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Dedicado a Barry “Zanahoria” Hayes

12 de Junio: Tres en Uno

Subo a mi P40-B en “Cambrai”, me ajusto los atalajes de sujección, cierro el techo móvil de la cabina e inicio la rutina pre-vuelo: bloqueo del patín de cola, rueda de trimado del timón de profundidad atrás a tope, ajuste de RPM al máximo, escucha y búsqueda de intrusos. No se ve ninguno alrededor. Son las 13:45 (hora local) y los perros de caza son demasiado perezosos para ladrar en la abrasadora tarde francesa. Arranco el motor y empujo la palanca de gases a fondo, dejando atrás los hangares del lado sur. Voy trepando con cuartos de tonel hasta los 4.000 m. donde estabilizo el avión y me dirijo al Este hacia el campo de batalla, todavía alabeando en un suave zig-zag, comprobando mis seis cada dos segundos.

No se ve nada en el “Meuse” salvo una vista fantástica a 4.500 m. de altitud. Ninguna formación enemiga, ni siquiera un simple avión de reconocimiento. Pues nada, me nivelo previendo una solitaria y aburrida espera sobre el condado de Bertrix-Acremont. Me desplazo a una velocidad de 340 IAS mientras entro en la zona por el Suroeste. ¡Ah! Un contacto entrando rápidamente por el este a unos 4.000 m. – amigo probablemente -. Lo pierdo entre las nubes mientras viro hacia la izquierda para coger la estela. Dos segundos después vislumbro un 109 maniobrando a mis seis desde el oeste, a mi misma altitud. Vaya, vaya, quién lo hubiese dicho. Alguien más ha debido estar aquí no hace mucho alborotando el gallinero. Subo las revoluciones al máximo y me tomo un segundo para evaluar su estado energético. Mismo nivel, o casi. Todavía estoy fuera de su alcance, ni tan siquiera cerca. Viro hacia la izquierda y me dirijo de frente hacia él. Breves segundos antes del cruce viro bruscamente hacia la derecha. Un instante después estamos enfrentados carlinga con carlinga, lo dejo ligeramente atrás obligándole a forzar el viraje. Entramos en unas tijeras en espiral durante breves momentos y entonces se lanza hacia abajo, a la vertical, más o menos. ¡Maldita sea! Esos "Fockkers" (1) son rápidos, pero no lo suficiente como para escapar del alcance de los 12'70 mm (.50). Alargo el tiro y lo alcanzo, dejando a su cola una fina estela de fluido.


(1) Término empleado por los pilotos americanos durante la SGM para referirse a los pilotos alemanes, aprovechando el juego de palabras entre "fucker"(jodido) y Fockker"(conocido avión alemán de la PGM). (N. del T.)


La lucha baja a 3.000 m. Tengo varias oportunidades rápidas de tiro, consiguiendo alcanzarlo brevemente en alguna. Se revuelve forzando los virajes todo lo que puede, gastando gran cantidad de energía. Lentamente lo voy enfilando, apuntillándolo un poco más. Intenta huir en la vertical y justo ahí lo tengo. Suelto una ráfaga generosa y observo como desaparece – al tiempo que alcanzo a ver otro 109 cercano -. Este otro parece haber contactado desde abajo y entra casi sin energía. Lo enfilo también dejándolo fuera de combate. Me encuentro en una situación incómoda, muy cerca del suelo, y es el momento de decir ¡adiós! Me escabullo hacia el norte rompiendo contacto completamente hacia el Este antes de iniciar una suave trepada hasta la altitud de crucero. Visito Wiltz – incomparable – y dudo si volver. No, seguiré a Verviers y Aachen.

