Bibliotecología/Capítulo 1

Capítulo 1

Introducción

Teniendo en cuenta las diferentes ópticas entre los profesionales de la información, acerca de la bibliotecología, en este escrito se abordarán las distintas corrientes teóricas, y los roles que desempeñan en su campo los bibliotecólogos; como fue su transición desde la práctica hacia la disciplina, y el por qué, actualmente hace parte de las CSyH; adicionalmente, el porvenir de este estudio y los temas que a la bibliotecología atañen en la modernidad y su desempeño en un contexto social.

Historia de la bibliotecología: pasado, presente y porvenir La práctica bibliotecaria nace aproximadamente hace más de 4000 años en Mesopotamia, después de que emergiera uno de los acontecimientos más importantes para la humanidad, el desarrollo de la escritura; este evento causó que la cultura oral dejará de ser el único medio de transmisión de información; y por esto se generaron varias necesidades, como la preservación de escritos en formatos variados, ya fueran papiros, tablillas de arcilla o pergaminos; y, la organización, difusión y clasificación de estos mismos. Esta información escrita exigía cuidados específicos, causando el nacimiento de una práctica empírica para su manejo; y al mismo tiempo, se establecieron instituciones de almacenamiento y preservación para estos documentos. Instituciones ligadas a los bibliotecarios, que más adelante tomarían el nombre de bibliotecas. La práctica bibliotecaria, en sus inicios tenía un énfasis en lo que se consideraba importante para el imperio; ya que la escritura estaba reducida a actividades contables y administrativas, lo que le impedía desarrollarse en otras áreas. En ese entonces, esta práctica, daba muy poco uso a la información; teniendo en cuenta que, no buscaba una difusión masiva, si no, el control y almacenamiento de esta; y, como consecuencia de esta limitación pocos accedían a la información. Además, las bibliotecas estaban solo al servicio del estado, lo cual les daba cierto poder en el ámbito social y político (Linares, 2015). Este tipo de situaciones se han dado a lo largo de la historia, asimismo, se ha observado como en diferentes épocas, y lugares; la información ha sido manipulada, para controlar las masas. Por esta razón hasta hace poco, se pudieron divisar las primeras bibliotecas públicas y de otros tipos, donde las personas podían al fin, acceder con un poco más de facilidad a este tipo de fuentes de información.

Siguiendo con los inicios de esta práctica, varios siglos más adelante, en 1345 Bury establece unas normas y comportamientos para los bibliotecarios de aquella época, facilitando, la formalización de esta práctica, que llevaba muchos siglos estática, al contrario del presente, donde la bibliotecología se ha expandido, y  ha adquirido  un perfil social y humanístico. No obstante, sigue conservando varias de la actividades que se llevaban a cabo en el pasado, sin desligarse de la biblioteca, y las prácticas que esta conlleva; generando la incertidumbre de que tal vez, nunca se desvincule de estas. 

