Diferencia entre revisiones de «Psicología Política: Imaginarios sociales de la violencia política»

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==VIOLENCIA POLÍTICA I CANVIO SOCIAL==
Lo violento resulta frecuentementefecundament definidodefinidor en oposición a lo político. Desde distintos frentes se ha intentado desvincular la violencia de la política, cuando realmente, la esfera política se encuentra claramente pautada por procesos violentos. La violencia está siempre presente, persiste en los mecanismos represivos de la autoridad como forma de control social. Es por tanto equívoco tratar de ocultar su presencia, como también lo es el negar que la violencia tiene una capacidad constructiva dentro de todo proceso político.
Michel Maffesoli nos muestra éste carácter fundador iy constructivo de la violencia. Las relaciones sociales se conforman a través de juegos de poder iy a través de la violencia. Iy es a través de estos juegos como es posible construir y reconstruir la realidad. En algunos casos el uso de la violencia ha permitido la consecución de fines sociales y políticos de manera más rápida que mediante el uso del juego político convencional. Siempre y cuando la utilización de la violencia se haya encaminado hacia una táctica política por la consecución de concesiones políticas, sociales y económicas concretas.
 
Un aspecto a destacar sobre el estudio de la Violencia Política es el entramado relacional que se desarrolla en cada proceso violento. Definitivamente, en el transcurso de un conflicto político violento se conforman identidades colectivas. Es a partir de la construcción de identidades colectivas como se forman distintos movimientos sociales entorno al conflicto. Así pues, el estudio de cómo se construyen y como se negocian las identidades entre los grupos es uno de los centros de interés principales para ver cómo se gestionan los imaginarios sociales de la violencia política.
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Durante el proceso donde se generan identidades colectivas Alain Touraine describe como se constituye un “yo” colectivo. En el establecimiento de todo actor colectivo se desenvuelve la creación de una identidad colectiva que se define a partir de los recursos culturales disponibles. La gestación de tal identidad se llevará a cabo mediante acciones colectivas que promuevan una solidaridad grupal y una identidad conjunta.
 
En lo que se refiere a la creación de identidades grupales, Ervin Goffman iy su teoría de los marcos interpretativos nos ofrece una buena descripción de cómo se constituyen los significados compartidos en el si de cada grupo. Goffman define un marco interpretativo como un conjunto de creencias y significados orientados a la acción. Los marcos interpretativos inspiran y legitiman las actividades de los grupos sociales, otorgan sentido a los participantes, y también ayudan a los participantes a construir sus identidades personales y colectivas. En este caso, los marcos interpretativos ideológico-culturales serian las ideas, tradiciones, discursos políticos, lenguajes, actitudes mentales, símbolos, ritos, mitos y valores. Estos marcos permiten al grupo elaborar discursos, interpretar las circunstancias políticas y autodefinirse como grupo. Los marcos interpretativos tienen la función de orientar la atención de las personas hacia determinados hechos que se definen como problemas colectivos. Son por lo tanto una vía para interpretar problemas, definir las dificultades existentes para la acción, y descubrir las vías alternativas que puedan servir para desbloquear los problemas.
 
 
El estudio del proceso de elaboración de los marcos interpretativos nos permite ver la acción colectiva como una construcción social, como un proceso en constante formación. Las batallas entorno la creación de marcos ideológico-políticos acaban por ser las verdaderas guerras entre los grupos enfrentados. Si un grupo o movimiento se consolida como una fuerza solvente, capaz de generar cambio social, todos los esfuerzos se centran en la creación de marcos opuestos a los marcos del Estado y de los movimientos en oposición. Estas luchas no se libran cara a cara, sino a través de la gestión de lo simbólico mediante la difusión en los distintos medios de comunicación social.
 
Uno de los elementos que se comunican a través de un marco interpretativo dentro de todo proceso político violento es el sentimiento de insatisfacción iy descontento. La socialización del sentimiento del descontento social es un proceso complejo. Se deben explicitar iy hacer inteligibles los motivos para lograr desarrollar una actitud rebelde significativa en amplias capas de la población. Se deben definir las raíces de un problema, señalar las injusticias y los culpables, sugerir soluciones, y sobretodo fomentar la propagación de sentimientos de pertenencia que inciten a la participación en la movilización. Éste es uno de los elementos más importantes, formar una identidad que cohesione la masa de descontentos, y que facilite su organización como movimiento de protesta.
 
Para entender mejor la formación de esta identidad colectiva, Melucci aporta su teoría de las identidades colectivas. Para Melucci, los actores colectivos se encuentran en un proceso de constante formación y disolución de creación de símbolos y códigos culturales. La identidad colectiva es una construcción cultural que une al individuo a un grupo y a un sistema de valores, y este proceso de construcción de una identidad cultural es el momento clave de cualquier movilización social. Resulta vital estudiar los aspectos culturales ya que alrededor de la violencia aunque aparezcan intereses, frustraciones, pasiones, presiones sociales; también aparecen identidades, imaginarios colectivos, mitos, valores, discursos, costumbres, hábitos cotidianos, sistemas de creencia, y maneras de ver el mundo. Así pues, resulta más acertado optar por un enfoque psicosocial que se centre en los propios participantes y en como estos interpretan el mundo, y así abandonar las explicaciones estructurales del conflicto violento, que remiten a estudiar como se organiza la sociedad para configurar la acción.