Diferencia entre revisiones de «Historia del siglo XX/Prefacio»
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Una de las principales características del XIX es el surgimiento de las democracias con sufragio censitario, es decir, en las que sólo podía votar una parte determinada de la población, en detrimento de las monarquías absolutas características de la edad moderna. Durante todo el siglo se sucedieron las revueltas al fin de conseguir mayor soberanía dandose además un fortalecimiento de los nacionalismos. A finales de siglo la situación revolucionaria se había calmado y la principal preocupación política era el imperialismo colonial, principalmente en África.
En Asia el imperialismo europeo se había ido desarrollando ya desde el siglo XVIII pero llegó a su apogeo en el XIX, cuando los estados occidentales pasaron a realizar una política de intervención directa. Desde el comienzo, Inglaterra a través de la [[Compañia Inglesa de las Indias Orientales]], era la principal potencia imperialista. Entre sus posesiones destacaba la India. Francia por su parte ejerció el control de la zona de Indochina.
En Europa había surgido el Imperio alemán de la mano del canciller [[w:Otto von Bismarck|Bismarck]], siendo a partir de entonces el principal podiminador de la escena europea por delante de Francia, que pasó a buscar alianzas con el resto de potencias, Inglaterra y Rusia a fin de disminuir el poderío alemán. Así, Europeo se dividió en dos, preludio de la futura guerra mundial. Esa guerra ya se venía gestando desde la mitad de siglo, con la Guerra de Crimea que enfrentó a los principales estados europeos junto al decadente Imperio Otomano.▼
▲En Europa había surgido el Imperio alemán de la mano del canciller [[w:Otto von Bismarck|Bismarck]], siendo a partir de entonces el principal podiminador de la escena europea por delante de Francia, que pasó a buscar alianzas con el resto de potencias, Inglaterra y Rusia a fin de disminuir el poderío alemán. Así,
En América, hacia la mitad del siglo XIX concluyó la expansión estadounidensa. A finales del siglo, esta expansión volvió con un carácter más de dominación del continente y con un carácter moral para llevar las "bondades" de la civilización occidental al resto del mundo. La primera prueba de esta nueva política fue su intervención en Cuba, tras la revuelta de ésta contra el colonialismo español. La situación condujo a la [[w:Guerra Hispano-Estadounidense|Guerra Hispano-Estadounidense]] por la que Estados Unidos se apodero de la principal parte de las colonias españolas en América y en Asia.
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