Siguiendo la historia con la creación de la imprenta, crecen exponencialmente los tomos literarios y científicos, por lo cual se dificulta adquirir información de calidad. Naude publica la primera guía formal de gestión y organización de bibliotecas en 1627, esto le adjudicó en varios lugares el título de, padre de esta práctica (Morales , 2008), lo que deja al descubierto, la preocupación por la formación de estos bibliotecarios, puesto que en ese entonces las bibliotecas se identificaban como lugares de conocimiento. A finales del siglo XIX, hay un creciente interés por la práctica bibliotecaria, que se desarrollaba en cada lugar de forma diferente. En esa época surgen las bibliotecas públicas, especializadas y nacionales. Además, todas las disciplinas se ven afectadas, por la industrialización de la época. Sumado a esto aparecen varios autores, interesados en esta práctica, con diferentes perspectivas, y diferentes objetos de estudio. Los alemanes por ejemplo; como Schrettinger querían ahondar, científicamente en los fenómenos que sucedían en la biblioteca, pero también estaban los que se oponían a esto, y referían la práctica bibliotecaria a los libros, sin relación al usuario (Linares, 2015). Por otro lado en EEUU después de el resurgimiento de las bibliotecas públicas, se abrieron programas de formación profesional para bibliotecarios en varias universidades, y, esta tendencia dio pie en 1876 a la fundación de American Library Association (Linares, 2015). Pero al otro extremo, con un pensamiento muy diferente, estaba Dewey quien consideraba la bibliotecología, como un arte mecánico que podía adquirirse mediante cursos (Linares, 2015). Examinando estos hechos, se deduce que habían varias corrientes bibliotecológicas, y que gracias a estas discusiones que se daban alrededor de esta práctica, se generó el entorno indicados para transformarse en disciplina. También se observa que, algunos no estaban de acuerdo con darle carácter científico, y otros estaban de acuerdo con que no fuera más que una técnica. Examinando desde los objetos de estudio, se ven diferencias; unos profesionales, ponen su foco en los libros, hay unos que se enfocan en el vínculo existente entre libro-usuario, y estaban también los que la reducían a un trabajo mecánico. por conclusión, la bibliotecológica como se conoce hoy en día, tuvo que pasar por muchos procesos de reconstrucción, para poder evolucionar; y actualmente ha expandido sus enfoques, y avanza a la par con las necesidades humanísticas. En el siglo xx ocurren varios acontecimientos importantes, avances científicos y tecnológicos, que aportan a la bibliotecología, un carácter científico (Linares, 2015). Entendiendo ciencia como una manifestación del conocimiento humano, que busca de manera sistemática encontrar la verdad, y comprender el origen de lo desconocido, tanto en las ciencias sociales, como en las ciencia naturales; y, para obtener esta verdad, las diferentes disciplinas se valen de metodologías y técnicas, para acomular datos y formular hipotesis. Los objetos de estudio de las ciencias son variados y dependen de su campo de conocimiento. En el caso de las CSyH su objeto de estudio es la realidad humana, que abarca el hábitat, la cultura, las tradiciones, el comportamiento humano, entre otros. Gutiérrez (2005) Declara. “en las ciencias sociales solo podríamos formular la determinación causal en términos relativos” (p.33). Se concluye entonces, que esta área de las ciencias es impredecible, y no puede dar resultados precisos, ni exactos; solo probabilísticos.

En el caso de la bibliotecología, su desarrollo científico se vio ligado a las CSyH. y, actualmente hace parte de estas, la razón es, que, esta disciplina está involucrada con el fruto del saber humano y su memoria, con la información que nos proveen, en sus variados soportes. Información que debe ser registrada, distribuida, decodificada y en la mayoría de los casos, almacenada en las instituciones informativas documentales, como las bibliotecas. 

