Discusión:Sociedad, Familia y Educación/La comunicación: viejos y nuevos medios/Los medios de comunicación de masas

Lo de Filípides es una boutade. Por esa regla podríamos remitirnos al “ángel del Señor” que llamó a Abraham...
Por lo demás, os extendéis demasiado sobre la historia de medios concretos. Creo que es más importante señalar su carácter de difusión: fuertes barreras de entrada, costes fijos elevados y costes marginales desdeñables, comunicación unidireccional (no sólo no hay respuesta, sino que e mensaje va siempre en la misma dirección), más todo lo que apuntáis.
En fin, tampoco hay que alimentar una visión de los medios como un omnipotente aparato que no encuentra resistencia alguna. En esto puede ser de ayuda el enfoque de John Fiske sobre los media y la cultura popular. Debéis usar los hipervínculos para poner llamadas a las notas al pie y referencias a otras fuentes.--Enguita 21:38 19 feb 2012 (UTC)Responder


Vais despacito, ¿no? Vendrían bien algunos datos sobre aparición y difusión de prensa, radio, televisión... Índices de lectura y de audiencia: cómo han subido secularmente pero descienden ahora La crisis de las empresas e instituciones de tipo broadcast, su relación con la crisis del consumo de masas indiferenciado y de la producción en serie


Primero, veo que esto sigue moviéndose más bien poco Segundo, creo que el texto mejoraría si prescindierais de todo lo anterior a "Hoy en día..." Tercero, ¿dónde está la discusión? Cuarto, ¿sólo escribe uno?
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No veo el hilo del texto, la verdad. No estamos trabajando sobre los medios en sí y por sí, sino sobre su relevancia, positiva o negativa, para la educación y la institución escolar. Creo que habría que señalar, por un lado, la competencia entre los medios y la escuela y, por otro, su homomorfismo como medios de difusión (broadcast), que provoca su crisis casi en paralelo.
MFE ++++++++++

Roberto Perales

Después de haber leído varios artículos, he escrito lo siguiente. A ver qué os parece:

La vinculación entre los medios de comunicación de masas y la educación existe desde el momento en el que los primeros ocuparon un lugar importante en la transmisión de información y conocimiento, tarea que hasta entonces había sido desempeñada por la escuela, la familia y otras instituciones sociales. La escuela ha visto (con recelo) como los medios le han restado poder e influencia al ocupar el espacio que hasta hace pocas décadas le era propio.

La necesidad del estudio de las relaciones que mantienen jóvenes e infantes con los medios de comunicación está ligada a dos factores principales: el elevado tiempo que pasan en contacto con los medios, ya sea televisión, radio, Internet, etc.; y por otro lado, los valores y representaciones que transmiten estos medios y terminan siendo asumidos como propios.

El conjunto de medios de comunicación y las tecnologías digitales de la información conforman un sistema educativo informal que actúa como escuela paralela a la convencional con sus propios códigos, lenguajes, normas y valores. Esto fue anticipado hace más de 30 años por Porcher:

La escuela paralela constituye el conjunto de las vías mediante las cuales y, al margen de la escuela, llegan hasta los alumnos (y a quienes no lo son), las informaciones, los conocimientos y cierta formación cultural, correspondientes a los más variados campos. Sus instrumentos son los de la comunicación de masas: cabe citar esencialmente, la prensa, el cómic, la radio, el cine y, sobre todo, la televisión. Estos nuevos canales de educación, no controlados por los docentes, llegan a los alumnos de forma asidua y masiva. Cualquiera que sea la opinión que se tenga al respecto, no es posible descuidar el problema pedagógico y sociológico que plantean. Es cuestión de saber si la escuela y la escuela paralela van a ignorarse, a comportarse como adversarias, o a aliarse. En todos los casos ello concierne de modo muy cercano a los docentes. (Porcher, 1976, La escuela paralela. Buenos Aires. Ed. Kapelusz, p.5).

Los medios de comunicación de masas ofrecen no sólo información y entretenimiento, sino también formas y contenidos que afectan al sistema de percepción de valores y actitudes que suelen entrar en contradicción con el mundo escolar.

Ante la abundancia de información que un estudiante recibe cada día desde mecanismos ajenos a la escuela, ésta debe adquirir una nueva función: la de gestionar la información y el conocimiento. Incorporar el estudio de los medios en la escuela tendría como objetivo formar una persona crítica con el contexto audiovisual y digital en el que vivimos, lo que significa en palabras de Zecchetto:

Aquel individuo cuyos hábitos mentales lo llevan en forma activa, a enjuiciar las diversas formas de conocimiento que proporcionan los medios de difusión masiva, analiza los elementos y las estructuras que los componen y percibe los alcances ideológicos hacia los cuales tienden. (Zecchetto, 1986, Comunicación y actitud crítica. Buenos Aires. Ed. Paulinas. P.54).

La construcción de la realidad que realizan los medios de comunicación de masas se basa en un proceso de selección – omisión. Dando visibilidad a unos acontecimientos y no a otros, a la opinión de un personaje y no de otro se da una visión determinada de la realidad en la que vivimos. La influencia de la televisión es aquí determinante. Construye la actualidad condenando al silencio y a la indiferencia a los hechos que carecen de imágenes. Es un grave problema ya que el aspecto visible de los acontecimientos no explica su esencia o su complejidad. Los hechos realmente serios suelen ser difícilmente representables en imágenes.

Referencias

Aparici Marino,R. (2005): Medios de comunicación y educación. Revista de Educación Nº338.

De Fontcuberta, M.(2001): Comunicación y educación: una relación necesaria. Cuadernos de información Nº14.

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