Diferencia entre revisiones de «Psicología Política: Imaginarios sociales de la violencia política»

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== EL IMAGINARIO SOCIAL DE LA VIOLENCIA POLÍTICA ==
 
El objetivo que nos planteamos en la siguiente comunicación es analizar la construcción del imaginario de la violencia política a partir de un estudio de caso: los denominados años de plomo en Italia (1968-1979). Entendemos que el interés por la experiencia italiana no reside únicamente en su singularidad (determinada por la duración e intensidad del desafio político radical), sino en su característica de "analizador" útil a fin de comprender la articulación de la violencia política en el imaginario social moderno. En este sentido, el ciclo de luchas italiano se ubica en un impasse entre el "ya no" y el "todavía no", lo que nos ofrece una panorámica del tránsito de la modernidad a la postmodernidad en toda su crudeza. Se trata de un paisaje que contiene elementos de un pasado que se resiste a morir, el desafío radical concebido como asalto a los cielos, y la emergencia de nuevas formas de articulación política que incluyen elementos innovadores (la centralidad de la comunicación, la proliferación molecular y especialemente la intersección entre la política y la vida cotidiana.
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Sin embargo, en esta comunicación nos centraremos no tanto en aquellas experiencias de innovación política (los indios metropolitanos, el surgimiento de las radios libres como nuevos dispositivos de enunciación colectiva o la articulación de la política con las nuevas necesidades surgidas del inicio del proceso de postfordización) sino en la vertiente más moderna del movimiento: es decir aquella que concibe el poder como un espacio a ocupar y que opta por el desarrollo de un conflicto armado para lograr sus objetivos.
 
== INTRODUCCIÓN ==
 
La violencia política constituye un concepto límite en la modernidad occidental. Solo aquellos autores que han mantenido una posición crítica con el proyecto moderno (Sorel, Lenin, Clastres, Benjamin,...) han desarrollado una reflexión sustantiva acerca del mismo. Sin embargo, la violencia política emerge tras cada uno de los conceptos fundamentales que constituyen la arquitectura conceptual del imaginario político moderno. La génesis del estado nación, la separación de poderes, el reconocimiento de los derechos fundamentales, de los derechos sociales y el denominado derecho de autodeterminación de los pueblos serían impensables sin la guerra de treinta años, la revolución inglesa, francesa, las convulsiones sociales del siglo XIX, las dos guerras mundiales y las luchas por la descolonización que constituyen su ambiente habilitador.
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La racionalidad política moderna ha negado la violencia política explusandola fuera de su universo simbólico, en tanto que su aceptación implicaria una disolución del ente sobirano. Lo que no es pensable desde la modernidad es qeu el llamado progresismo ilustrado, la racionalidad científica y técnica o el desarrollo del ius publicum europeo, no sean tanto el resultado de la aplicación de una lógica racionalista a los hechos sociales, sino que se base en la sucesión de diferentes episodios de la violencia que v
 
== VIOLENCIA POLÍTICA Y CAMBIO SOCIAL ==
Lo violento resulta fecundament definidor en oposición a lo político. Desde distintos frentes se ha intentado desvincular la violencia de la política, cuando realmente, la esfera política se encuentra claramente pautada por procesos violentos. La violencia está siempre presente, persiste en los mecanismos represivos de la autoridad como forma de control social. Es por tanto equívoco tratar de ocultar su presencia, como también lo es el negar que la violencia tiene una capacidad constructiva dentro de todo proceso político.
Michel Maffesoli nos muestra éste carácter fundador y constructivo de la violencia. Las relaciones sociales se conforman a través de juegos de poder y a través de la violencia. y es a través de estos juegos como es posible construir y reconstruir la realidad. En algunos casos el uso de la violencia ha permitido la consecución de fines sociales y políticos de manera más rápida que mediante el uso del juego político convencional. Siempre y cuando la utilización de la violencia se haya encaminado hacia una táctica política por la consecución de concesiones políticas, sociales y económicas concretas.
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Uno de los elementos que se comunican a través de un marco interpretativo dentro de todo proceso político violento es el sentimiento de insatisfacción y descontento. La socialización del sentimiento del descontento social es un proceso complejo. Se deben explicitar y hacer inteligibles los motivos para lograr desarrollar una actitud rebelde significativa en amplias capas de la población. Se deben definir las raíces de un problema, señalar las injusticias y los culpables, sugerir soluciones, y sobretodo fomentar la propagación de sentimientos de pertenencia que inciten a la participación en la movilización. Éste es uno de los elementos más importantes, formar una identidad que cohesione la masa de descontentos, y que facilite su organización como movimiento de protesta.
 