En consecuencia, esta disciplina científica, pasó por varios cambios importantes a lo largo del siglo XX; se unió a las CSyH. La aparición de nuevas tecnologías, y, estos eventos la transformaron en una ciencia dinámica y cambiante, contrario a como fue en sus inicios; pues, al estar ligada a la sociedad, es susceptible a los acontecimientos del ámbito, político, educativo, económico, y social; adicionalmente, sus profesionales deben estar preparados para asumir los retos que surjan en el manejo de la información, de los usuarios, y las bibliotecas, teniendo en cuenta estos factores sociales. En la actualidad, los bibliotecólogos realizan diferentes actividades, dejando como una parte y no lo más primordial, la organización, clasificación y difusión de la información. Y surgen nuevas posibilidades, como, la administración, de instituciones documentales o bibliotecas; la enseñanza a los usuarios de las herramientas para desenvolverse en la búsqueda de información; las tareas culturales, como la formación lectora; el diseño de diferentes metodologías para la investigación, en torno a la relación que existente, entre información y usuario. En la actualidad, se divisan nuevos retos para el profesional de la información. En una época donde abunda la información de manera exagerada, la información se difunde con gran rapidez gracias a las tecnologías, es fundamental, un profesional que tenga las capacidades necesarias para decodificar esta información, y transmitir al usuario lo que requiere. La bibliotecología, hace parte de un campo interdisciplinar, esto con el fin de desenvolverse de forma más efectiva en su área; lo que la hace, correr el riesgo de traspasar más allá de lo necesario, su área del saber. “[..]el análisis del fenómeno de la lectura, para lo cual se hace necesaria la cooperación de la hermenéutica, la lingüística, la psicología, la sociología, la antropología cultural, la historia y la bibliotecología”( Rendón ,2008, p.72). Este ejemplo de Rendón nos muestra, la importancia de la interdisciplinariedad, ya que, gracias a esto se puede abarcar la investigación, de forma más exacta. Esta interrelación que se establece con las diferentes disciplinas, deja en claro su carácter científico, social y humanista. Gestionar la memoria, es otro reto que surge entre los profesionales de la información. Salvaguardar y recuperar los datos que aún no han sido registrados, es una tarea relativamente nueva, esta situación la debe afrontar el bibliotecólogo, con metodologías y técnicas; en pro del desarrollo, social, histórico y cultural. Así que, una tendencia que se puede dar en la bibliotecología, podría ser el hecho de regresar hacia el pasado, para decodificar la historia, y agregarla a la memoria social. Y, por otra parte, la tendencia tecnológica, la relación con esta nueva era digital, sin que afecte a la difusión de información de calidad y a la interacción con el usuario. Es por esto que en su porvenir a nivel general puede ir por dos rumbos. El primer rumbo sería: la sistematización, hecho que puede generar un retroceso, suponiendo que solo se concentre en la dirección tecnológica, sin tener en cuenta al usuario; esta situación es posible, dado que hoy en día se puede observar la dependencia que tienen los sujetos con la tecnología, deshumanizandolos. al punto que todo lo puedan hacer por medio, de sus aparatos tecnológicos, sin relacionarse con la sociedad . En este caso, se tendría que pensar en una práctica bibliotecaria por medio de dispositivos electrónicos, donde el profesional está al otro lado de una pantalla, perdiendo su carácter científico. El segundo rumbo estaría más ligado a una conciencia social, por lo que el profesional, tendría que usar sus capacidades, para ayudar a la sociedad, además de generarle la necesidad de asistir a los espacios bibliotecarios, y, que participe de las actividades culturales, para que pueda adquirir información útil para su quehacer diario con el acompañamiento del bibliotecólogo. Por consiguiente,el bibliotecólogo en su rol, es el encargado de entregar a los usuarios las técnicas e instrumentos para que puedan desenvolverse bien en la búsqueda de fuentes de información, y según Cabral (2007). “También debe brindar espacios en los que se puedan comentar, corregir, ampliar y complementar los recursos didácticos ya existentes”(2007), p.17). tomando esto en cuenta, dada la corriente de la información y las tecnologías que se viven en el presente, el bibliotecólogo debe actualizarse constantemente para suplir y complementar estos recursos, y poder innovar en la biblioteca, con sus metodologías en el ámbito profesional, y sin olvidar que las bibliotecas tienen como principal función el servicio al usuario y al conocimiento, así como Morales (2018) afirma .“De igual manera, es necesario tener en cuenta que el servicio bibliotecario y de información es una de las características esenciales de las bibliotecas. Este servicio se trata del enlace entre el proceso de dichos centros y el usuario final”( p.6). En conclusión, la bibliotecología en la contemporaneidad, abarca temas mucho más complejos que en la antigüedad, ya que, no solo está enfocada en la preservación o almacenamiento de la información, si no que, su enfoque también está en un usuario con necesidades informacionales, que carece de medios para adquirirla; al mismo tiempo con ciertas necesidades comunitarias. Y, el deber de los bibliotecólogos es ayudar desde su campo de conocimiento, para que los usuarios, no solo adquieran la información, sino que también haga uso de ella.

Referencias bibliográficas

Cabral, B. (Ene-jun, 2007). El papel de las bibliotecas y la educación en la gestión del conocimiento de la sociedad contemporánea. Alexandra, Revista especializada en ciencias de la información. Recuperado de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/alexandria/article/view/348

Gutierrez, A. (2005). Ciencias sociales, una introducción a las disciplinas del hombre. México: Edere. Linares,C. (Oct-Dic, 2015) La Bibliotecología en dos tiempos. Rev.cuba.inf.cienc.salud Recuperado de: <http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2307-21132015000400004&lng=es&nrm=iso>.ISSN 2307-2113. Morales, V. (2008). La bibliotecología y estudios de la información, análisis histórico-conceptual. México D.F: El colegio de México.

Morales, V. (Jul- Dic, 2018) Evolución del concepto producto y servicio en la biblioteca: organización orientada al servicio e intensiva al conocimiento. e-Ciencias de la Información . Recuperado de https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/eciencias/article/view/30933.

Rendón, M. A. (Ene-Abr, 2008) Ciencia bibliotecológica y de la información en el contexto de las ciencias sociales y humanas. Epistemología, metodología e interdisciplina. Investigación bibliotecológica, 22(44), pp 65-76.


Capítulo 2

Introducción

En este capítulo se buscará definir y relacionar algunas de las categorías más relevantes de la bibliotecología en la época de la contemporaneidad; el objetivo es tener una comprensión más detallada y un acercamiento más profundo a estos conceptos, para establecer los roles que cumple la biblioteca y el bibliotecólogo en la sociedad actual.

