Aprendizaje colaborativo y Redes Sociales/Contexto histórico

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Contexto histórico del Aprendizaje Colaborativo

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Para entender el contexto de donde emerge y se desarrolla el aprendizaje colaborativo, es importante conocer los hechos políticos, culturales, económicos que han marcado la configuración de la sociedad actual y como ello ha influenciado en el desarrollo de nuevas competencias para el sector educativo.

Pérez-Mateo S. (2010) recoge los rasgos característicos de la sociedad del siglo XXI (sobre la base de Majó y Marquès, 2002) resaltando características de carácter sociocultural, socioeconómico y político que definen la sociedad actual. El gran cambio experimentado entre la sociedad industrial y la actual, reside en la actividad fundamental que realizan las personas, cada vez menos centrada en la industria y más vinculada a la gestión de la información (Majó y Marquès, 2002) .

Bajo este nuevo marco es que se ha venido manejando diferentes términos para denominar a la sociedad actual: “sociedad informacional” (Castells, 2000b), sociedad red (Castells, 2001) y “sociedad de la información o sociedad del conocimiento” (Area, 2001; Majó y Marquès, 2002; Sancho, 2001; Tiffin y Rajasimgham, 1997), que es el término más desarrollado y difundido.

Y es en esta sociedad de la información que encontramos nuevas formas de relacionarnos, influenciadas en gran medida por la aparición del internet . Al respecto, Castells (2001) señala: “no es simplemente una tecnología; es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de nuestras sociedades; (…) es el corazón de un nuevo paradigma socio-técnico que constituye en realidad la base material de nuestras vidas y de nuestras formas de relación, de trabajo y de comunicación” (Castells, 2000a)

Ante este nuevo panorama, los roles del docente y alumno se han adaptado de acuerdo a los requerimientos específicos de la sociedad del conocimiento, donde además de ser capaces de gestionar abundante información es necesario aprender a hacerlo en comunidad, de esta forma no solo validas la información, sino que construyes desde diversos puntos de vistas enriqueciendo el aprendizaje. Por ello, un pilar importante en este contexto es el aprendizaje colaborativo.

Algunos autores, desde diversas posturas, han explicado la importancia del desarrollo del aprendizaje colaborativo, como también, sustentar según la teoría, cómo es que ocurre el aprendizaje colaborativo en el aula. Dentro de este ámbito, tenemos a: Vygotsky propone la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) como el “espacio” intelectual o cognitivo en que el individuo puede cumplir tareas con ayuda de otros (pares o docentes). La intención de la educación, es, entonces, ampliar paulatinamente esa zona para que se convierta en Zona de Desarrollo Real, es decir, que esas actividades (incluye actividad mental), puedan incluirse dentro del rango de las que el individuo puede realizar en forma autónoma, y nuevas actividades, de superior nivel de complejidad, sean las se realizan con ayuda.

David Perkins, por su parte, junto con Roy Pea, hablan de Inteligencia Distribuida y Cognición Distribuida respectivamente. Con respecto al primer concepto, la Inteligencia Distribuida estaría constituida por los recursos cognitivos del ser humano además de todas las herramientas que ha desarrollado a lo largo de la civilización. En este momento de nuestra evolución las más recurridas resultan ser las tecnológicas, pero en un primer momento de nuestra existencia como humanos bien pudo serlo una ramita… Es el concepto que el mismo autor denomina “persona-más”. Deberíamos, entonces, aprender a utilizar inteligente y pertinentemente los recursos del entorno para potenciar nuestros aprendizajes.

Roy Pea??? prefiere referirse al término Cognición Distribuida (en la obra con ese título) como aquellos saberes que están presentes en diferentes personas y que, al compartirse, pasan a ser apropiados por los compañeros del grupo.

Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples nos propone que existen múltiples formas de acceder al conocimiento, no necesariamente presentes en la misma potencialidad en todas las personas y la importancia de encontrar marcos convenientes para su desarrollo.

Bruner, en todas sus obras pero especialmente en: “La Educación Puerta de la Cultura” fundamenta el aprendizaje y la significación atribuida al mismo desde la cultura de la que el sujeto es partícipe. De allí el riesgo –y la riqueza- del trabajo en proyectos colaborativos interculturales, ya que implican una primera instancia de acuerdos, aunque solamente se refiera a la terminología y enfoques a abordar.