Para entender mejor la formación de esta identidad colectiva, Melucci aporta su teoría de las identidades colectivas. Para Melucci, los actores colectivos se encuentran en un proceso de constante formación y disolución de creación de símbolos y códigos culturales. La identidad colectiva es una construcción cultural que une al individuo a un grupo y a un sistema de valores, y este proceso de construcción de una identidad cultural es el momento clave de cualquier movilización social. Resulta vital estudiar los aspectos culturales ya que alrededor de la violencia aunque aparezcan intereses, frustraciones, pasiones, presiones sociales; también aparecen identidades, imaginarios colectivos, mitos, valores, discursos, costumbres, hábitos cotidianos, sistemas de creencia, y maneras de ver el mundo. Así pues, resulta más acertado optar por un enfoque psicosocial que se centre en los propios participantes y en como estos interpretan el mundo, y así abandonar las explicaciones estructurales del conflicto violento, que remiten a estudiar como se organiza la sociedad para configurar la acción.
 
Cuando la violencia se encuentra comúnmente extendida en una sociedad, ésta se convierte en un fenómeno generalizado y se crea una atmósfera o cultura de violencia. Mark Howard Ross afirma que esta cultura de violencia es aprendida por el individuo a través de distintos ámbitos de socialización política como movimientos sociales, grupos de opinión, prensa, partidos, y organizaciones juveniles. Esta cultura de violencia se caracteriza por promover la aceptación y la interiorización de las consecuencias más trágicas del conflicto, y que sean concebidas como inevitables. También la cultura de violencia promueve la aparición de una concepción utópica del futuro, la desconfianza generalizada hacia el poder establecido, sus instituciones y sus elementos de legitimación.
 
== CONTEXTO HISTORICO ==
 
 
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El movimiento se propone una resistencia violenta contra la reestructuración de la producción que tenía lugar en las fábricas. Los protagonistas van a ser trabajadores, y sus objetivos van a ser el mantener la fábrica como estaba y mantener la fuerza que tenía el movimiento obrero en su interior. En esta problemática, nacen las Brigadas Rojas.
La explosión del movimiento va a producirse en el 1977. El movimiento se había convertido en el referente de esta nueva composición de la clase obrera/precaria. Se estaba creando una sociedad alternativa al margen, con capacidades productivas, intelectuales y cooperativas superiores.
Esta sociedad alternativa que va a emerger en el 1977 no buscaba necesariamente un enfrentamiento contra el Estado, no quería conquistar poder, sino que quería liberarse de él, buscaba generar sus propios espacios de libertad.
Fue allí donde las organizaciones de Autonomía Obrera se van a encontrar con el dilema que supone el quedarse relegadas a la marginalidad de los ghettos, o confrontarse directamente con el Estado.
La solución que se toma en un principio, van a ser doble: la lucha para las mejoras sociales, y el enfrentamiento armado contra el Estado.
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Van a proceder manteniendo la actuación en este terreno, evitando cualquier confrontación política directa, y buscando sus propios espacios entre la ghettización y las negaciones institucionales. Este movimiento alternativo y underground es el que hoy en día sigue constituyendo la cuestión que todavía envuelve la crisis italiana. Se trata de un movimiento alternativo que se ha expresado como un sujeto colectivo en luchas y reivindicaciones posteriores en torno a las mejoras en el trabajo, en el aumento de la inversión pública, la protección del medio ambiente, o la crisis de los partidos políticos.
 
== ELEMENTOS QUE FORMARIAN PARTE EN EL IMAGINARIO SOCIAL, VIOLENCIA POLÍTICA Y BRIGADAS ROJAS ==
 
En Italia, en "gli anni de piombo" de la década de los 70, la “violencia de clase” fue denunciada en todas sus formas por los diferentes movimientos de la época: las discriminaciones, las persecuciones, las injusticias, la represión, etc. Para combatir esta violencia, estos movimentos reivindicaban el derecho a la resistencia, visto que la legalidad no garantía civilmente el espacio del conflicto, pues estaba al servicio de un orden social inaceptable que no representaba al pueblo. Así vemos como en el imaginario de estos movimientos se refleja uno de los aspectos claves del imaginario social de la modernidad: la soberanía popular.
 