La contemporaneidad, las categorías más importantes de la bibliotecología. Después del desarrollo del lenguaje, la sociedad ha utilizado diferentes prácticas que han ido evolucionando a lo largo de la historia; y la finalidad de estas era la transmisión de la información y la comunicación acertada entre los individuos de cada sociedad. Una de estas praxis fue la oralidad, una habilidad con la cual las sociedades pudieron generar una memoria colectiva, una memoria que se transfería de una generación a otra y de un individuo a otro; lo que permitió el desarrollo de diferentes culturas, diferentes tradiciones y diferentes realidades sociales en cada comunidad. Pero dado que la información crecia dia a dia y las comunidades también crecían en número, surgió la necesidad de almacenar y clasificar esta información, en documentos, porque no era suficientemente confiable transferirla de manera oral ya que muchos individuos podían cambiarla a su conveniencia, o podían no recordarla con suficiente exactitud y muchos de estos datos se perdían. Por esto se formaron otras praxis, la escritura y la lectura, que nacen como una respuesta a la creciente necesidad de salvaguardar la información y la memoria, y como un recurso inmensamente valioso que aun el dia de hoy se sigue practicando. Estas nueva prácticas desbancaron de su trono a la oralidad, generando así un importante cambio en la sociedad y en cada individuo; en consecuencia la memoria individual se redujo notablemente, porque el ser humano al no tener que verse obligado de recordar tantos datos, fue perdiendo esas capacidades cerebrales, las cuales le permitían tener una mejor memoria individual. Así, el nacimiento de la escritura produjo la subordinación a ella de los distintos lenguajes (oral, corporal, visual, musical) que interactuaban y daban forma a la cultura oral. Lo que redundó en que la memoria obnubilara su vasta potencia de acumulación de información, para descargarla en el registro escrito, un tipo de memoria desconocido hasta ese momento(Alfaro, 2011, p.5). Hoy en día la lectura es una destreza casi obligatoria que se supone toda la sociedad debe saber ejercer; la alfabetización se refiere al proceso de su enseñanza, donde un sujeto aprende a escribir, decodificar y entender un código en una lengua específica. Pero en la actualidad la lectura podría decirse que no es una práctica que se desempeñe a cabalidad, pues implica un entendimiento en el sujeto de lo que leyó, entendiendo que leer es comprender el significado de unos caracteres mientras se miran (Real academia Española [RAE], 2018). Entonces esto implica que que un lector además de ser una persona que sabe pronunciar un mensaje escrito, y decodificarlo, es capaz también de profundizarlo y entenderlo. En tal caso, no es válido afirmar que los miembros de las sociedad se toman en serio el trabajo de comprender todo lo que están leyendo, pues con tanta información que surge el dia de hoy gracias a la tecnología y el acceso permanente a las redes sociales, los usuarios no tienen tiempo de profundizar estos datos que reciben y que además en la mayoría de los casos son información basura. Siendo así, tal vez hay que cambiar el significado de lectura o evolucionarlo. Por esto el bibliotecólogo debe inmiscuirse en este tema, por que tiene grandes herramientas para investigar esta situación y combatir esta tendencia, y así puede generar un relacionamiento consciente entre el usuario y la información y que a su vez, este relacionamiento genere un conocimiento; comprendiendo conocimiento como la apropiación y asimilación de la información. En esta era digital, gracias a los avances tecnológicos la escritura también se ha visto afectada, ha ido variando en sus soportes, pues en sus inicios se utilizaban soportes rudimentarios como la piedra, las tabletas de arcilla, los papiros y más adelante el papel, este último quedó como el soporte más importante y el más utilizado durante todo este tiempo; pero ahora con la digitalidad no es necesario tener papel y tinta para esto, ya que existen medios como los teclados, las pantallas táctiles, softwares que convierten la voz en letras, entre otros, que logran este objetivo de escritura; este desarrollo tecnológico nos ha facilitados el proceso para realizar esta práctica. No hay duda que la humanidad ha generado grandes avances científicos y tecnológicos en todas las áreas del saber, sin embargo las