Diferencia entre revisiones de «Grandes biografías/Alejandro III el Magno»

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== Alejandro, el príncipe ==
 
[[Archivo:AlexandreLouvre.jpg|thumb|right|576 × 768 píxeles|Alejandro III el Magno. Copia latina de una escultura conocida como ''Herma de Azara'', conservada en Museo del Louvre; la original del escultor Lisipo, esculpida c.330 a.C.]]
 
20 de julio de 356 a.C., Macedonia: Nace en la capital del reino, Pella, el futuro comquistador del Imperio Persa, responsable de la expansión del helenismo y fuente de inspiración a envidiosos sucesores en el arte de la guerra: Alejandro III, llamado ''El Grande'' por sus contemporáneos, el genio militar por excelencia del mundo conocido.
 
El hijo de '''Filipo II''', acostumbraba inclinar su cabeza sobre el hombro derecho; se caracterizaba por su atractivo cuerpo, descrito por el historiador griego, '''Plutarco''':
 
[[Archivo:AlexandreLouvre.jpg|thumb|right|576 × 768 píxeles|Alejandro III el Magno. Copia latina de una escultura conocida como ''Herma de Azara'', conservada en Museo del Louvre; la original del escultor Lisipo, esculpida c.330 a.C.]]
 
{{cita|Las estatuas que con más exactitud representan la imagen de su cuerpo son las de Lisipo, que era el único por quien quería ser retratado; porque este artista figuró con la mayor viveza aquella ligera inclinación del cuello al lado izquierdo y aquella flexibilidad de ojos que con tanto cuidado procuraron imitar después muchos de sus sucesores y de sus amigos. Apeles, al pintarle con el rayo, no imitó bien el color, porque lo hizo más moreno y encendido, siendo blanco, según dicen, con una blancura sonrosada, principalmente en el pecho y en el rostro. Su cutis espiraba fragancia, y su boca y su carne toda despedían el mejor olor, el que penetraba su ropa, si hemos de creer lo que leemos en los Comentarios de Aristóxeno. La causa podía ser la complexión de su cuerpo, que era ardiente y fogosa, porque el buen olor nace de la cocción de los humores por medio del calor según opinión de Teofrasto; por lo cual los lugares secos y ardientes de la tierra son los que producen en mayor cantidad los más suaves aromas; y es que el sol disipa la humedad de la superficie de los cuerpos, que es la materia de toda corrupción; y a Alejandro, lo ardiente de su complexión le hizo, según parece bebedor y de grandes alientos.''Vidas paralelas:Alejandro''|Plutarco.}}