Los movimientos sociales y políticos reivindicaron la ilegalidad como práctica y como condición de existencia del movimiento. Cuales tenían que ser los límites de la ilegalidad y el espacio legítimo para el ejercicio de la violencia fueron cuestiones largamente debatidas. En este contexto aparecen las Brigadas Rojas. En este sentido, se construye un imaginario social sobre la violencia armada como medio para la lucha que legitima su uso, un imaginario basado en los siguientes elementos.
 
=== La potencia simbólica del icono ===
 
El nombre de Brigadas Rojas nos remite a la idea de de un colectivo organizado (Brigadas), y al imaginario social del socialismo radical (rojas). El color rojo también es el color de su bandera. En ella la estrella simboliza, por un lado, la revolución y por el otro el partido en la ideología comunista. El partido para este grupo era la simbiosis entre el brazo político y el armado y la vanguardia del movimiento.
 
En el primer período de las Brigadas Rojas, de 1970 a 1974, su objetivo principal era la propaganda armada. Una de sus principales herramientas fue la imagen y su potencialidad comunicativa. Esto se ve por ejemplo en uno de sus primeros secuestros -Idalgo Macchiarini, dirigente de la Siemens-, a quien fotografiaron con un cartel en el cuello, apuntándolo con una pistola, que nunca fue disparada. Esta imagen pretendía simbolizar que el poder se podía invertir y que la violencia podía ser usada por otros actores que no fueran las clases dominantes. Moretti declaró: “La fotografía era el objetivo de la acción [...] Y después la pistola, simbología inequívoca. Esa pésima foto dio la vuelta al mundo.”
 
Las pistolas P-38 como símbolo de la lucha armada también se utilizaban durante algunas de sus acciones (atracos, manifestaciones, etc.), donde se exhibían o se imitaban simbólicamente. Estas armas muchas veces no estaban ni siquiera cargadas, jugaban con la no realidad, con la imaginación. Así la imagen de la pistola se convierte en una creación en sí misma, y no en una simple reproducción.
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Otro símbolo eran las canciones, que aunque no sean propiamente un icono, tienen una fuerte carga simbólica, más allá de su letra: canciones de la historia partisana, la lucha de clases, la revolución, etc., que son elementos que irán conformando el imaginario social de la lucha armada. Serán un medio de propaganda política y de exaltación emotiva.
 
=== Construcción de un lenguaje común y propio ===
 
Las Brigadas Rojas construyen un lenguaje común y propio, caracterizado por su complejidad y especificidad, que conformaba su visión de la sociedad. Generaron un nuevo léxico, basado en metáforas y reformulaciones de palabras, resignificándolas. Dos ejemplos son "el corazón del estado" (aparato del gobierno), o "sindicatos neocorporativos" (sindicatos institucionales). Este lenguaje era muy elaborado y de un alto nivel teórico basado en el análisis sociohistórico marxista.
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Las autoentrevistas fueron una de las técnicas que utilizaban las Brigadas Rojas para difundir su mensaje. Optaron por este método, porque consideraban que las entrevistas hechas por terceros podían ser objeto de manipulación. Con la realización de sus propias entrevistas, eran ellos mismos los que controlaban toda la información que se generaba sobre la organización.
 
=== Capacidad de traducción y contagio de mitos y prácticas ===
 
La década de los años 60 y 70 fue una época de gran efervescencia a nivel mundial en cuanto a las luchas revolucionarias y antiimperialistas. La derrota de los Estados Unidos en Vietnam se convirtió en un referente y en un mito, ya que abría la posibilidad de vencer al capitalismo y al imperialismo. Vietnam se convierte así en la consigna movilizadora para pensar nuevas realidades. Se deben crear “diez, ciento, mil vietnams” como decía Ernesto Che Guevara.
 
Otra experiencia precedente mitificada era la revolución rusa, y la construcción de la URSS. La parte recuperada como referente es sobretodo la URSS de la primera etapa, bajo el mandato de Lenin. Recuperan la figura de Lenin, mitificándolo como militante y por su legado ideológico: la idea de partido y su rol, el concepto de centralismo democrático, etc.
 
