Diferencia entre revisiones de «Grandes biografías/Alejandro III el Magno»

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== Alejandro, el príncipe ==
 
[[Archivo:AlexandreLouvre.jpg|thumb|right|576 × 768 píxeles|Alejandro III el Magno. Copia latina de una escultura conocida como ''Herma de Azara'', del escultor Lisipo.]]
 
20 de julio de 356 a.C., Macedonia: Nace en la capital del reino, Pella, el futuro comquistador del Imperio Persa, responsable de la expansión del helenismo y fuente de inspiración a envidiosos sucesores en el arte de la guerra: Alejandro III, llamado ''elEl Grande'' por sus contemporáneos, el genio militar por excelencia del mundo conocido.
 
El hijo de '''Filipo II''', acostumbraba inclinar su cabeza sobre el hombro derecho; se caracterizaba por su atractivo cuerpo: cutis blanco, cabello ondulado de color castaño claro y ojos heterócromos, siendo su ojo izquierdo marrón y el derecho gris (se desconoce, a ciencia a cierta, la razón de su anomalía; bien pudo existir de nacimiento o se debió a causa de un traumatismo craneal).
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Existen numerosas anedóctas de su niñez, entre ellas:
 
{{cita|Trajo un Tésalo llamado Filonico el caballo Bucéfalo para venderlo a Filipo en trece talentos, y, habiendo bajado a un descampado para probarlo, pareció áspero y enteramente indómito, sin admitir jinete ni sufrir la voz de ninguno de los que acompañaban a Filipo, sino que a todos se les ponía de manos. Desagradóle a Filipo, y dio orden de que se lo llevaran por ser fiero e indócil; pero Alejandro, que se hallaba presente: “¡Qué caballo pierden- dijo-, sólo por no tener conocimiento ni resolución para manejarle!” Filipo al principio calló; mas habiéndolo repetido, lastimándose de ello muchas veces: “Increpas- le replicó- a los que tienen más años que tú, como si supieras o pudieras manejar mejor el caballo”; a lo que contestó: “Este ya se ve que lo manejaré mejor que nadie”. “Si no salieres con tu intento- continuó el padre- ¿cuál ha de ser la pena de tu temeridad?” “Por Júpiter- dijo-, pagaré el precio del caballo”. Echáronse a reír, y, convenidos en la cantidad, marchó al punto adonde estaba el caballo, tomóle por las riendas y, volviéndole, le puso frente al sol, pensando, según parece, que el caballo, por ver su sombra, que caía y se movía junto a sí, era por lo que se inquietaba. Pasóle después la mano y le halagó por un momento, y viendo que tenía fuego y bríos, se quitó poco a poco el manto, arrojándolo al suelo, y de un salto montó en él sin dificultad. Tiró un poco al principio del freno, y sin castigarle ni aun tocarle le hizo estarse quedo. Cuando ya vio que no ofrecía riesgo, aunque hervía por correr, le dio rienda y le agitó usando de voz fuerte y aplicándole los talones. Filipo y los que con él estaban tuvieron al principio mucho cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando le dio la vuelta con facilidad y soltura, mostrándose contento y alegre, todos los demás prorrumpieron en voces de aclamación; mas del padre se refiere que lloró de gozo, y que besándole en la cabeza luego que se apeó: “Busca, hijo mío- le dijo-, un reino igual a ti, porque en la Macedonia no cabes”.. ''Vidas paralelas:Alejandro''|Plutarco}}
 
 
Su genio se extendió en el campo intelectual: al igual que todo muchacho heleno, sabía de memoria la epopeya homérica de ''La Ilíada'' y admiraba al escritor de dicho poema: escondía bajo la cama de su habitación el rollo correspondiente al ya mencionado libro.
 
[[Archivo:Homer Musei Capitolini MC559.jpg||thumb|right|576 × 768 píxeles|Homero. Retrato imaginario del poeta, conservado en Museos Capitolinos, Roma.]]
Alejandro ostentaba un profundo respeto hacia su tercer y último maestro, precisamente uno de los padres de la filosofía occidental, '''Aristóteles'''. Este último le inculcó la importancia del poeta '''Homero''', en literatura sagrada. Para ''El Magno'', se volvió una obsesión el asemejarse a los héroes mitológicos, especialmente a '''Aquiles''', apodado por Homero como ''el de los pies ligeros''.
 
Alejandro ostentaba un profundo respeto hacia su tercer y último maestro, precisamente uno de los padres de la filosofía occidental, '''Aristóteles'''. Este último le inculcó la importancia del poeta '''Homero''', en literatura sagrada. Para ''El Magno'', se volvió una obsesión el asemejarse a los héroes mitológicos, especialmente a '''Aquiles''', apodado por Homero como ''el de los pies ligeros''.
 
[[Archivo:Statere philippe.jpg|thumb|right|450 × 471 píxeles|Filipo II.]]