Dirección de Proyectos/Motivación y cambio de conductas

La motivación de los integrantes del proyecto es primordial si se pretende obtener el máximo rendimiento. Se puede definir motivación como un proceso que origina un determinado comportamiento, estimulando o modificando la actividad en la dirección adecuada para lograr un objetivo propuesto (véase J. Coronel y otros).

Es una preocupación constante, en los equipos de proyectos, de mantener e incrementar la motivación y el compromiso de sus miembros. Una persona trabajará a gusto y dará un rendimiento elevado cuando desde su punto de vista (esto es muy importante) ocurran las siguientes circunstancias: realice una actividad satisfactoria y estimulante, las condiciones laborables sean aceptables (con lo que respecta al trato, comodidad y entorno), reciba un salario digno y se le reconozca y valore su trabajo.

Hoy en día existen distintas teorías de motivación. Nosotros las vamos a clasificar en torno a cuatro grandes grupos:

  1. Necesidades humanas
  2. Factores ambientales y factores motivadores
  3. Expectativas, esfuerzos y recompensas
  4. Logro, poder y afiliación

Entre los factores que influyen en la motivación están las necesidades humanas. En 1954 Abrahan Maslow desarrolló el concepto de jerarquía de necesidades (véase la pirámide de Maslow en la próxima figura). En dicha figura, existe una jerarquía de necesidades que van desde la fisiológica hasta la necesidad de autorrealización.



Cuando las necesidades que están en el nivel más bajo de la jerarquía (alimento, agua, oxígeno, sexo) están satisfechas, surge un nuevo tipo de necesidad: seguridad. Cuando también se satisface esta necesidad aparecerán necesidades sociales tales como amor, pertenencia y afecto. Finalmente aparecerán las necesidades propias del deseo de autorrealización, según el cual el “hombre debe hacer lo que puede hacer”. Cada nivel dará lugar a un ciclo motivacional.

Es importante que las empresas atiendan a estas necesidades, que tienen especial fuerza para la incorporación y la permanencia de las personas en los proyectos y que abran amplias posibilidades para que el participar activamente y asumir responsabilidades favorezca la autoestima y la autorrealización, el lo posible, de la mayoría de sus miembros.

Otra teoría, relacionada con los factores ambientales y motivadores, es estudiada por Frederick Herzberg. Distingue la existencia de factores ambientales (salario, condiciones físicas, seguridad, etc.) que no provocan poder motivacional y factores motivadores en los que sí recibe reconocimiento.

Vroom plantea otra teoría de motivación basada en la relación existente entre las expectativas (lo que se quiere lograr), los esfuerzos hechos para lograrlo y las recompensas obtenidas.

Para incrementar la propia motivación en los equipos de trabajo es necesario saber qué tipos de motivos predominan en cada personal involucrado y, en base a esto, intentar descubrir que rol debe desempeñar. David C. McClelland distingue tres tipos principales de motivos para desear y hacer las cosas: logro, poder y afiliación. Así, en un equipo de trabajo, quien tiene fuerte motivación por el logro debe hacerse cargo de programas y tareas que le permitan realizar, ejecutar y obtener resultados; quien se siente movido por el poder, debe tratar de asumir responsabilidades directivas; y quienes se sientan motivados por la afiliación (búsqueda de relaciones emocionales, de amistad, etc.) deben de aprovechar las oportunidades de convivencia e interacción que ofrece el proyecto.

A continuación se describe qué circunstancias suelen contribuir a la falta de motivación en los proyectos para tratar de preverlas y corregirlas en la medida de lo posible:

El director es el responsable del proyecto y por tanto el que debe asumir todas las críticas cuando éste fracasa. Si se pretende garantizar su motivación debe de seleccionar para el puesto a una persona capacitada para asumir dicha responsabilidad, con alta capacidad de trabajo y resistente a presiones. Además, debe de ser capaz de incrementar la motivación de todo su equipo reduciendo su carga de trabajo, así como intentar en la medida de lo posible cumplir los planes previstos para la entrega del proyecto. Por tanto, un director requiere una alta dosis de serenidad para tratar de reajustar los planes y ganar tiempo.

Del mismo modo, el equipo del proyecto tiene que tener una buena motivación. De esta forma, hay que evitar de que el trabajo se convierta en algo rutinario y limite la creatividad del grupo; es conveniente no demorar el inicio del proyecto más allá de lo estrictamente necesario para que la información y las especificaciones sean claras, y advertir al cliente de que esos retrasos en los comienzos pueden repercutir en al calidad final del trabajo.