de descartarla en edificios no recientes, puesto que sólo puede aparecer al terminar la obra. No obstante, es fácil confundirla con humedades de condensación o de capilaridad. Por lo que en estos casos deberíamos realizar un estudio de posibilidad de condensación y comprobar también la posible humedad por capilaridad. Como medida general, deberíamos asegurar que el cerramiento se mantiene seco durante 30 días después de terminado el secado y a pesar de seguir el local en uso o en nuevo período de lluvias. Sólo entonces podremos afirmar que la humedad lo era de obra.
 
 
3.2. HUMEDAD POR FILTRACIÓN: Se debe establecer, del mejor modo, una relación causa-efecto por la investigación de hechos o circunstancias concurrentes antes o después de la aparición de la lesión. Establecer el carácter periódico o permanente; la relación con fenómenos naturales o no naturales.
Siguiendo el esquema utilizado en el punto 2.2. (tipologías de humedad por filtración) analizaremos la diagnosis en las diferentes situaciones señaladas en cuanto a humedades por filtración en fachadas:
-En los remates superiores: las filtraciones en albardillas y petos de terrazas no suelen ofrecer dudas, ya que difícilmente coinciden con otro tipo de humedad.
-En todo tipo de relieves: en estas plataformas horizontales puede haber confusión con las llamadas “microcapilaridades”. Aunque éstas suelen permanecer en la capa exterior del cerramiento, mientras que las filtraciones tienden a penetrar hacia el interior del edificio. Puede ser necesaria una pequeña “cala” para observar el recorrido.
-En huecos de ventana: la filtración por juntas constructivas o practicables es relativamente evidente, aunque es conveniente repasar meticulosamente los sellados reponiendo las zonas destruidas.
-En los paños ciegos: puede confundirse con humedades de obra, condensación, capilaridad (cerca de los arranques) e incluso con humedades accidentales. Para ver las posibilidades de la filtración, habrá que conocer la porosidad de los materiales constitutivos de la fachada y, sobre todo, el coeficiente de absorción de la capa exterior. Asimismo, se realizarán reparaciones puntuales en aquellos puntos conflictivos analizados donde encontremos existencia de grietas o fisuras, falta o defecto del material de acabado exterior, existencia de acumulaciones de agua importantes como jardineras, embalses, etc.
 
 
3.3. HUMEDAD CAPILAR: Tienen su origen en un foco húmedo y pueden proceder de una filtración anterior. Su extensión y trayectoria dependen de la capilaridad de los materiales que atraviesan, de la cantidad de agua que puede admitir la superficie expuesta y de la posibilidad que tenga de secarse desde el interior.
El agua de la superficie es más fuertemente retenida en la proximidad de contactos entre los gránulos. Es posible que el agua pueda penetrar en el interior (pasar de A a B y a C) resbalando sobre la superficie de los gránulos o por sucesivos estados húmedos y secos. La extensión y trayectoria de la lesión no es tan arbitraria como aparenta, sino que guarda relación con la porosidad de las fábricas, con la del agua por capilaridad depende de la estructura celular del material, que puede ser abierta (capilares) cerrada (burbujas) o mixta, siendo la primera la más desfavorable. EL agua asciende hasta que el incremento de peso de las microcolumnas es capaz de contrarrestar la resultante activa de las fuerzas intersticiales.
Para 1 mm. de diámetro el agua sube 15 mm.
Para 0,01 mm. de diámetro el agua sube 15.000 mm.
Para 0,0001 mm. de diámetro el agua sube 150.000 mm.
 
