Diferencia entre revisiones de «Psicología Política: Imaginarios sociales de la violencia política»

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===Los mecanismos de socialización y comunicación.===
 
La información y la comunicación devienen pilares fundamentales cuando hablamos sobre movimientos y luchas. En el caso de las BR, lejos de ser una excepción, se da especial importancia a este aspecto por diferentes motivos:porque se definen como guerrilla metropolitana, y su objetivo en un primer momento es básicamente propagandístico. PretendesPretenden concienciar los obreros para organizarse en contra del sistema capitalista y la opresión, ypara que devengan sujetos de su lucha. Para llevar a término esta lucha, es necesario utilizar todos los medios posibles que estén al alcance, incluida la violencia. La violencia se concibe con un valor pedagógico para mostrar a la gente la violencia estructural inherente al sistema, asentando las bases de una movilización capaz de debilitar al Estado. Es así una estrategia que no es un fin en sí misma, sino un medio para iniciar un movimiento mucho más amplio de protesta. Se concibe entonces la violencia como herramienta simbólica de construcción de una identidad colectiva de protesta. Así, la guerrilla metropolitana y lotros métodos de lucha político-psicológica se utilizan, no con la intención de anular militarmente al enemigo, sino para conseguir el apoyo popular necesario para provocar la subversión del régimen política.
El objetivo racional de las amenazas de violencia es la acomodación de intereses, no la provocación de la violencia efectiva. Resulta, por tanto, que la violencia efectiva busca demostrar la capacidad de actuar, estableciendo a su vez, la credibilidad a futuras amenazas.
 
A partir de esta concepción de la violencia, las Brigadas Rojas buscan desde su nacimiento, tal y como explica Moretti en la entrevista de Carla Mosca y Rossana Rossanda, un impacto mediático y por tanto simbólico de ésta, más que la ejecución de acciones armadas.
 
Podríamos decir que las BR nacen en un momento en el que empieza a haber una efervescencia importante en cuanto a la emergencia de nuevas formas de comunicarse a diferentes niveles: prensa, ciclostilos, graffiti, etc. A principios de los 60 los movimientos de izquierdas tienen la posibilidad de tener cierta divulgación a partir de revistas como “Quaderni Rossi”, "Classe Operaia", “Contropiano” o "Quaderni Piacentini". Estas iniciativas de izquierdas pretendían, en cierta medida, usar la prensa para contrarrestar la industria cultural, entendida como un aparato de tergiversación de la conciencia de las masas (Horkheimer, Adorno, 1947). Tanto el movimiento obrero como el movimiento estudiantil de las décadas de l60 y 70 mantienen esta lucha simbólica contra la manipulación de la información.
Por un lado, a principios de los 60 los movimientos de izquierdas tienen la posibilidad de tener cierta divulgación a partir de ciertas revistas. La primera fue “Quaderni Rossi” (Cuadernos Rojos). Los miembros de la redacción eran militantes internos o cercanos al entorno del PSI y el PCI, que se reunieron con la intención de hacer una revista de investigación marxista, orientada básicamente al estudio de la modificación de la composición de la clase obrera para orientar la acción. Un tiempo después del cierre de la revista (por desavenencias ideológicas entre los redactores, se funda Classe Operaia (Clase Obrera). Esta nueva revista continuará en la misma línea ideológica que la anterior, con la intención también de reforzar la intervención política en las fábricas. Años más tarde, parte de los redactores de Classe Operaia se escinden de la misma, creando una tercera revista, “Contropiano”.
 
Las iniciativas de izquierdas pretendían, en cierta medida, usar la prensa para contrarrestar la industria cultural, entendida como un aparato de tergiversación de la conciencia de las masas (Horkheimer, Adorno, 1947). Tanto el movimiento obrero como el movimiento estudiantil de las décadas de l60 y 70 mantienen una lucha simbólica contra la manipulación de la información a tras de publicaciones como las citadas anteriormente (Quaderni Rossi, Classe Operaia, Contropiano, Quaderni Piacentini), así como mediante otras formas menos formales de divulgación, como el reparto de ciclostilos o manifiestos, o el graffiti. Estos eran los medios de los que se valían obreros y estudiantes para influir en el terreno social y político. El ciclostil permitía difundir un panfleto o una información de urgencia, haciendo miles de copias y repartiéndolas en relativamente poco tiempo. El graffiti deviene una forma de comunicación, un medio de expresión que permite llegar a la población, mediante la apropiación de diferentes espacios públicos mediante escritos y diseños más o menos espontáneos o organizados que permiten la exposición de consignas y símbolos de manera permanente, sea en paredes, monumentos o diferentes instituciones representantes del poder de una u otra forma (la universidad, la fábrica, el estado), El graffiti cumple una doble función: de contra información y a su vez, señalar la presencia en el territorio.
 
Por tanto, vemos aquí que se construye todo un imaginario en torno del rol que tienen los medios de comunicación en la reproducción y mantenimiento de las estructuras y las relaciones de poder de las clases dominantes, y la importancia que tiene poder crear medios de comunicación alternativos como herramienta para alcanzar sus objetivos. Esta construcción es un elemento muy importante del imaginario social de las BR, en cuanto al uso de la información por los medios de comunicación burgueses como por sus propios medios. Su propio discurso mediático es entendido como un elemento importante en la lucha contra este poder, hasta el punto en que se convierte en uno de sus objetivos básicos, la propaganda armada.