nuevas tecnologías además de haber mejorado la calidad de vida, también han generado una notable deshumanización en las sociedades. Es por eso que el bibliotecólogo en la contemporaneidad se ha visto en la obligación de actualizarse para poder manejar efectivamente estas tecnologías que difunden información, con el propósito de comprender al usuario, sus necesidades y su contexto; y teniendo esto en cuenta relacionar a este usuario con la información que necesita, para generar en él una transformación en su realidad social. Esto se hace través de un documento, donde la lectura, la escritura y la oralidad, se convierten en las principales herramientas de difusión que el profesional de la información usa; y cuando esto se logra, el usuario será capaz de convertir esa información en conocimiento, y así generar ideas y tener un pensamiento crítico. Este proceso puede ser difícil de lograr, pues al principio el usuario va a recibir datos que son cantidades mínimas de información; estos datos no van a tener mucho significado para el usuario, entonces el primordial objetivo del bibliotecólogo, es convertir estos datos, en información semántica. Hay tres tipos de información como Mosterín (1994) afirma. “Se habla de información en tres sentidos distintos: información como forma o estructura (información sintáctica o estructural), información como correlación (información semántica) e información como capacidad de cambiar el estado del receptor(información pragmática)”(p.21). Un ejemplo de la vida cotidiana para contextualizar esto, se podría dar cuando un sujeto está revisando sus redes sociales, en estas rede sociales resultan temas que pueden ser de un interés político, cultural, económico o educativo para el, y otros que no, esté consumidor, lee solo algunas palabras de los títulos de estas publicaciones para hacerse una idea de si es un tema de su interés o no, en esta operación de reconocimiento el sujeto sólo recibe datos sueltos, que no tienen ningún significado profundo para él, pues si lee solo algunas palabras no entiende el tema del que se habla allí, esta información que recibe sería entonces una información sintáctica; pero en algún punto de esta revisión de sus redes, el sujeto va a encontrar y leer la información completa de algo que llame su atención, si hay una comprensión en dicha lectura esto ya sería información semántica; y si esta lectura logra hacer un cambio o una transformación interna en el sujeto, se volverá en información pragmática. Esto también pasa en las bibliotecas; el bibliotecólogo tiene que aprender a trabajar con el desconocimiento y la ignorancia del individuo, que en muchos casos solo sabe decodificar, pronunciar palabras, sin entender realmente la información que lee, en este caso recibe información sintáctica, después el bibliotecólogo debe de enseñarle las herramientas para encontrar esta información valiosa, en los diferentes formatos o documentos y establecer una relación entre esta y el individuo, para que pueda entenderla, convirtiendo aquello en información semántica, si este proceso cambia la realidad individual del usuario, eventualmente sería información pragmática, este proceso que se da en las bibliotecas, también se da en todas las unidades de información. Las unidades de información son aquellas a las se recurre para obtener información y a su vez transformar esta en conocimiento, cuanda se habla de unidades de información, se refiere a Bibliotecas, Archivos, Museos y Centros de Documentación. Entre estas unidades existen varios tipos de bibliotecas, bibliotecas públicas:Las cuales están al servicio de la sociedad en común y son establecidas y reglamentadas por el estado; bibliotecas populares: las cuales son de origen comunitario y tratan temas que conciernen a una comunidad específica; bibliotecas escolares: que son creadas para apoyar el aprendizaje y el desarrollo de la comunidad estudiantil; bibliotecas universitarias: cumplen la misma función que las escolares, solo que estas manejan información académica para un nivel más alto de educación, como los pregrados y postgrados; y las bibliotecas especializadas: sus textos son más científicos y están hechas para una comunidad académica o laboral, y están especializadas en ciertas áreas del conocimiento; y los centros de documentación: los textos que allí se encuentran son especialmente para el desarrollo tecnológico y los estudios científicos.