Estadísticamente, aparecen más en las zonas bajas de los edificios (sótanos, muros de contención…) y en la proximidad de instalaciones húmedas.
En el arranque de los muros desde el terreno, la humedad asciende por el interior del espesor del cerramiento o por su exterior, produciéndose en el segundo caso un fenómeno capilar superficial, que puede incluso limitarse al acabado exterior. Este tipo de humedad puede manifestarse también por la aparición de manchas salinas en la superficie de evaporación o por el desprendimiento de los revestimientos, formando una especie de barba florida en la línea de culminación de la altura capilar.
La aparición de una banda oscurecida en las zonas bajas de la edificación suele ser el primer síntoma que delata la existencia de este tipo de humedades. Sin embargo, hay ocasiones en que la sintomatología no es tan clara. Los revestimientos de los muros y de la zona baja de los muros pueden degradarse y llegar a desmoronarse como consecuencia de la acción eflorescente de las sales cristalizadas y vehiculadas por el agua capilar. Sin que haya aparecido hasta ese momento mancha alguna que la delate.
La altura capilar es mayor y más intensa en las fachadas orientadas al norte.
En las fábricas de poco espesor, el contenido de humedad es uniforme en toda su anchura, mientras que en muros más gruesos se incrementa levemente hacia su mitad, como consecuencia de la menor evaporación existente. En los paños ciegos, el volumen de humedad sueles ser constante en la parte central, mientras que decrece en las proximidades de las esquinas. Esta peculiar distribución sirve para distinguir las humedades de capilaridad de las de condensación, cuyo contenido decrece rápidamente hacia el exterior.
En edificios antiguos, es común que con el tiempo se haya modificado por lavado la estructura capilar de los morteros, que se manifestarán especialmente sensibles a la ascensión de este tipo de humedad.
 
 
3.4. HUMEDAD POR CONDENSACIÓN: La ventilación adecuada (continua y suave, o brusca y rápida, manteniendo la inercia del cerramiento) la adecuación de la temperatura interior, estanquidad y aislamiento, son las bases para producirse la condensación en las superficies.
Pero el vapor de agua se difunde a través de los materiales entre sus capas, ofreciendo mayor riesgo los cerramientos en contacto con ambientes más fríos. Así en estos, junto con el aislamiento térmico que controla las diferencias de temperatura, se ha de controlar la diferencia de presiones de vapor con la interposición de barreras que dejen el vapor de agua en las caras que no han alcanzado la temperatura de rocío.
La humedad por condensación no da lugar a confusiones cuando se produce en la superficie interior del cerramiento y ésta es impermeable; puesto que resulta un goteo inconfundible. Si dicha superficie es porosa, puede confundirse con capilaridad, filtración, humedad de obra e, incluso, accidental, según su localización, lo que obligará a un estudio de los gradientes de temperatura y la posible existencia de puentes térmicos.
Dentro del espesor del cerramiento la confusión es más probable, sobre todo con las humedades accidentales, aunque su identificación es fácil cuando se trata de puentes térmicos, debido a su localización tan concreta.
 
 
3.5. HUMEDAD ACCIDENTAL: Ante una humedad accidental confundible con algún otro tipo de humedad deberemos estudiar la documentación técnica para detectar la presencia de conductos y su posible sujeción incorrecta. También podremos recurrir al uso de detectores de metales embebidos (“pachómetros”) o al método más directo de la cala.
 
 
 
4. REPARACIÓN Y PREVENCIÓN
 
 
4.1. HUMEDAD DE OBRA: en la reparación de la humedad de obra se deberá proceder al secado adecuado del cerramiento hasta alcanzar su “equilibrio” y se deberá reponer el acabado.
4.1.1. Secado: Puede ser natural o artificial. Debemos analizar la necesidad de eliminar (picando la pintura o levantando el alicatado, por ejemplo) o no el acabado, que supone una barrera a la salida de la humedad. Habrá que decidir el tipo de secado a usar, para lo que tenemos considerar:
- El grado de humedad existente.
- El tiempo de que disponemos.
- El ambiente climático.
- Los medios económicos disponibles.
El tipo de secado podrá ser:
 
a) AIREACIÓN NATURAL: la cual facilitamos realizando una serie de agujeros uniformemente distribuidos en la zona húmeda, con los cuales aumenta la superficie de evaporación y la aproxima al núcleo del elemento, donde suele estar más concentrada la humedad. Si la aireación es temporal, basta con el orificio practicado directamente, que después se cubre al rehacer el acabado. Si se pretende dejar la aireación permanente deberemos introducir unos tubos perforados que permitan el secado continuo.
Aireación natural por orificios
 
 
b) SECADO ARTIFICIAL: pretende conseguir la extracción acelerada de la humedad. Existen varios procedimientos, de los cuales los más corrientes son:
 
- Los calefactores: que proyectan aire caliente sobre la superficie del cerramiento.
- Los deshumidificadores: que absorben la humedad.
- La electroósmosis: que evita el ascenso de agua de capilaridad y elimina la humedad a base de hacerla pasar a otro elemento en contacto con nuestro cerramiento, normalmente el terreno próximo, mediante la creación de una “pila electroosmótica”.
 
