Diferencia entre revisiones de «Latín/Capítulo 1 La situación lingüística del latín»

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→‎El acento: Se sustituyen las diéresis por los acentos largos correspondientes.
Línea 113:
El lugar del acento es mecánicamente regulado por el ritmo y la estructura silábica de la palabra: el acento afecta en latín
 
*a A la penúltima sílaba si es larga (sea por comportar una vocal larga, o sea por terminar en consonante).
*a A la antepenúltima, si la sílaba penúltima es breve.
 
Las únicas excepciones de esta regla son:
*los monosílabos tónicos, en los que el acento no puede afectar más que a la única sílaba existente;
*y los disílabos que, no presentando antepenúltima, llevan siempre y necesariamente el acento en la penúltima, cualquiera que sea su cantidad.
 
*los Los monosílabos tónicos, en los que el acento no puede afectar más que a la única sílaba existente;
Este uso recientemente introducido por el latín no tiene por efecto volver fijo el acento: las series rátîö / ratiö´nis; dómînos / dominö´rum dejan aparecer en el curso de la flexión, desplazamientos de acento. Pero no se trata ya ahí de alternancias activas, dotadas de un poder distintivo : son cambios pasivos, condicionados por la forma de la palabra, y que no la condicionan en absoluto.
*y losLos disílabos que, no presentando antepenúltima, llevan siempre y necesariamente el acento en la penúltima, cualquiera que sea su cantidad.
 
Por lo tanto, en latín no existen palabras agudas ni sobreesdrújulas.
 
Este uso recientemente introducido por el latín no tiene por efecto volver fijo el acento: las series rátîö''ratĭo / ratiö´nisratiōnis''; dómînos''dóminos / dominö´rumdominōrum'' dejan aparecer en el curso de la flexión, desplazamientos de acento. Pero no se trata ya ahí de alternancias activas, dotadas de un poder distintivo : son cambios pasivos, condicionados por la forma de la palabra, y que no la condicionan en absoluto.