Verviers parece vacío así como los caminos que lo rodean hacia el oeste y noroeste. Sigo en dirección a Aachen. A mi llegada descubro un aparato monomotor virando con rumbo a poniente. Maniobro a su popa, descendiendo y virando en un suave picado. Un 109. Tiene prisa. No está comprobando sus seis. Aguanto mucho el tiro atacando casi a quemarropa a unos 70 m. de distancia. Observo como mis ametralladoras salpican ambas alas y rompo bruscamente para evitar la colisión. Subo en espiral, quedando el enemigo a mis seis abajo en una trayectoria circular plana, lógicamente atemorizado. Entro de nuevo al ataque, dos veces, pero ya está prevenido. Estamos muy bajos, demasiado cerca de Aachen para volar con comodidad. Le hago un "roupa-doupe". El cabrón escurridizo no solo se resiste a entrar en pérdida sino que además levanta el morro para un disparo frontal. Jodido Fokker. Estoy tan sorprendido como disgustado. Veo mis impactos salpicando todo el motor y la parte delantera del fuselaje. Sin embargo tengo energía suficiente para decidir contra este “Emil” y rompo. Me sigue.

Le llevo detrás un rato, rumbo sur. Cerca de Eupen ya he tenido suficiente y me vuelvo con un “chandelle” para afrontar una nueva acometida. De nuevo se aproxima de frente. ¡Cielo santo! Aprieto el gatillo furioso y suelto una buena ráfaga, bastante larga, derrapando ligeramente. ¡Muere! Y muere. Ya he tenido bastante de los suyos y regreso a base, contabilizando tres derribos confirmados. BMBM, 56 FG(v)

Introducción editar

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Felicidades a todos los Pilotos Virtuales de Combate y a todos aquellos aspirantes a serlo. En el libro “En persecución” se hace una rigurosa analogía de todas las facetas de la vida de un piloto de combate. “En persecución” cubre, en detalle, todos los aspectos positivos y negativos, aquellas cosas que se deben hacer y las que no si se quiere llegar a ser un “Top Gun” como piloto de combate. El Autor ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo en desarrollar una recopilación completa y de fácil lectura de las fases que componen el vuelo táctico. Cuando fui destinado al 56º Grupo de Cazas, 61º Escuadrón de Cazas, me presenté al Líder de Vuelo “Mike” Gladych (PAF) y fui asignado a él como escolta de vuelo. Muchas cosas que él me enseñó todavía permanecen en mi memoria. Una de las más importantes fue la siguiente: si conoces tu máquina mejor que tu oponente conoce la suya, siempre podrás derrotarle. La siguiente en importancia es esta: mantén siempre la posición (a su ala) que te diga y te traeré siempre de vuelta a casa. (Un correcto posicionamiento de todos los elementos en formación es la mejor protección que se puede tener). Volé cincuenta y siete misiones en Europa durante la SGM y tengo la sensación de recordar más bien poco de lo aprendido. He descubierto muchas cosas leyendo el manual “En persecución” que hubiese deseado haber sabido entonces. Seguramente hubiese tenido más éxito como piloto de combate. Russell S. Kyler. Captain USAAF (1945)

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Walter Mitty(2) existe. Cada chico o chica que alguna vez se haya sentado frente a la pantalla del ordenador con la intención de causar estragos en los cielos virtuales de “IL-2 Sturmovik” rememora el espíritu de Walter, ese modelo de soñador complaciente encarnado en personalidades y situaciones que el mismo nunca tuvo oportunidad de experimentar. De forma semejante a Walter, nosotros como pilotos virtuales abandonamos la realidad y nos dejamos absorber por la fantasía de ser unos pilotos de combate de la leche, luchando y volando por instinto sobre la destrozada Europa. Algunos de nosotros. Otros tantos, despreciando a los perros viejos especializados en historia, se contentan pasando el rato unas pocas horas sin pensar en adoptar ningún rol, picando y alabeando para obtener una dosis de adrenalina en lo que podría ser perfectamente un video juego más. Cualquiera de los dos casos me parecen bien. Ambos somos guerreros. Con todo, sea que uno busque la emoción del momento o se esfuerce en recrear un entorno histórico, existe un rasgo en común: el deseo de tener éxito y destacar. Y de esto trata este libro, ayudar a los neófitos y pilotos virtuales de nivel intermedio a superar el umbral que distingue a la elite.