Estas diferentes bibliotecas, han surgido por las necesidades en el desarrollo intelectual de una sociedad, y son instituciones que se deben  actualizar constantemente para suplir dichas necesidades, esto incluye que el bibliotecólogo debe estar adquiriendo constantemente material  de calidad, documentos, que hoy en día se pueden entender como soportes donde se almacena una información, y también debe adecuar los espacios con  herramientas necesarias para la difusión de la información, teniendo en cuenta el internet y los aparatos electrónicos, por que en la actualidad la tecnología ha logrado imponer a la web como el catálogo más grande e importante de  información. Ayala (2016) afirma. “La Web es, en definitiva, una gran colección de documentos, una biblioteca virtual y el mayor repositorio cultural que ha conocido la humanidad. La cantidad de información que se almacena y circula en este espacio electrónico ni siquiera puede ser calculable y es el lugar de la memoria más grande creada por el hombre”(p.35).

Lastimosamente en esta era digital muchas personas no generan un conocimiento sobre la información que adquieren, pues se tiene acceso todo el tiempo a mucha información, pero ¿para qué?, de nada sirve tener acceso a ella si no se tiene pleno consentimiento de la utilización de la misma, y entonces teniendo en cuentas estas categorías, como lo son, la biblioteca, las prácticas de lectura, escritura y oralidad, las clases de información y el conocimiento, podemos acercarnos y comprender un poco más, la labor del bibliotecólogo que haciendo uso de todo esto, logra relacionar la información con el usuario, para que esté al recibirla, cambie su realidad social y su entorno, haciendo uso también de estas categorías.

Referencias

Alfaro López, H. G. (2011, Jul-Dic). Elogio de la historia de la bibliotecología. Bibliotecas, Recuperado a partir de http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/bibliotecas/article/view/3704/3557

Ayala Perez, T. (2016, Jul). Memoria versus olvido: la paradoja de internet.Universum. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-23762016000100003

Mosterín, J. (1994). Filosofía de la cultura. Madrid, España: Alianza. Real Academia Española[RAE].(2018). Leer. Edición Tricentenario. Rae.es. Recuperado de https://dle.rae.es/?id=N3m3m


Capítulo 3

Introducción

En este capítulo, se abordará principalmente el perfil actual de los bibliotecólogos, los retos que se encuentran al llegar al mundo laboral y las funciones que ocupan en su trabajo. Se relata la historia profesional de Jesús Francisco Cardona Hoyos, un bibliotecólogo que cuenta su experiencia en el recorrido que ha tenido como profesional, y también contara un poco sobre situaciones que vive diariamente en su trabajo.

Nuevos tiempos, nuevos lugares y nuevos perfiles en bibliotecología.

En el siglo XXI la bibliotecología ha estado atravesando por diversos cambios, en cuanto a sus campos laborales, dejando una delgada línea entre lo que debe y no debe hacer un profesional de la información, pues a lo largo de la historia, se registraban las tareas más fundamentales que realizabá el antes conocido bibliotecario; por ejemplo, la organización, el almacenamiento, la selección y la difusión de información; tareas más prácticas y mecánicas, que no eran necesariamente complicadas, y en la actualidad, en cambio, el bibliotecólogo es un profesional más versátil, que se debe adaptar a las necesidades de los usuarios en el contexto en el que labora; por esta razón debe actualizarse constantemente, para conocer sobre las nuevas herramientas disponibles y así brindar una contribución a esa transformación social y cultural de cada individuo; a lo que la mayoría de bibliotecólogos buscan llegar, por motivación. Gracias a esto en la actualidad han surgido otras tareas, como las investigaciones, el manejo de las TICs, el fomento de la lectura en las comunidades y grupos sociales, actividades gerenciales y enseñanza a grupos; por mencionar algunas. Es necesario tener en cuenta que la bibliotecología por ser un campo humanístico y social, no es un campo estático, e involucra a los usuarios, por esto se mencionaba anteriormente,la dificultad que genera identificar hasta dónde llega la intervención del profesional de la biblioteca, pues al tratar con los sujetos, y buscar un relacionamiento de este con la información, surgen situaciones que no se pueden parametrizar. En Colombia la bibliotecología, ha optado por desarrollar diferentes perfiles profesionales, teniendo en cuenta el lugar donde se forma el profesional, y los intereses educativos de estas instituciones formativas; un ejemplo, sería el perfil humanístico y social que forma la universidad de Antioquia, en la Escuela Interamericana de Bibliotecología; pero en otras universidades podemos ver formaciones enfocadas a otros perfiles, como actividades más gerenciales, actividades más tecnológicas, o las relacionadas con los servicios a usuarios; todo esto conlleva, a una fuerte competencia y diversos retos en las vidas laborales de estos profesionales de la información. Posteriormente se hará mención de algunos aspectos relevantes que relató el bibliotecólogo Jesus Francisco Cardona Hoyos, de 26 años de edad que reside en la ciudad de Medellín; graduado de la Escuela Interamericana de bibliotecología de la Universidad de Antioquia en julio del año 2018. Actualmente labora en el Parque Biblioteca Débora Arango, del municipio de Envigado, en el cargo de auxiliar de servicio de información local; con sus propias palabras, se contará la experiencia que ha sido para él trabajar en esta institución, los retos que enfrenta diariamente en su cargo, los intereses que tiene en su área profesional, y de qué forma trata de impactar a la sociedad en su rol de bibliotecólogo.