4.1.2. Acabado definitivo: una vez eliminada la causa de la lesión, podemos proceder a la corrección del efecto. Habrá que aplicar el nuevo acabado obedeciendo a las normas de su correcta ejecución.
 
La prevención consistirá en asegurarnos de que el cerramiento en cuestión está suficientemente seco cuando vayamos a aplicarle el acabado correspondiente.
 
 
4.2. HUMEDAD POR FILTRACIÓN: La diagnosis no suele oponer dudas, mientras que la reparación se enfoca generalmente hacia la impermeabilización y el correcto drenaje del agua. Si la albardilla de mortero presenta erosión, será necesario rehacerla, adoptando las pendientes adecuadas, o sustituirla por otra de material impermeable y con suficiente vuelo por ambos lados.
Si se trata de albardillas de elementos prefabricados con vuelo insuficiente y sin goterón, la filtración se produce normalmente por las juntas, las posibles perforaciones o el borde. La mejor solución es reponerlas, pero si las piezas están en buen estado, con vuelo y pendientes correctas, pueden retacarse las juntas con mortero de cemento, expansivo o de resinas, o bien sellarse con productos elastómeros. Siempre puede resultar conveniente colocar una nueva albardilla de chapa metálica directamente sobre la existente.
La forma de combatir la filtración está siempre en función de la causa. Si se trata únicamente de la propia porosidad del material, la solución es aplicar un acabado impermeabilizante, que deje respirar al cerramiento. Puede ser una pintura hidrófuga de poro abierto, pero también un aplacado con chapas metálicas o fibrocemento, alicatados y chapados de piedra, o un simple enfoscado o revoco de carácter hidrófugo. En el caso de los diedros horizontales en fachada, como primera medida terapéutica, hay que proceder al sellado de las juntas, siempre que el elemento horizontal se encuentre en buenas condiciones. De lo contrario, habrá que demoler y reponer de nuevo. Siempre deberemos también provocar o incrementar la pendiente, normalmente incluyendo un elemento impermeable tipo “semialbardilla”.
Los balcones con peto de obra necesitan un sistema de desagüe y una impermeabilización de la base de los muros, hasta el nivel que pudiese alcanzar el agua (por lo menos 15 cm.). Además, es necesario prever un sistema de drenaje, dando continuidad al material impermeable con la boca del tubo drenante, de manera que en su encuentro no se puedan producir filtraciones. La introducción de una cazoleta de sumidero, entre el pavimento y la gárgola, es una solución adecuada para estos casos.
 
 
4.3. HUMEDAD CAPILAR:
 
4.3.1. Humedad del suelo
La capilaridad se erradica en origen por medio de dos técnicas, el drenaje y la creación de barreras impermeables. Ambas requieren operaciones bastante complejas, pero se manifiestan muy eficaces en el cometido de eliminar la humedad:
 
4.3.1.1. DRENAJE:
 
Consiste en alejar el agua de la base del cerramiento por medio de diferentes procedimientos que enumeramos a continuación. Todos estos sistemas se manifiestan eficaces cuando el nivel de la capa freática es inferior a la cota más baja de la cimentación. Por debajo del nivel freático, la presión del agua impide su evacuación por gravedad.
Tipos de drenaje:
 
-Cuña drenante: se excavan cuñas adosadas a la base del muro y realizadas mediante bataches alternados, con el objeto de no provocar asientos puntuales, de una profundidad tal que se alcance el suelo sobre el que reposa la cimentación. En su fondo, se coloca una tubería de hormigón o plástico. Esta tubería recoge las aguas lo más abajo posible (unos 15 cm. por debajo de la base) y las canaliza a puntos concretos hasta enviarlas a la red de saneamiento o a un pozo muerto.
Deberá compactarse bien la zona rellenada. Esta solución requiere poder actuar desde el exterior y en todo el frente.
 
