Diferencia entre revisiones de «Psicología Social de la Comunicación/D3a»

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m Miscelánea ortográfica
Línea 40:
 
El espacio ha sido invadido por una cultura hegemónica: La sociedad de consumo. Aupada por la globalización de medios, avanza sin parar hasta expandirse incluso en países en vias de desarrollo.
El espacio pasa a ser privado en las urbes, en su mayor parte. Se privatizan grandes superficies antes públicas gracias al dinero inyectado de ciertas grandes compañiascompañías. Esto conlleva una desterritorialización del espacio, ya que el elemento público es territorializable y con un tipo de normas y jerarquías menos agresivas que en un entorno privado.
El contacto con los elemetos dentro del espacio cada vez se torna más difícil o inconexo. Las nuevas tecnologías no favorecen el contacto directo dentro de un espacio determinado, sino que al contrario, ayudan al distanciamiento. Un ejemplo a esto sería el desarrollo de teconolgías de realidad virtual, que favorecen no solo la desterritoririalización, sino que ademasademás favorecen una tipo de comunicación artifical o deshumanizado.
El acelerado ritmo de vida conlleva a modificaciones en nuestro espacio vital. Para nuestro obligado y rápido movimiento, se construyen vias rápidas como autopistas, o mas habitajes dentro de la ciudad, transformando de esta manera nuestro entorno más próximo.
 
Línea 111:
TIPOS DE AUDIENCIAS
 
A estas alturas resulta idóneo aproximarse al estudio realizado por Blumer. El pilar del estudio recae en averiguar el supuesto nuevo papel de las audiencias dentro del tambientambién nuevo mercado televisivo (se usa el término “nuevo” por su evidencia, ya que el mercado ha vivido grandes cambios en corto tiempo). Blumer realizó una serie de entrevistas, entre 1986 y 1988 a los creadores de audiencias de la televisión americana, que bien podría considerarse el estándar a segir, y por tanto el equivalente a el resto de televisión occidental. Blumer conculyó, después de las correspondientes entrevistas (más de 150 realizadas), unos interesantes perfiles de audiencia: Como mercado, en donde el comercio de anuncios y patrocinios depende de el éxito en audiencia de un programa; aundiencias como público, las más comunes y corrientes; audiencias como fans, donde el espectador busca un enlace de identidad con lo retransmitido; audiencias como grupo social, cuando una serie de espectadores podrian ser agrupados por preferencias determinadas; y por último las audiencias involucradas, donde determinados espectadores piensan y valoran significados y contenidos a fondo.
 
El estudio ha servido para extraer dos grandes conclusiones: La primera se refiere a la corroboración que los creadores de audiencias buscan el beneficio económico antes que beneficios cultrales o enriquecedores (si es que esto no quedaba claro ya antes del estudio, por supuesto). La segunda es aun más esencial, y viene a decirnos que dentro de los estudios de audiencias se tienen en cuenta siempre que sea posible la posibilidad de acabar definiendolas como vienen dadas en su contexto natural; algo muy a tener en cuenta en los estudios de campo dedicados a esta cuestión. Por supuesto, toda categorización cae en el riesgo de la simplificación, y este estudio no será menos. Blumer, de entrada, obvia las posibles conexiones entre si de cada una de las categorias, otorgandoles a cada una una cierta exclusividad que no deberia ser así. Y como ya he comentado, la categorización es muy extrema.
Línea 130:
“La televisión es el espejo en donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural.”(Federico Fellini)
 
La afirmación suena fuerte, pero es real. La subsistencia de las cadenas televisivas, tanto públicas como privadas, va proporcionalmente ligada a la cantidad de anuncios contratados. Cuantos mas anuncios, más dinero y más inversionen la cadena. Por otra parte, las empresas pblicitarias desearán anunciarse en las cadenas que tengan más audiencia. Hasta aquí todo claro. La pregunta reside en hasta donde estanestán dispuestas a llegar las cadenas para ganar audiencia y por lo tanto dinero. La respuesta sencilla es escoger aquellos programas que la sociedad demanda. Pese a que algo de razón hay en la respuesta, es evidente que las cadenas escogeran lo morboso, lo popular, lo intrascendente pero vistoso, lo de rabiosa actualidad, lo colorido... Lo que viene a ser la telebasura. Esto es, todo aquel espacio televisivo carente de valor cultural (aquí la etiqueta de cultura pop no es válida) e incluso con un contenido ofensivo para un determinado público. Pese a todo, muchas emisoras ovbian esto y emiten sus programas basura en franja de “prime time” (de máxima adiencia). Esto les reportará muchos beneficios económicos de bien seguro. Por tanto las cadenas televisivas se venden al mejor postor para aumentar así sus beneficios. En resumidas cuentas, La telebasura se mantiene por la publicidad con dinero que sale del bolsillo de los consumidores.
 
Los productores y sus defensores objetan: "Hay que darle a la gente lo que les gusta". Este argumento menosprecia la inteligencia de los televidentes. Otros señalan: "La finalidad de la Televisión no es educar", olvidan que la Televisión tiene una obligación ética para con la sociedad, que requiere una programación de calidad en beneficio al bien común (en principio). Pero el elemento más vergonzoso se encuentra en como las empresas publicitarias aprovecha cualquier tipo de emisión exitosa para introducir sin pudor alguno sus productos. Como se diria en argot popular, “todo por la pasta”.