Dentro de las funciones actuales  que tiene, están el suministro de información, la atención al usuario, algunas funciones administrativas, la promoción de la colecciones locales, y la búsqueda y adquisición de contenido. Como un paréntesis, se puede evidenciar que  hay funciones que siguen estando presentes desde algunos siglos atrás en las labores de la biblioteca, cuando estas labores eran prácticas empíricas, aún así los bibliotecarios, se encargaban de la adquisición de contenidos y la clasificación de estos en las bibliotecas monacales, las reales,  o las de los nobles de la época en sus bibliotecas privadas, pero  sin tener en ese entonces una  preocupación por cambiar la realidad social del individuo, sino un buen almacenamiento de los documentos. 

Siguiendo con Jesus Francisco, él relata que tiene varias áreas de interés profesional, entre ellas están la investigación en tres campos: en las bibliotecas públicas o comunitarias, las bibliotecas escolares, y los centros de documentación especializados; la realización de estos intereses se posibilita gracias a la formación profesional que recibió en la universidad, pues al ser la bibliotecología una parte de las ciencias sociales y humanas se le inculcan a los estudiantes bases firmes y herramientas para que sean buenos investigadores. Gracias a los intereses y las herramientas adquiridas Jesús Cardona pudo realizar sus prácticas académicas en el centro de documentación del museo de la Universidad de Antioquia, experiencia que disfrutó y le ayudó mucho a su crecimiento tanto personal como profesional, sin embargo, a pesar de tener claros los horizontes por los cuales quiere ir en su vida laboral, las cosas toman otro rumbo, y se ha visto obligado a aprender otros conocimientos, que no tenía en sus planes; entre estos aprendizajes principalmente está la pedagogía, ya que él, se ve involucrado en el manejo de adultos, niños, jóvenes y adolescentes; y considera que no tenía las capacidades suficientes en esta área. A Jesús Cardona le ha servido mucho en su labor diaria, hacer uso de esa interdisciplinariedad que tanto se menciona en la academia, pero él cree conveniente tener mas democratización del conocimiento; que se den más bases a los futuros bibliotecólogos en temas como la pedagogía, la gerontología, y la psicología, para tener un conocimiento más completo e integral; citando a Rendón, quien planteó algo similar en su texto, Ciencia bibliotecológica y de la información en el contexto de las ciencias sociales y humanas, para entender lo que Jesús dice. “el análisis del fenómeno de la lectura, para lo cual se hace necesaria la cooperación de la hermenéutica, la lingüística, la psicología, la sociología, la antropología cultural, la historia y la bibliotecología” (Rendón, 2008, p.72). Entonces esto demuestra, que una tarea común para un bibliotecólogo como lo es el fenómeno de la lectura, es un proceso que para poder investigarlo, hace necesario el uso de muchas áreas del saber, y por esto en ocasiones, los bibliotecólogos pueden sentir que no tienen las suficientes herramientas. En su vida laboral este profesional ha encontrado otros retos; uno de ellos es enfrentarse a diferentes públicos de otras áreas, por ejemplo, pedagogos, psicólogos, docentes y administradores de empresas, haciendo de estos encuentros en particular, situaciones donde debe de des encasillarse un poco de su rol, y oportunidades para expandir sus pensamientos y aprender de otros. Otro reto es enfrentarse a las bibliotecas como, espacios políticos en los cuales se mueven algunas preferencias o favores a ciertas personas; donde ciertos cargos son dados a personas sin que cumplan con el perfil, ni con las capacidades requeridas, conllevando a que muchos de los empleados no tengan el interés que deberían tener por los usuarios, y aunque obviamente existen bibliotecólogos que quieren luchar por la sociedad; se darán situaciones donde se evidencie la toma de decisiones, por los intereses comunes o los particulares. Estas situaciones tristemente hacen parte de la realidad cultural del contexto Colombiano; y esto que expone Jesús, demuestra que así como en la antigüedad, las bibliotecas fueron, seguirán siendo, lugares manejados por las élites políticas, religiosas o económicas, que han querido controlar la información. Estas situaciones perjudican a los bibliotecólogos que salen al mundo laboral, impidiendoles desarrollar completamente sus capacidades, porque aunque estos tengan las aptitudes y los conocimientos; las