Retoman de la Revolución China y el modelo ideológico de Mao Tse Tung, la ampliación del concepto marxista de obrero, no restringiéndolo al contexto de fábrica y el de “revolución cultural”, movimiento de trabajadores y estudiantes chinos contra los burócratas del Partido comunista.
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Otro de los movimientos importantes en Italia fue el movimiento estudiantil. Las Brigadas Rojas compartían con este movimiento parte del análisis de la sociedad en términos de clase, el modelo asambleario y las reivindicaciones igualitaristas y antiautoritarias.
 
=== Reconstrucción de la memoria colectiva (experiencia partisana) ===
 
El recuerdo y la reconstrucción de la experiencia partisana fue fundamental en la explicación de la historia italiana para las generaciones posteriores y también para explicar el tipo de luchas que se dieron en las décadas del 60 y el 70. La historia partisana es mitificada por estas generaciones, ya que simboliza el triunfo sobre el fascismo por parte de la resistencia italiana y un momento en el cual hubo la posibilidad de establecer un nuevo orden social a partir de la revolución. Los movimientos y organizaciones posteriores, incluidas las Brigadas Rojas, se sienten hereditarios de esta lucha anitiimperialista y antifascista, hasta el punto que cuentan que las armas de fuego que utilizan son las mismas que se usaban en aquellos tiempos.
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Como resultado de esta mitificación, podemos encontrar uno de los primeros grupos de lucha armada aparecidos en Italia: los Gruppi di Azione Partigiana (GAP), un sector importante de la militancia del GAP se incorporará posteriormente a las Brigadas Rojas.
 
=== Los mecanismos de socialización y comunicación. ===
 
La información y la comunicación devienen pilares fundamentales cuando hablamos sobre movimientos y luchas. En el caso de las BR se da especial importancia a este aspecto porque se definen como guerrilla metropolitana, y su '''objetivo''' en un primer momento es básicamente '''propagandístico''', pues pretenden '''concienciar los obreros''' para que devengan sujetos de su lucha. Para ello, es necesario utilizar todos los '''medios posibles''' que estén al alcance, desde la propaganda hasta la violencia. La '''violencia''' se concibe con un '''valor pedagógico''' para mostrar a la gente la '''violencia estructural''' inherente al '''sistema'''. Se concibe entonces la violencia como '''herramienta simbólica''' de construcción de una identidad colectiva de protesta.
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Por tanto, vemos aquí que se construye todo un imaginario en torno del rol que tienen los medios de comunicación en la '''reproducción y mantenimiento de las estructuras y las relaciones de poder''', y la importancia que tiene poder '''crear medios de comunicación alternativos'''.
 
=== Fuentes ideológicas de las Brigadas Rojas ===
El imaginario social de las Brigadas Rojas parte de una ideología basada en el análisis del '''materialismo histórico''' de '''Marx''', de las teorías de '''Lenin''' y las de '''Mao'''. Según éstas la época en que viven se caracteriza por un '''modelo de producción capitalista''', que no diferencia entre trabajo manual e intelectual, mercantilizando todo trabajo que dé valor añadido a la producción. Este proceso lo denominan '''proletarización''' y es uno de los aspectos principales a partir de los cuales explican la sociedad. Dentro de este imaginario social, la imagen del '''obrero''' se '''positiviza''', a la vez que se '''negativiza''' la figura del '''burgués''', entendiendo la sociedad como dual y en conflicto constante, en una '''lucha de clases'''.
 
El objetivo de las Brigadas Rojas es trabajar para la '''transformación social''', por el cambio hacia una '''sociedad comunista''', que establecería la '''abolición de las clases sociales''' y la '''colectivización de los medios de producción'''. Para llegar a esta sociedad ideal, las Brigadas Rojas hablan de la '''reapropiación del saber''', la '''lucha ideológica de clase''', la '''concienciación obrera''', la '''reconstrucción del individuo social''', la '''unión entre teoría y praxis''' y la '''lucha por todos los medios''', incluso legitimando la violencia política, como único medio suficientemente potente para enfrentarse a la fuerza del estado.
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En el imaginario social de las Brigadas Rojas el '''ejercicio del poder''' tiene lugar desde las instituciones estatales y desde los patronos de las fábricas, por tanto, está '''materializado''' en "cuerpos" concretos. Los objetivos políticos que van dirigidos a la '''destrucción''' de este '''poder''' a partir de '''acciones simbólicas'''.
 