-Ataguías: separadas de la base y con una profundidad que estará en función de las de la cimentación del edificio y de la presión de las aguas a atajar.
Se usa para casos de corrientes freáticas del agua y puede ser: tablestacas adosadas de madera, piezas metálicas, zanjas lineales rellenas de material suelto y tubos que conducen el agua hasta la red de saneamiento. Se intenta descender el nivel del agua hasta por debajo de la cimentación, para evitar el contacto entre ambas.
 
-Pozos drenantes: constituyen una red que hace que el nivel descienda lo suficiente para evitar el contacto con la cimentación.
 
-Drenaje eléctrico: se trata de drenajes lineales, colocados normalmente en el arranque de los muros, que establecen una corriente eléctrica entre éste y el terreno en contacto, con polo negativo en el muro y positivo en la tierra, obligando al agua, como elemento conductor que es, a descender.
 
-Aireación por puntos: se introducen unos tubos perforados en la base del muro, que facilitan la aireación interior del cerramiento. Pueden ser cerámicos o de material plástico.
 
4.3.1.2. BARRERA IMPERMEABLE:
 
Se trata de interponer una barrera entre el agua y el elemento constructivo. En esta solución, se ha de proceder a realizar actuaciones destructivas.
- Lámina impermeable: se introduce en la base del muro. Las plásticas pueden ser bituminosas o de P.V.C. Las metálicas serán de materiales inoxidables.
 
- Inyecciones: la lámina puede sustituirse por una inyección de mortero y resina de poliéster o de resinas epoxi. Con ello conseguimos dificultar la ascensión del agua mediante dos sistemas básicamente:
a) Obstrucción de los poros: persigue la reducción de la abertura de los mismos por debajo de las 0,010 micras hasta conseguir anular la ascensión. Se puede conseguir utilizando “mineralizadores” o prepolímeros de isociananto.
 
b) Hidrofugación: emplea líquidos a base de siliconas diluidas en disolventes orgánicos, también siloxanos.
 
 
- Hidrofugación superficial: a base de morteros especiales de fraguado rápido. No evita la capilaridad propiamente dicha, sino que evita que la humedad salga al exterior por la superficie tratada.
 
4.3.1.3. VENTILACIÓN Y OCULTACIÓN:
 
La unión de los factores ventilación y ocultación ha inducido a la construcción de “cámaras ventiladas”, que en los cerramientos debe disponerse en todo el paramento horizontal con las siguientes características: cámara de aire continua, con rejillas de ventilación superiores e inferiores, con canaleta de recogida de aguas en la base y con ausencia de yeso.
 
 
 
4.3.2. Capilaridad en plataformas horizontales de fachada.
 
En los casos de microcapilaridad o humedad capilar producida por plataformas horizontales de fachada, la reparación consiste en impedir que la humedad llegue al arranque del paramento horizontal, para ello tenemos tres vías:
 
- Aumentar la inclinación de la plataforma hacia el exterior.
- Establecer un pequeño escalón impermeable.
- Colocar rodapié.
 
 
Cornisa Terraza
 
Como medidas preventivas debemos adoptar todas aquellas que resulten posibles durante la ejecución y que nos prevengan la aparición de la lesión, de acuerdo con lo visto en las líneas superiores.
 
 
4.4. HUMEDADES DE CONDENSACIÓN:
 
4.4.1. Eliminación de las causas:
 
4.4.1.1. DE LA CONDENSACIÓN SUPERFICIAL INTERIOR
 
Aparecen dos líneas distintas de actuación:
 
a) Para evitar que no haya condensación: impedimos que se alcance la temperatura de rocío sobre la pared.:
 
- Aumentamos la temperatura superficial interior del cerramiento.
- Disminuimos la presión de vapor de agua del local.
 
b) Preparar la superficie del cerramiento para la posible condensación. Se trata de disponer de una superficie pulida e impermeable que no se vea afectada por el agua que se condensa sobre ella y que permita su secado y limpieza con relativa facilidad. Si el local lo admite, procederemos a impermeabilizar su superficie mediante la aplicación de un acabado pulido.
 