oportunidades, las vacantes o los ascensos no siempre van a estar disponibles, ya que muchas veces estos son dados a preferencias. Afortunadamente este recién graduado en su inmersión al mundo laboral, ya había adquirido experiencia, pues mientras estudiaba, estuvo en diferentes proyectos que fueron posibles por estar en el semillero de investigación de la Universidad de Antioquia; uno de estos proyectos fue investigación de recuperación de la memoria en dieciocho bibliotecas comunitarias de Medellín. Allí desarrolló nuevas capacidades como trabajar con comunidades, realizar entrevistas, hacer transcripciones y utilizar instrumentos de investigación. Más adelante pudo hacer unas pasantías de doce meses como joven investigador en un programa de la universidad donde estudiaba, también en un proyecto de ciencia tecnología e innovación, y en un proyecto de bibliotecas escolares. Todas estas actividades le abrieron las puertas a la entidad de Comfenalco, donde trabaja actualmente. Por lo que él recomienda, que lo mejor para un estudiante es no quedarse quieto. “El trabajo no se queda solo en la biblioteca, hay que llegar a la comunidad”, eso dice Jesús, por este motivo le gustaría hacer un postgrado en gerencia integral o en gestión de procesos o proyectos, que pueda completar su formación de pregrado, para cumplir mejor su papel, y el conocimiento y la experiencia es lo que le hace falta por eso espera que en un futuro la formación de postgrado sea más asequible. Jesus Cardona expresa que su papel en la sociedad partiendo desde su profesión ha sido el de conectar a las personas con los documentos; llevando información a los usuarios para que puedan enriquecerse y cambiar sus realidades sociales. Él piensa que la labor de un buen bibliotecólogo es generar un vínculo entre las personas, un vínculo de empatía o amor hacia algo, en este caso el conocimiento, además articular diferentes pensamientos incluso cuando estos difieren entre sí, para generar un criterio propio y un pensamiento crítico. Y esta es una visión que deberían tener los bibliotecólogos, donde la meta sea la transformación social de una comunidad luchando contra la desinformación y la ignorancia. Finalizando, Jesús Francisco cree que el bibliotecólogo cumple un papel fundamental en la sociedad, como expresó anteriormente sobre la conección entre las personas y el conocimiento por medio de la información, expresa que el bibliotecólogo es un profesional integral con capacidad de manejar información, con capacidad de comprensión multicultural, sensible que acepta y trabaja por la diversidad, que lucha por la verdadera democracia; y que aunque existen muchas falencias, y hay poco reconocimiento en la sociedad acerca de las funciones que realizan, la carrera se ha ido destacando y ha logrado posicionarse, ganando un poco de reconocimiento, y volviéndose más importante. Por esto hace falta visibilizar el Pregrado de bibliotecología en la sociedad, para que las personas conozcan lo que hacen estos profesionales; hay que luchar por los salarios justos, ya que estos hacen parte de un reconocimiento a la importante labor que ejercen los bibliotecólogos; hay que trabajar para que la biblioteca se convierta en un organismo vivo lleno de oportunidades; debe fomentarse el desarrollo intelectual de cada profesional de la información, y se deben fomentar leyes que legislen la profesión. Para concluir, el bibliotecólogo a pesar de ser un profesional muy preparado y dinámico no recibe el valor suficiente que merece en la sociedad Colombiana, esto es triste teniendo en cuenta que se esfuerza diariamente en su labor, para impactar y crear un cambio en los individuos, desde los espacios de aprendizaje, utilizando como herramientas de transformación la información. El bibliotecólogo se enfrenta con diferentes retos a lo largo de su vida profesional, y tiene que mantenerse actualizado para ayudar con las necesidades de los usuarios; tiene labores variadas, y puede desempeñarse en diferentes áreas de saber, pero siempre como herramienta principal va a utilizar la información. La profesión recibe el valor haciendo un arduo trabajo en los diferentes contextos; la versatilidad y entusiasmo generan en el individuo un mayor interés en la profesión y en las bibliotecas.

Referencia

Rendón, M. A. (Ene-Abr, 2008) Ciencia bibliotecológica y de la información en el contexto de las ciencias sociales y humanas. Epistemología, metodología e interdisciplina. Investigación bibliotecológica, 22(44), pp 65-76.