== CONCLUSIONES ==
La violencia política tal como hemos expuesto en la primera parte del trabajo forma parte inseparable del despliegue del imaginario político moderno. Así mismo, dada la propia arquitectura categorial sobre la que se fundamenta la modernidad, ésta es incapaz de aceptar su dimensión constitutiva, bajo el peligro de erosionar sus bases constitutivas: el pacto social en que se fundamenta el estado nación. Lo que comporta su expulsión fuera de su universo simbólico, pero que a pesar de todo deberá incorporar como posibilidad no explícitamente reconocida mediante la aceptación de dos derechos que se sitúan al margen de toda fundamentación normativa: el derecho de excepción y el derecho de resistencia.
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Por este motivo, el análisis de caso que hemos desarrollado no se basa tanto en las diferentes tradiciones sociológicas sino en aprofundir la dimensión del caso italiano. En este sentido, hemos iniciado nuestra reflexión con un análisis del contexto sociohistórico donde emergen el ciclo de luchas, en tanto que consideramos que los fenómenos sociales no pueden ser tratados sin tener en cuenta los elementos contextuales sobre los que se basan. Así, del análisis de contexto se puede desprender cómo se construyen sociohistóricamente los diferentes agentes, discursos y retóricas en juego: del recuero de la experiencia partisana para legitimar una continuidad en la lucha insurreccional a la exaltación de la guerra del Vietnam como elemento ejemplificador de cómo el débil puede doblar la primera potencia mundial.
 
Italia representa en este sentido un caso único en Europa por la duración en intensidad del ciclo de luchas, que se extiende desde la ocupación de fábricas y el autumno caldo de 1968 hasta el secuestro y posterior muerte de Aldo Moro, el que desencadenará el proceso 7 de Abrilabril de 1979. En este sentido, hemos considerado que la “anomalía italiana” podía funcionar como campo de análisis para comprender la articulación entre violencia e imaginario político.
 
De los diferentes agentes que formaban parte del proceso nos hemos centrado en las BR, no tanto por su carácter innovador sino porque ejemplifican una concepción del poder y la acción política esencialmente moderna en un contexto mutante, de transición hacia la posmodernidad, pero del que se alimenta y permea. Así pues, nuestro foco se ha basado en cómo desde el movimiento italiano se genera un imaginario alternativo que legitima las prácticas violentas dentro de un “estado de derecho” de la Europa Occidental, y cómo este imaginario va mutando a medida que se configura como epicentro la centralidad de la opción armada.
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Los momentos constituyentes abiertos por la fractura del pacto social y la generación de un conflicto netamente político, en los términos amigo-enemigo expresados por Carl Schmitt, suponen la construcción de imaginarios alternativos donde las diferentes facciones construyen elementos de sentido a partir de una constelación de significantes compartidos que tienen como finalidad legitimar sus acciones que se sitúen fuera del marco legar definido por el estado de derecho. Así mismo, la resolución del conflicto no implica necesariamente que el bando vencedor imponga su imaginario como dominante, dado que no se trata de comportamientos estancos y hay contaminaciones mutuas. Es posible que diferentes elementos de los imaginarios contrapuestos sean utilizados en la construcción del imaginario resultante, a excepción hecha de aquellos elementos que legitimen la resistencia al orden establecido, en tanto que todo orden constituido tiene que negar la violencia previa sobre la que se sustenta.
 
== BIBLIOGRAFIA ==
Libros y artículos consultados
 
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Maffesoli, Michel (1978) La violence totalitaire. Essai d'anthropologie politique. Paris: Presses Universitaires de France. a González Calleja (2002)
 
Melucci, Alberto “The process of collective identity” a Johnston, Hank i Klandermans, Bert (ed) (1995) Social movements and culture. Mineapolis: University of Minessota Press a Gonzalez Calleja (2002)
 
Moretti, M. (1998). Brigadas Rojas. Entrevista con CArla Mosca y Rossana Rosanda. Madrid: Akal (2002).