Diferencia entre revisiones de «Historia de Al-Andalus/El Emirato Independiente de los Omeyas (756-929)»

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Abd al-Rahman I se mantuvo en el poder con el respaldo de un ejército de mercenarios bereberes. El emir organizó el gobierno de al-Ándalus según el modelo de la corte de Damasco. Durante su reinado se inició la construcción de la mezquita de Córdoba. A Abd al-Rahman I le sucedieron su hijo Hisam I (788-796), que frenó el avance cristiano en el norte, contra el que dirigió sucesivas campañas de castigo; Al-Hakam I (796-822), que afrontó el descontento de la población muladí por la política filo-árabe de los Omeyas, con rebeliones en Toledo (798) y Córdoba (818); y Abd al-Rahman II (822-852), que vivió en una época de paz que le permitió llevar a cabo una profunda reorganización del Estado de acuerdo con la administración Abasí.
 
[[Archivo:Coras del Emirato de Córdoba.png|thumb|right|300px|Expansión y provincias del Emirato de Córdoba en 929.]]
 
Abd al-Rahman II favoreció el desarrollo de la industria y el comercio e impulsó el proceso de urbanización del territorio andalusí con la fundación de nuevas ciudades como Murcia, Madrid o Úbeda (Jaén). Durante su reinado, los normandos atacaron Lisboa y Sevilla (844). Abd al-Rahman fue sucedido por su hijo Muhammad I (852-886), quien tuvo que hacer frente a los movimientos separatistas de las marcas fronterizas. En 879 comenzó la rebelión de los muladíes andalusíes, dirigidos por Omar ibn Hafsun, que se prolongaría hasta comienzos del siglo X; Al-Mundir (886-888), que en su breve reinado logró la rendición de Omar ibn Hafsun, pero luego éste urdió un ardid para escapar; y Abd Allah (888-912), en cuyo reinado se agudizaron las tensiones existentes en al-Ándalus entre la nobleza árabe y los muladíes, sobre todo en Sevilla y Granada.