(2) Walter Mitty es un personaje de ficción de la novela corta de James Thurber, "La vida secreta de Walter Mitty", publicada en 1941. Mitty es un hombre sumiso, bondadoso, que vive en su imaginación una intensa vida paralela: en unas pocas docenas de párrafos se imagina que es un piloto de combate, un cirujano de urgencias, y un temible asesino. Se ha convertido en un clásico del género tan popular que aparece en diversos diccionarios de habla inglesa (N. del T.)


Aprender a manejar un juego de ordenador debería de ser una tarea sencilla. La mayoría de los juegos son fáciles de dominar una vez que averiguas como funcionan, pero jugar en red una partida multijugador de combate aéreo es una notable excepción porque no es predecible. Sencillamente hay demasiados factores a considerar en cada momento: más allá de ciertas funciones automáticas la acción transcurre de forma improvisada, no se ajusta a ninguna norma y es impredecible ya que cada acción o parcela del entorno es la de otro ser humano –y todo sucede en tiempo real-. El hecho es que ficción y realidad se llegan a parecer de tal forma que algunos pueden argumentar que la ficción es realidad. De algún modo esto es totalmente cierto.

Rendimiento, tácticas, psicología y física del mundo real se llevan a este mundo virtual, hasta límites que dependen de la visión del creador y de la perspicacia del programador. Cuando llega el momento del combate, aquello que funciona – o no funciona – en la vida real, también funciona o no en el juego. Por tanto, saber una cosa o dos al respecto aumenta la probabilidad del piloto virtual de destacar. Hay juegos que permiten hacer trampas o usar atajos para conseguir sus objetivos. No hay atajos o "bonus" en el mundo virtual. No se puede simular ser un as.

El combate aéreo parece tan sencillo... no hay más que apuntar con tu avión al otro y derribarle, ¿no? ¡Pues no! No es por casualidad que las habilidades de combate aéreo son lo más difícil de aprender – estamos hablando aquí de cuatro dimensiones -, en un entorno en permanente cambio. Aquel que no llegue a una solución adecuada para cada situación concreta se encontrará pronto e involuntariamente formando parte del paisaje.

Unos pocos elegidos nacen para ser pilotos de combate. Si eres de los que no consiguen regresar a base en condiciones normales, tómalo como una señal inequívoca de que tú no eres uno de ellos. Te hará falta practicar, y practicar, y practicar todavía más, hasta reducir tus errores a un nivel mínimo de supervivencia, y aun así existe una probabilidad mínima de encontrarte con el Barón Rojo en tu próxima misión, ¡así que estate preparado!

Decidí escribir este libro más o menos como un capricho. Con el paso de los años en el combate aéreo he sido autor de innumerables FAQ(3) de pilotos, manuales de entrenamiento, directivas de escuadrones y mensajes en foros que tenían que ver con este o aquel problema táctico. No soy piloto en la vida real – no tengo ningún entrenamiento más que unas pocas horas de vuelo de iniciación en aviones civiles -, pero tengo sin embargo cerca de 8.000 horas de vuelo en las que apoyarme y unos amplios conocimientos recogidos a partir de trabajos tan destacados como “No guts, no glory” (Sin valor no hay gloria), de “Boots” Blesse, “Fighter Combat: Tactics and Manoeuvring” (Caza de Combate: Tácticas y Maniobras) de Robert “Mouse” Shaw, la “Biblia” de cualquier piloto de combate, y muchos otros que sería muy largo mencionar aquí. Mientras que la “Biblia” ciertamente merece la pena ser leida y es en casi todos sus aspectos válido en nuestro entorno, es no obstante un poco seca y no tan asequible al piloto principiante como sería deseable. Además, el trabajo de Shaw se centra fundamentalmente en los aspectos individuales del combate aéreo. Algunos elementos clave que faltan y espero añadir aquí incluyen la psicología del combate en red y el análisis del pensamiento del rival – cuya comprensión es crucial para el éxito -. Ergo, este intento de escribir una guía práctica de combate aéreo. Que disfrutéis.


(3) Preguntas más frecuentes (N. del T.)


Johan “BMBM” Kylander.

Estocolmo, Mayo de 2005