 
 
4.4.1.2. DE LA CONDENSACIÓN INTERSTICIAL
 
La actuación consiste en evitar que se alcance la temperatura de rocío en ningún punto del cerramiento. Tenemos tres posibilidades para ello:
 
a) Aumentar la temperatura general en el interior de la sección del cerramiento. Habrá que anular los puentes térmicos.
b) Disminuir la temperatura de rocío en la misma sección. Se podrá utilizar una barrera de vapor.
En el caso de la condensación sobre tubería empotrada, habrá que protegerla con coquilla de espuma plástica o de fibra de vidrio, con barrera de vapor exterior, y volver a tapar.
c) Disipar el vapor de agua dentro del cerramiento hacia el exterior donde se produce la condensación. Para ello introducimos una cámara de aire en el interior del cerramiento, ventilada hacia el exterior (fachadas y cubiertas ventiladas).
 
 
4.4.1.3. DE LA CONDENSACIÓN HIGROSCÓPICA
 
Habrá que deshacerse de las sales higroscópicas contenidas en el acabado del cerramiento. Para ello:
 
a) Eliminamos la capa de revoco que aloja las sales a base de una demolición y saneado.
b) Procederemos a base de algún sistema controlado de humedecer el revoco para disolver las sales higroscópicas.
 
 
4.5. HUMEDADES ACCIDENTALES:
 
 
4.5.1. Eliminación de las causas.
 
4.5.1.1. ROTURA POR SOBRETENSIÓN.
Si los conductos no ha sido colocados con la holgura suficiente para su correcta dilatación y contracción, habrá que introducirla una vez cambiada la pieza rota. La introducción de holgura es fundamental en el encuentro con elementos estructurales y en todo tipo de quiebros y piezas de encuentro de varias líneas.
 
 
4.5.1.2. ROTURA POR ACCIÓN MECÁNICA.
 
Se trata de evitar la acción directa de los movimientos de la obra sobre el conducto. Habrá que proteger mediante elementos rígidos y protecciones metálicas.
 
 
4.5.1.3. POR CORROSIÓN.
 
Se debe efectuar un estudio concreto de la causa de la corrosión:
 
- Si se trata de un problema de constitución de la propia tubería, habrá q cambiar todos los conductos que estén en la misma situación.
 
- Si el problema está en la aparición de un par galvánico, habrá que introducir un manguito aislante entre los dos elementos que lo forman.
 
- Si la corrosión aparece por la superficie exterior del conducto por acumulación de humedad, se procederá a la limpieza total de la superficie e independencia de toda la tubería de dichos ataques mediante su protección con coquillas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA
 
 
 
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- TRATADO DE REHABILITACIÓN. TOMO 4: FACHADAS Y CUBIERTAS. Ed, Munilla-Lería , Madrid, 1998.
 
- PATOLOGÍA DE CERRAMIENTOS Y ACABADOS ARQUITECTÓNICOS. Monjo Carrió, J. Ed. Munilla-Lería, Madrid 1994.
 
- HUMEDADES EN LA EDIFICACIÓN. Tecnología de la arquitectura y de la construcción. Ortega Andrade, Francisco. Ed. Editan. Sevilla, 1994.
 
- MANUAL DE INSPECCIÓN TÉCNICA DE EDIFICIOS. Monjo Carrió, J.; Maldonado Ramos, L. Ed. Munilla-Lería. Madrid, 2002.
 
- LESIONES EN LOS EDIFICIOS. SÍNTOMAS, CAUSAS, REPARACIÓN. Tomo 2. Ed. C.E.A.C., Barcelona, 1981 y 1983.
 
- DIAGNOSIS Y CAUSAS EN PATOLOGÍA DE LA EDIFICACIÓN. M. Muñoz Hidalgo; Sevilla, 1994.
 
-ENCICLOPEDIA BROTO DE PATOLOGÍAS DE LA CONSTRUCCIÓN. Elementos constructivos (I). Broto i Comuna. Edición 2006
 
- PATOLOGÍA DE FACHADAS URBANAS. Departamento de construcción Escuela T.S. de Arquitectura Universidad de Valladolid. LOS AUTORES, Valladolid, 1987.